La Violencia de Género continúa siendo una lacra en la sociedad y los datos lo demuestran. Cientos de mujeres son maltratadas día tras día, algunas llegan a morir a manos de sus parejas o exparejas. Una cruda realidad que se recuerda cada 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, pero que debería recordarse los 365 días del año.
En lo que llevamos de año, un total de 51 mujeres han sido asesinadas a manos de sus parejas o exparejas, según los datos facilitados por la Subdelegación del Gobierno en Salamanca. Cifras hasta octubre de 2023, quedando aún dos meses por delante para terminar el año, y que ya han superado a las 49 que fueron asesinadas en 2022, o a las 47 en el año 2021. Cada año hay más mujeres asesinadas, cada año hay más violencia de género hacia las mujeres.
Cifras escalofriantes la que se recogen desde 2003 hasta la actualidad, en este periodo de tiempo han sido asesinadas 1.236 mujeres en nuestro país. 62 de ellas en Castilla y León y 6 en nuestra provincia.
Precisamente la última víctima mortal a manos de su pareja en Salamanca fue el pasado mes de agosto, en Béjar, unos días antes de comenzar las fiestas patronales de la localidad. Una mujer de 40 años de edad y que tenía cuatro hijos menores de edad. “Justicia”, es lo que pedía su familia tras el terrible suceso.
Pero morir es el último capítulo de una historia que, en la mayoría de los casos, ha comenzado mucho antes. Y si seguimos analizando los datos vemos que la violencia de género no cesa. Hasta el 23 de mayo de este año (fecha de la que se tienen datos actualizados) se han presentado 152 denuncias por este tipo de violencia en nuestra provincia. Una cifra que en 2022 llegó hasta las 523 denuncias. Todavía quedan dos meses para terminar el año, y cinco de los que no se tienen datos (junio-octubre) pero todo apunta a que se alcanzará esa cifra.
Los casos activos tampoco dan tregua, según la última actualización (a 17 de octubre), el número de casos activos en la provincia asciende hasta los 406. Aunque ninguno de ellos se considera de riesgo extremo, 5 de los casos están en riesgo alto, 73 en riesgo medio, 171 en bajo y 157 en riesgo no apreciado.
Algo similar ocurre con las órdenes de protección, que también presentan cifras elevadas. Y es que, según la misma fuente consultada, hasta mediados de mayo de 2023 existían 102 órdenes de protección en Salamanca. De esas 102, 48 eran incoadas, 43 resueltas adoptadas, 4 resueltas denegadas y 1 inadmitida. El balance de 2022 dejó en la provincia 276 órdenes de protección.
En este sentido, el pasado mes de febrero, el Ministerio del puso en marcha el protocolo que alerta en determinados supuestos a mujeres víctimas de violencia de género si su agresor tiene antecedentes de comportamientos violentos en relaciones anteriores. Cabe destacar que en lo que a antecedentes se refiere, los agentes policiales solo valorarán conductas de carácter violento o que hubieran implicado un riesgo cierto para la seguridad de la mujer agredida o su entorno denunciadas por víctimas precedentes durante los cinco años anteriores. Y quedan excluidos de esta valoración aquellos hechos prescritos o sobre los que conste en el Sistema Viogén la existencia de una sentencia absolutoria o de sobreseimiento libre del procedimiento judicial.
Salamanca no frena en su lucha para erradicar este tipo de violencia que cada día está más presente en la sociedad. Por ello, desde diferentes instituciones y asociaciones ofrecen ayuda a las mujeres víctimas de violencia de género. Desde el ayuntamiento, ofrecen información, asesoramiento y ayuda desde diferentes centros repartidos por la ciudad, como el CIAM (Centro de Información y Asesoramiento a la mujer).
También a través de entidades como ADAVAS, la Asociación Plaza Mayor o la Fundación Diagrama ofrecen apoyo, ayuda y asesoramiento. Además de diversos talleres o actividades, dependiendo de la situación de cada víctima y del momento en el que se encuentre.
Lo más importante es denunciar y saber que no se está sola. Lógicamente el miedo y las amenazas están presentes, así como otros muchos factores, pero se puede salir. Recuperarse y ser libre para poder vivir y ser feliz.
El Ministerio de Igualdad, a través de su página web, la cual no deja rastro en el historial de búsqueda, ofrece información sobre la violencia de género para aquellas afectadas.
La violencia de género hacia las mujeres no es solo violencia física: golpes, palizas, fuerza física… Suele venir acompañado de otros factores, donde entra en juego la violencia psicológica, que suele ser la primera en aparecer.
Insultar, humillar, amenazar, obligarte a realizar ciertas cosas y prohibirte otras, algo tan sencillo como elegir tu ropa puede ser indicio de violencia de género.
Pero aún hay más. Con el desarrollo de las nuevas tecnologías se ha desarrollado una nueva forma de violencia que hace unos años no existía: la violencia de género digital. Esta nueva forma de ejercer violencia de género particularmente está afectando a colectivos vulnerables como el de la adolescencia.
Por ello, desde el ministerio de igualdad recuerdan que es importante incidir en esta nueva forma de violencia de género, ya que es frecuente, sobre todo en la adolescencia y la juventud, una percepción muy baja de sus efectos perniciosos que son entendidos como molestias irrelevantes o inocuas.
La violencia vicaria es la forma más cruel de violencia de género. Consiste en maltratar a los hijos para hacer el máximo daño posible a la otra parte. Cada vez hay más casos de este tipo, pero en Salamanca, hasta el momento, no se ha contabilizado ninguno.
Los menores juegan un papel importantísimo en este tipo de violencia, viéndose afectados directamente como en el caso de la violencia vicaria. En lo que llevamos de año, un menor ha sido asesinado en España por violencia de género, y 428 los que han perdido la vida desde 2013 por este motivo.
Sin embargo, también les afecta, aunque ellos no sufran un maltrato directamente. Según los datos facilitados por la subdelegación, el número de menores huérfanos por violencia de género en España asciende a 51 en lo que va de año, siendo 428 los menores huérfanos por este tipo de violencia desde 2013.