, 05 de mayo de 2024
Volver Salamanca RTV al Día
Amnistía, referendum, democracia
X

Amnistía, referendum, democracia

Actualizado 14/11/2023 07:58
Antonio Matilla

“Son tiempos recios” decía Santa Teresa de Jesús refiriéndose a los suyos, con el riesgo de caer en las garras de la Inquisición; más recios que los nuestros, en que no padecemos Inquisición, pero sí “dictadura de lo políticamente correcto”, que puede cancelar a cualquiera o colgarnos el “sambenito” de facha, por más que seamos demócratas e, incluso, como mi maestro Miguel de Unamuno, “socialista a fuer de liberal”, que así se definía él.

Vivimos tiempos recios, sí, porque al parecer se va a promulgar una ley de amnistía, en mi opinión inconstitucional, y se va a organizar un referéndum, o dos, creo que también inconstitucionales, consultando a catalanes y vascos si quieren o no ser independientes. Alguno me dirá: “¿cómo te atreves a opinar de estas cosas? ¿Eres experto en la Constitución? Pues sí, lo soy, por tres razones: porque en la medida de mis fuerzas luché contra la dicta-blanda, o sea, contra el franquismo (no tengo edad para haber sufrido la dicta-dura) y en favor del advenimiento de una democracia plena, porque soy ciudadano -de momento en plenitud de derechos- y, lo que es menos importante, porque soy contribuyente desde 1977. Y aunque no fuera experto resulta que todavía vivo en un régimen democrático basado en la opinión y, por lo tanto, tengo pleno derecho a opinar. Pero ya dicen los filósofos de la Ciencia, que la opinión sola no hace Ciencia, si no está basada, en lo humanamente posible, en la Verdad.

Ya lo dijo el gran Parménides hace unos 2500 años: “El ser es y el no ser no es”; claro que su colega Heráclito se opuso categóricamente diciendo que “todo fluye”. Ambas cosas son verdad, de modo que la opinión tendrá que estar basada en los hechos comprobables.

Amnistía y referéndum parecen ser deseos de una parte de la población vasca y catalana. Y parafraseando al Presidente del Gobierno en funciones, podemos plantearnos esta pregunta: “¿Quién gobierna o gobernará el año que viene en Cataluña, en el País Vasco, en Navarra y en España?... Pues eso”. Gobiernan y gobernarán, según la actual composición del Congreso de los Diputados y las encuestas, partidos independentistas –ERC, Junts, PNV y Bildu-, Sumar (¿incluyendo Podemos?)… y el PSOE.

Los independentistas aspiran a ser y tener lo que nunca fueron ni tuvieron: una nación –en el sentido moderno de la palabra, posterior, más o menos a 1812- y esas hipotéticas naciones nunca fueron un estado.

En cuanto al PSOE… primero voy a decir algo de la Iglesia, que es lo mío: la Iglesia, con casi 2000 años de historia a las espaldas, ha fallado muchas veces, ha pecado, se ha equivocado y ha hecho muchas cosas mal, incluida la gestión de los casos de pederastia. Soy consciente de ello y me avergüenza, pero también reconozco todas las cosas que ha hecho y está haciendo bien y que conozco por experiencia propia y ajena, con una perspectiva diacrónica –la que me proporciona mi edad- suficientemente amplia como para opinar con fundamento, tanto en lo referente al pecado de la Iglesia como a su santidad. ¿Cómo se puede ser, a la vez, santa y pecadora? Pregúntenselo a Max Planck y a Albert Einstein, a la mecánica cuántica y a la Teoría de la relatividad. En fin, sin recurrir a Ciencia tan profunda, el sentido común corrobora que todo lo humano es ambivalente y, sin renunciar a la santidad o, como más abajo se verá, al sentido democrático, es necesario tener en cuenta las dos dimensiones, santidad y pecado, aunque parezcan contradictorias.

Vayamos ahora al PSOE y reconozcamos su “santidad” política recogiendo parte de un editorial de El Socialista reproducido por el diario “La Voz de Galicia”: el PSOE ha recordado que durante más de 140 años “han defendido la democracia en España”. “No nos amedrentaron ni los golpes de Estado, las dictaduras ni los terroristas. En libertad o en la clandestinidad, donde había un militante del PSOE los valores más profundos de la democracia encontraban cobijo” … en España “no hay otro partido político” con una hoja de servicios “tan extensa y honrada en favor de España como el nuestro”.

Desde luego son tiempos recios de populismo y, en el populismo, todo vale, exageración y mentira incluidas, con tal de conseguir el poder. En tiempos de populismo es difícil mantener la moderación y más difícil todavía ejercer el espíritu crítico, pues la propaganda se impone. En el enfrentamiento directo y cainita es difícil reconocer lo bueno del adversario, transformado ahora en enemigo. Pero contra la propaganda es necesario recurrir a la historia para reconocer nuestras santidades y nuestros pecados democráticos. Y creo que el PSOE debería recordar, junto a los logros de los 14 años de Gobierno de Felipe González, o más si contamos desde el Congreso de Suresnes, algunos episodios oscuros o, como mínimo, dudosos: Francisco Largo Caballero, por ejemplo, fue consejero de Estado de Miguel Primo de Ribera durante la dictadura de este; de Wikipedia: “fue partidario de aceptar la línea de colaboración que tendió a la UGT y a los socialistas la dictadura de Primo de Ribera”. El PSOE, al parecer, también colaboró en la preparación y desarrollo de la llamada Revolución de Asturias, rebelión violenta - ¿1.500 muertos? - contra la II República, sofocada por un general republicano de nombre innombrable, recientemente desenterrado y vuelto a enterrar en otro sitio. El PSOE fue poco relevante, salvo en zonas muy limitadas de España, durante nuestra más reciente dictadura, la del general Franco, dejando el protagonismo al Partido Comunista de España. Gracias a Dios el partido socialista revivió, para tener el necesario protagonismo en nuestra Transición, con el asesoramiento del Partido socialdemócrata alemán, presidido a la sazón por Willy Brandt, y el abundante riego financiero en marcos alemanes. Y gracias, conviene no olvidarlo, al apoyo del Rey Juan Carlos I.

El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra. Mucho me temo que las piedras recogidas por el PSOE –amnistía, referéndum, asfixia del poder judicial, demolición del Estado de Derecho, quiebra de la confianza en la política populista- van a ser más pesadas, destructoras y dañinas para nuestra democracia, y para nuestra economía, que las lanzadas en las manifestaciones de estos días. El riesgo que está corriendo el PSOE de equivocarse gravemente lo confirma el lapsus del ministro de la Presidencia, D, Félix Bolaños: “Esta ley –de amnistía- es impecable desde el punto de vista inconstitucional”. Es un lapsus, pero dicho queda.

Antonio Matilla Matilla, ciudadano.

La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.

Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.

La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.

En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.