Papeles mojados

Eso han sido para los sucesivos gobiernos de Israel todas y cada una de las resoluciones de las Naciones Unidas, papeles mojados. Bueno todas menos una, la resolución 181 (II) de 1947 por la que la Asamblea General decidía la división de Palestina en dos Estados, uno árabe y otro judío, con un régimen internacional especial para Jerusalén. La pregunta es por qué, pero en la declaración no figuran las razones de tal decisión.

Esa fue la primera y única vez en la Historia que las Naciones Unidas que se decide dividir una región que se llamó Palestina (país de los filisteos) desde el año 63 a. C. en que así la bautizó el general romano Pompeyo, sustituyendo su antigua denominación y expulsando a los hebreos.

Tras la ocupación romana, los árabes, estuvieron asentado en los territorios que hoy ocupan Israel y Palentina durante casi 7 siglos (del 638 al 1260). Posteriormente lo hicieron los otomanos y los turcos durante 700 años más (del 1260 al 1917). Posteriormente, tras la I Guerra Mundial, se le concedió al Reino Unido el control de la región, hasta 1948. ¿Cómo es posible que después de casi 20 siglos los judíos reclamaran la propiedad de esas tierras y se la concedieran? Es como si los árabes reclamaran la propiedad de los territorios que ocuparon en España durante 8 siglos, cuando ni siquiera éramos un país.

Es cierto que el pueblo hebreo ha sido expulsado de muchos países a lo largo de la Historia, que sufrió con dureza el holocausto nazi, pero también sufrieron expulsiones represiones, y genocidios otros pueblos en todos los continentes. Los griegos a manos de los otomanos, las tribus indias en Norteamérica, los chechenos tras la II Guerra Mundial, los hutus a manos de los tutsi en Ruanda y Burundi, los camboyanos a manos de los jemeres rojos de Pol Pot, más de 20 millones de chinos bajo el gobierno de Mao Tse-Tung, los haitianos bajo la dictadura de Rafael Trujillo; y un largo etcétera. ¿Por qué sólo a los judíos se les concedió el derecho a la recuperación de su tierra?

La actual guerra tiene inicio con un condenable, desde todo punto de vista, atentado terrorista, por lo que derecho de Israel a defenderse es innegable. Pero la crueldad con la que el gobierno israelí está actuando contra la población palestina supera con creces esa legítima defensa que, nuevamente, viola todas las recomendaciones de las Naciones Unidas. Más de 10.000 muertos, los bombardeos diarios de hospitales y escuelas, la utilización del hambre y la sed como armas de guerra, las ciudades arrasadas; todo ello resulta de una crueldad extrema y trasgrede todo el Derecho Internacional que establece entre otras cosas las siguientes:

· Deberá brindarse protección a los civiles que asistan a los heridos.

· Las ambulancias, los hospitales militares, y el personal que trabaja en ellos se considerarán neutrales y deberán protegerse durante las hostilidades.

· Cualquiera de las partes en el conflicto recogerá y atenderá a los combatientes heridos o enfermos.

· Quedan prohibidos los ataques contra los civiles y contra los “bienes indispensables para la supervivencia de la población civil”, tales como las cosechas, las obras de riego o las fuentes de agua potable, los objetos culturales y los lugares de culto.

Todo esto es para el Primer Ministro de Israel, el ultraderechista Benjamín Netanyahu, papel mojado. Y lo es porque para su gobierno, según palabras de propio Netanyahu, no se trata de combatir a un grupo terrorista como Hamas en legítima defensa, se trata de una venganza. Es cierto que nada puede justificar un atentado terrorista, pero también lo es que nada puede disculpar la extraordinaria dureza de las represalias contra la población civil del gobierno hebreo.

Los palestinos han perdido desde 1947[1], por la ocupación de colonos judíos alentados por sus gobiernos, más del 70% del territorio que contemplaba la división del Plan de Naciones Unidas ante la pasividad de la Comunidad Internacional.

Se condena públicamente el terrorismo, el genocidio, el exterminio, la opresión a otros pueblos, los fundamentalismos radicales, pero parece que esto no rige frente a la actuación de ciertos gobiernos.

Será una guerra larga y sangrienta. La pregunta es ¿cuándo terminará? Pues, en mi modesta opinión, en el momento que así lo quieran los Estados Unidos, el único aliado de Israel en esta barbarie, y las Comunidad Internacional. De igual modo que la guerra en Ucrania terminará cuando lo dedica el gobierno chino, que continúa ‘protegiendo’ al gobierno de Putin.

Porque China y Estados Unidos están manteniendo una encubierta guerra por el poder. Una guerra que no se está librando sólo en el campo de lo comercial, lo económico y lo tecnológico, sino en un frente de combate mucho más amplio, todo el planeta.

[1] La resolución la resolución 181 (II) dice textualmente: No se permitirá ninguna expropiación de tierras poseídas por un árabe en el Estado judío (por un judío en el Estado árabe), excepto para fines de utilidad pública. En todos los casos de expropiación, se pagará totalmente la indemnización que haya fijado la Corte Suprema con anterioridad de desposeimiento.