Favorece la economía circular, proporciona atención personalizada y beneficia al desarrollo de la ciudad: las tiendas de barrio también disponen de ofertas por la popular campaña.
Salamanca se prepara para la llegada del Black Friday 2023 el próximo viernes 24 de noviembre. Frente a los gigantes de la venta online, representantes de las asociaciones de comerciantes reivindican las posibilidades de las tiendas locales, a menudo con una oferta menos conocida y precios competitivos.
Antonio Flórez, secretario general de AESCO (Asociación de Empresarios Salmantinos del Comercio) y Soledad Gómez, presidenta de ASECOV (Asociación Salmantina de Empresarios de Comercio Vario) coinciden en señalar la situación actual de incertidumbre como uno de los factores principales que frenan el consumo. “No retomamos la facturación pre pandemia. La campaña de Black Friday se ha retrasado mucho, no vivimos épocas muy boyantes para el consumo. Aún así, la expectativa es optimista”, afirma Flórez. Soledad Gómez, presidenta de ASECOV, considera que cuando las circunstancias políticamente “no son muy buenas” se resiente la economía en general. “Han subido mucho los gastos tanto para clientes como para las propias tiendas”, cuenta.
El Black Friday es el comienzo de la campaña más importante del año, que va desde finales de noviembre hasta las primeras dos o tres semanas de rebajas de enero. Según la estimación de AESCO, supone una media de un 40% de la facturación anual. ¿Los puntos fuertes del pequeño comercio frente a los grandes? “Esa recomendación de la persona que te atiende y que conoce su producto a la perfección como no lo hacen las tiendas online. Además, nuestros impuestos se quedan aquí y participamos de la economía circular. El comercio local mueve mucho dinero y genera empleo”, añade la presidenta de ASECOV.
El secretario de AESCO recuerda que “no todo está en Amazon” y alerta a los consumidores de que no se dejen engañar por un “gancho sobre un artículo concreto” que esté rebajado, porque el resto de productos pueden marcar el mismo precio que en la tienda de debajo de casa. “Todo lo que queda en el comercio local, se queda en Salamanca. Lo que se compra online, evidentemente, no. Es momento de ser maduros y responsables en esas compras”, reclama.
La crisis climática es otro de los motivos para cambiar hábitos de consumo y acercarse a las tiendas del barrio. “El comercio local es, desde siempre, responsable y sostenible. Con la compra online el consumidor está moviendo miles de kilómetros un producto que a lo mejor tiene debajo de casa. No es lo mismo caminar 150 metros y volver con un artículo a que tenga que venir de China en un barco, llegue a una central en un camión y se reparta en una furgoneta hasta los domicilios. Si vamos a ser sostenibles y responsables, quizá el primer paso sea donde compramos”.