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El Carmelo Descalzo instala tres lápidas conmemorativas en la Plaza de Santa Teresa
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ALBA DE TORMES

El Carmelo Descalzo instala tres lápidas conmemorativas en la Plaza de Santa Teresa

Actualizado 02/11/2023 10:10
Redacción

Labradas en piedra de Villamayor y en letra vítor por el artista Miguel García

La primera de las lápidas recuerda el título de la Basílica de la Anunciación, otra las visitas papales al sepulcro de la Santa y otra la presencia de los familiares de Santa Teresa de Jesús.

PAPAS PEREGRINOS AL SEPULCRO DE SANTA TERESA DE JESÚS

BENEDICTO XV

(Giacomo della Chiesa, 1854 – 1922)

22 - X - 1882 | Secretario del Señor Nuncio Mariano Rampolla del Tindaro

Siendo Papa, el día 4 de Junio de 1917 concede que en Alba de Tormes la fiesta de la Transverberación de Santa Teresa de Jesús sea fiesta cde primera clase.

JUAN XXIII

(Angelo Giuseppe Roncalli, 1881-1963).

25 - VII - 1954 | Cardenal Patriarca de Venecia.

Otorgó un Año Santo para Ávila y Alba de Tormes de 1962 a 1963 con motivo del IV centenario de la Reforma Teresiana.

JUAN PABLO II

(Karol Józef Wojty?a, 1920 - 2005)?

Papa | 1 de noviembre de 1982 en el IV centenario de la muerte de Santa Teresa de Jesús.

BASÍLICA DE LA ANUNCIACIÓN DE NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN

SEPULCRO DE SANTA TERESA DE JESÚS

Decreto Pontificio del Papa Pío IX. Concesión del título de basílica de la Iglesia del monasterio de la Anunciación. Madres Carmelitas Descalzas de Alba de Tormes.

PIO IX, Papa

PARA PERPETUA MEMORIA

Los Romanos Pontífices, nuestros predecesores ha enriquecido con indulgencias y gracias espirituales a la Santa Iglesia Basílica Catedral Lateranense, madre y cabeza de todas las iglesias de Roma y del mundo; e insigne por las reliquias de tantos mártires y por sus sagrados monumentos, a fin de que los fieles habitantes de esta Ciudad las obtenga como de una fuente perenne y florezcan, por tanto, y se aumenten más y más la piedad y la religión. Aquellos que por la distancia de los pueblos en que viven no pueden disfrutar de tales bienes, con tal que pidan ser participantes de ellos, se les otorga fácilmente esta concesión por la Santa Sede.

Y habiéndonos elevado nuestro venerable hermano Joaquín, Obispo de Salamanca, reverentes súplicas para que nos dignásemos agregar a la Santa Sede de Letrán, y admitir y recibir en virtud de nuestra Apostólica Autoridad en la sociedad y comunión de los espirituales privilegios de la misma, a la iglesia de las religiosas de la Orden de Carmelitas Descalzas de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, sita en la villa de Alba de Tormes, Diócesis de Salamanca, hemos tenido a bien acceder a sus deseos. Por lo cual, confiados en la misericordia de Dios Omnipotente y en la autoridad apostólica de los bienaventurados San Pedro y San Pablo, AGREGAMOS A LA REFERIDA IGLESIA DE RELIGIOSAS de la Orden de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, A LA IGLESIA O BASÍLICA DE LETRÁN, y la admitimos y recibimos en la sociedad y comunión de los privilegios espirituales solamente de dicha Basílica Lateranense, de modo que en virtud de esta agregación y recepción, se consideren ampliados y extendidos por Nuestra Apostólica Autoridad a la referida iglesia, los tesoros de todas las indulgencias y relajaciones de penas; y concedemos y otorgamos al tenor de las presentes Letras, a todos y cada uno de los fieles cristianos de ambos sexos que visitaren la iglesia expresada de las religiosas de la Orden de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, siempre que practiquen exactamente aquellas obras de piedad que para ganar indulgencias son prescriptas, que obtengan las indulgencias, relajaciones y remisiones de penas o pecados, y demás gracias espirituales, según el catálogo de ellas impreso que suele entregarse por el Cabildo de Letrán, las cuales conseguirán , si personal y devotamente visitaren la iglesia o Basílica Lateranense.

No obstante la regla nuestra y de la cancillería apostólica de no conceder indulgencias ad instar, y las demás Constituciones y ordenaciones apostólicas y cualquier otra cosa en contrario.

Dado en Roma, en San Pedro del Vaticano, bajo el anillo del Pescador, el día 5 de julio de 1870, en el vigésimo quinto año de nuestro Pontificado.

FAMILIA DE SANTA TERESA DE JESÚS EN ALBA DE TORMES

Juana de Ahumada, (1528-1587)

(Hermana de Santa Teresa de Jesús)

Es la hermana menor de Teresa. Nacida en Ávila en 1528, cuando aquélla frisaba en los 13 años. Huérfana de madre en su primer año de edad. El 2.9.1536 Teresa renuncia en favor de ella la legítima materna que le cedió Rodrigo al partir para América (BMC 2, 95).

Al morir don Alonso, su padre (24.12.1543), Teresa llevó consigo a Juana, de 15 años, a la Encarnación, donde la educó y preparó al matrimonio, que contrajo en 1553 con Juan de Ovalle, trasladándose a vivir en Alba de Tormes. De él tuvo cinco hijos (Gonzalo, José, Leonor, Constanza y Beatriz), de los que sobrevivieron únicamente Gonzalo y Beatriz. Al primero, aplastado muy niño aún por el derrumbe de un muro durante la construcción del Carmelo de San José en Ávila, Teresa lo devolvió sano a su madre y luego lo colocó como paje del duque de Alba (cta 94,1.2). Cuando en 1578, Gonzalo proyecta partir para Perú, Teresa intenta consolar a Juana (cta 253, 1). El viaje no se realizó. En cambio, Beatriz llegará a ser carmelita, tras un borrascoso episodio familiar, con ocasión del cual Teresa escribirá “cartas terribles a madre e hija” (cta 402,10). Juana era de temperamento apacible: "alma de ángel', la definirá Teresa (cta 2,9), y hubo de soportar las rarezas del marido y la pobreza de ambos (cta 39,2; 422,8; 363,10...), remediada en parte gracias a la generosidad de Lorenzo de Cepeda.

La Santa se interesa también por la vida espiritual de su hermana (cta 23,2; 40,1-2). Y le tiene gran afecto: "Me parece la quiero ahora más que suelo, aunque siempre es harto" (cta 40,1). En la fundación del Carmelo de San José de Avila, Juana y su marido ayudaron cordialmente a la Santa: "Procuré que una hermana mía... comprase la casa y la labrase, como que era para sí" (V 33,11; 36,3). Viajó a Sevilla con su marido Juan de Ovalle para encontrarse con Teresa y con Lorenzo recién llegado de Perú: "Mi hermano vino... está contentísimo con su hermana" (cta 98,5; cf 88,3).

En el epistolario teresiano es frecuente el deseo que Teresa tiene de la presencia de su hermana, deseo que se agudiza en los últimos meses de su vida (cta 420,1). Todavía en 1581, Juana viene a Ávila en pleno invierno para despedir a Teresa antes de su viaje a Burgos (ctas 420,1.4; 427,8). Esta la había retratado en dos pinceladas: "Ha salido Doña Juana mujer tan honrada y de tanto valor, que es para alabar a Dios" (cta 2,9). "La condición de mi hermana es con todos tan blanda que, aunque quiera, no parece pueda tener aspereza con nadie, que lo tiene de natural" (cta 386,4).

Entre las dos medió frecuente correspondencia epistolar. Juana nos transmitió 19 cartas dirigidas a ella o a su marido. Más que ningún otro hermano de la Santa.

Murió en Alba, en 1587.

Juan de Ovalle, (1527-1595)

(Cuñado de Santa Teresa de Jesús)

Caballero de Alba de Tormes, cuñado y gran colaborador de la Santa. Hermano de Gonzalo de Ovalle. Casado con Juana de Ahumada, hermana menor de Teresa.

En el proceso de beatificación de ésta (Alba, abril de 1592) declaraba él mismo: "el año de 53 este testigo se fue a desposar a Ávila, de donde su padre le envió a llamar, y la dicha Teresa de Jesús al presente estaba en el monasterio de la Encarnación, y con ella en el dicho monasterio estaba seglar su hermana doña Juana de Ahumada, y en casa de un primo suyo, Diego de Ovalle, se desposaron por mano del obispo Soto, siendo provisor, y que desde este tiempo conoce a la dicha Teresa de Jesús" (BMC 18, 125).

El "Soto" aquí mencionado era el futuro obispo de Albarracín y Segorbe e Inquisidor, Francisco de Soto y Salazar, a quien someterá su espíritu la Santa (R 4,6).

Como se ve, aunque vecino de Alba y regidor de la villa en 1592, Juan de Ovalle era oriundo de Ávila. Había sido soldado en los ejércitos de Carlos V. Instalará su residencia en Alba, y de su esposa tendrá cinco hijos, de los que sobrevivirán sólo dos, Gonzalo y Beatriz.

A causa del penoso pleito promovido por la hermana mayor de su esposa, María de Cepeda y su marido Martín de Guzmán y Barrientos, contra los otros hermanos al morir don Alonso Sánchez de Cepeda, Ovalle está en relaciones tensas con sus cuñados. Todavía en 1561 teme la Santa que Juan de Ovalle les ponga pleito: "sería destruir sus hijos" (los hijos de doña María: cta 2,7). Pero ya en esas fechas era sumamente adicto a la Santa, y al ser llamado por ella, se traslada a Ávila y colabora en la erección del Carmelo de San José, prestando sus brazos y su nombre para la obra: «se hizo el monasterio en la [casa] que estaba mi cuñado, que, como he dicho, la había él comprado por disimular mejor el nego-cio...» (V 36,5).

El mismo Ovale refiere: "para la fundación de estos monaste-rios..., le envió a llamar (la M. Teresa) a Alba, donde estaba, y vino para este efecto a la ciudad de Ávila con su mujer e hijos y su casa el año de 1561, donde ella (la Santa) estuvo gran parte de este tiempo entendiendo en esta fundación" (BMC 18, 125).

Certifica igualmente "que este testigo anduvo muchas veces con ella, que siempre iba en su coche o carro cubierto.." (ib 126). "La trató... desde el año de 53, que se desposó con su hermana de la dicha, hasta que murió, que fue el año de 82" (ib 127).

Fue él quien la llevó a Toledo en 1562, al palacio de doña Luisa de la Cerda (ib 129), e igualmente al llegar a Sevilla don Lorenzo de Cepeda y familia, allá bajó Ovalle con toda su familia, para acompañarlo por tierras andaluzas y cas-tellanas.

El epistolario teresiano está salpicado de alusiones a este buen servidor. Se conservan 20 cartas dirigidas a él o a su familia. La Santa estará en desacuerdo con él sobre dos temas: la famosa "calleja" que quieren adquirir las monjas de Alba, a lo que se opone Ovalle (cta 39,3), y mucho más en el espinoso asunto de las calumnias a su hija Beatriz, que él lleva, según la Santa, con cierta indolencia (cta 402,10).

Según ésta, Juan de Ovalle es de temperamento algo celoso y sensiblero, que ella en algún caso tildará de "aniñado" (cta 115,3: única vez que ella usa ese vocablo). En sus relaciones con Lorenzo, tiene celos de la confianza de éste con Perálvarez Cimbrón. Escribe la Santa a su hermano Lorenzo, apenas llegado a Ávila: "Juan de Ovalle me ha escrito una carta muy larga, adonde encarece lo que quiere a vuestra meced y haría en su servicio, y toda su tentación fue el parecerle que era Cimbrón toda la cosa... Ellos son celos todo su sentimiento… porque tiene esta condición, que harto pasé con él porque éramos amigas doña Guiomar y yo... Él es de condición, en cosas, muy aniñado... Y así, por amor de Dios, que vuestra merced lo sobrelleve" (ib ).

Después de muerta la Santa, don Juan lee sus obras, lee también la biografía escrita por Ribera (BMC 18,130), asiste personalmente a su sepultura y porteriormente venera sus restos mortales. Depondrá en su proceso de Beatificación (BMC 18,125-130), y abogará por la devolución de sus restos mortales de Ávila a Alba, declarando en el proceso en 1587, y de nuevo en 1592 (cf MHCT 6, pp. 401-403 y 553-554). - Juan de Ovalle, que había nacido hacia 1527, murió en Alba de Tormes en 1595.

Beatriz de Jesús (Ovalle), OCD. (1560-1639)

(Sobrina de Santa Teresa de Jesús)

Sobrina de la Santa. Hija de Juan de Ovalle y Juana de Ahumada. Nació en Alba de Tormes (Salamanca), última de los cinco hijos del matrimonio Ovalle - Ahumada.

A pesar de las insinuaciones de su santa tía, se opuso durante muchos años a toda clase de vocación religiosa. Finalmente, en 1581 se decidió a ser carmelita.

"Yo tengo grande lástima a doña Beatriz, que aunque quiere ser monja, no tiene con qué", escribía la Santa a su sobrino Lorenzo en Perú (cta 427,8, del 15.12.1581).

Beatriz se hallaba en Ávila, al morir la Santa. Regresó a Alba ese mismo año e ingresó en el Carmelo de la villa el 28.10.1584, y profesará al año siguiente: 10.11.1585, recibida sin dote en atención a su santa tía.

Ejerció posteriormente numerosos cargos: en 1595 fue de supriora y maestra de novicias a la fundación de Ocaña, donde pasó a ser priora en 1600. Pasó de priora al Carmelo de Toledo en 1607. Fue ella quien adquirió el edificio del convento definitivo. Priora, de nuevo, en Ocaña en 1610, y en Santa Ana de Madrid en 1615.

Elegida de nuevo priora de este Carmelo en 1626 y en 1632. Aquí, en este Carmelo madrileño de Santa Ana, falleció, casi octogenaria, el 1.1.1639, y aquí descansan sus restos, si bien en la nueva ubicación de este Carmelo.

Beatriz ingresa en la historia de la Santa, inicialmente por el cariño que esta le profesa, a ella y a su madre (cta 23,7; 39,4..). Luego y sobre todo por la historia accidentada de su vocación, en la que estuvo vivamente interesada la Santa y que hubo de atravesar una fase espinosa, de calumnias y celos, ocasionados por la mujer de un amigo albense de los Ovalle.

A la Santa la preocuparon seriamente esas calumnias, escribió a Beatriz y a su madre cartas terribles. “A ella y a su madre escribí unas cartas que bastaban para alguna enmienda, diciéndoles cosas terribles..., , aunque estuviesen sin culpa...” (cta 402,10), invitándola a trasladarse a Ávila (404,2), o incluso a acompañarla a ella en una nueva fundación, Burgos o Madrid (420,2). La propia Santa se sentirá liberada de la obsesionante calumnia de Alba, cuando por fin Beatriz decida viajar a Ávila y alojarse en casa de Perálvarez Cimbrón: "Heme consolado y dado gracias a Dios que se halle tan bien en casa del señor Perálvarez, su tío... Gran merced de Dios ha sido el que vuestra merced se haya librado de la peste de aquella mujer". (cta 439; cf 462,5).

Beatriz no conservó cartas de la Santa; únicamente nos ha llegado el fragmento de la carta 439. En cambio, testificó en el proceso de beatificación: Alba, abril de 1592 (BMC 18, 114-120). Por esta su declaración sabemos que acompañó a la Santa en el viaje de Alba a Salamanca y "en especial estando en la fundación del monasterio que fundó en la ciudad de Se-villa, seis o siete meses, donde la trató muy en particular" (BMC 18,114). "Y que yendo un día la dicha Madre Teresa de Jesús a ver la Duquesa de Alba, estando en esta villa en la fundación de esta casa, llevaba consigo a esta testigo, que era seglar y su sobrina, la cual se afrentaba de ir con ella, por verla tan remendada, y la dicha Madre se reía mucho de ver cómo esta testigo se afrentaba de ir con ella" (ib 117).

También Beatriz se vio envuelta en el pleito por la devolución de los restos mortales de la Santa, de Avila a Alba (cf MHCT 6,263-264; 371-373), proceso en que ella misma aportó su testimonio en septiembre de 1587 (ib 405-407) y de nuevo el 1.4.1592 (ib 550-552).

Gonzalo de Ovalle, (1557-1585)

(Sobrino de Santa Teresa de Jesús)

Sobrino de la Santa, hijo de Juan de Ovalle y de Juana de Ahumada. Nacido en Alba de Tormes, en 1557. Durante las obras del futuro monasterio de San José (Avila: 1562), fue hallado aparentemente muerto y devuelto a la vida al mecerlo la Santa. Relata el episodio, entre otros, la hermana del niño, Beatriz de Jesús, en el proceso de beatificación de la Santa (BMC 18,119). Niño aún, le escribe esta una carta: "A Gonzalito he escrito por vía del inquisidor Soto; aún no sé si le han dado la carta" (cta 22,2: era el año 1569. "Gonzalito" tenía doce años. El Inquisidor Soto y Salazar había asistido al matrimonio de los Ovalle. Cf 39,4). A sus 18 años y dada la pobreza de la familia Ovalle, la Santa lo recomienda como paje del Duque de Alba (cta 94, 1-2), temerosa de que se aliste en los tercios de Italia, donde "las cosas están peligrosas". Al partir para América su primo Lorenzo ("Lorencico"), parece haber proyectado Gonzalo embarcar con él, cosa que desaprobaron la Santa y sus familiares (cta 253,1: era el año 1578, a sus 21 de edad). Prosiguen Sus relaciones personales con la Santa (263,10). "Que mire lo que me prometió" le recuerda ella en 1581 (cta 414,7). Murió muy joven, en 1585, si bien desconocemos otros detalles. No nos transmitió cartas de la Santa.

"Doña Mayor de Ovalle" OSB.

(Tía de Santa Teresa de Jesús)

"Doña Mayor", como la llama Teresa, es hermana de Juan de Ovalle, cuñado de la Santa. Es monja benedictina en el monasterio de Alba de Tormes.

Amiga de Pedro de Ahumada, de suerte que cuando éste regresa de América (1575), la Santa se apresura a dar la noticia y la enhorabuena a doña Mayor: "a doña Mayor la enhorabuena de la venida del señor Pedro de Ahumada, que me parece era muy su servidor" (cta 87,4).

En el restante epistolario teresiano, sólo de soslayo se aludirá a ella (ctas 337,2; 404,5; 420,5). En esta última carta, ya de noviembre de 1581, la Santa se preocupa de la precaria salud de aquélla.

Gonzalo de Ovalle Godínez

(Tío de Santa Teresa de Jesús)

Caballero de Alba. Hermano de Juan de Ovalle (esposo de Juana de Ahumada) y concuñado de la Santa. Casado con Inés del Águila, prima de Teresa, por ser hija de don Pedro Sánchez de Cepeda.

Residió algún tiempo en Ávila, luego regresó a Alba. Mal consejero en negocios financieros, según la Santa (cta 23,5). Parece haber intervenido en el litigio entre el Carmelo de Alba y la familia Ovalle a causa de una calleja contigua al Carmelo de la villa: "Hanme dicho que el señor Juan de Ovalle y el señor Gonzalo de Ovalle son los que contradicen se dé al monasterio una calleja. Yo no lo puedo creer. No querría que comenzásemos a andar en temas..." (cta 39,3).