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Música para presentar la poesía que habita la última aldea de las palabras de Agustín B. Sequeros en el Café Novelty
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Música para presentar la poesía que habita la última aldea de las palabras de Agustín B. Sequeros en el Café Novelty

Actualizado 27/10/2023 10:27
Charo Alonso

El poemario 'La última aldea de las palabras' se presentó en el Café Novelty con la música de la Timba de Guayaba Latin Connection, la presentación de Isabel Bernardo y la intervención de la artista Carmen Borrego

Llega el poeta, traductor y maestro de traductores Agustín B. Sequeros con esa elegancia que acompaña su verbo sereno y espacioso, con esa lluvia que cae, recuerdos holandeses de una vida dedicada a la traducción, y lo hace con un libro bajo el brazo, tan bellamente publicado por la Diputación de Salamanca, portada que abre la puerta a su mundo poético pintado por su amiga, la fotógrafa, diseñadora gráfica, Carmen Borrego.

Un libro bello al que bautizar con música y amigos, poesía compartida que sabe de armonías y sones. Un libro que es una declaración de amor a la poesía y que recorre no solo la Salamanca de la que procede y donde vive el autor, sino esa aldea real que se sitúa en las estribaciones de una sierra bañada por el río Corneja, allá por los paisajes de Benjamín Palencia y de Luciano Díez Castilla que evoca la presentadora del acto, una sublime Isabel Bernardo. En una pequeña casa de la aldea casi desierta, el poeta pasa el verano en la contemplación de la luz, del detenido tiempo serenado en el que traduce a Rilke y escribe sus versos plenos de vida. Una vida dedicada al ejercicio de la amistad y de la poesía pues trabaja como traductor de poetas holandeses y surafricanos y pertenece nuestro poeta a una de las más antiguas tertulias de nuestros lares de la que emana una revista famosa por su rigor y por su valor poético. Y es en este “Papeles del Martes” donde se gestan el afecto y la entrega a la poesía, donde Isabel Bernardo, donde Chema García y la autora del breve y certero prólogo, Sagrario Rollán, vieron erigirse este libro que quiso el poeta tuviera los dibujos de Carmen Borrego. Imágenes que la artista pintó tras leer los poemas, imaginando la casa de la montaña, allá en la aldea, donde la puerta azul invita a la visita, el cráneo del animal en el hueco de la piedra incita a la meditación.

Una meditación convertida en poesía. Qué bien suena todo en el Novelty nuestro de silencios felices rotos por la voz de Paco Novelty que da la bienvenida al poeta, recordando la tradición literaria de este lugar donde glosa magníficamente Isabel Bernardo esta trayectoria vital de Agustín B. Sequeros a quien tan bien conoce por la pertenencia de ambos a Papeles del Martes, la tertulia poética llevada magistralmente por un Luis Fraile que asiste al acto, en el que Isabel recuerda a Rilke y muestra un libro que para ella está llena de coordenadas geográficas, aquellas que descienden de la casa de la Aldea, paisaje que para Carmen Borrego está en esos versos “muy pictóricos” que ilustró a partir de fotografías inspiradoras de Fernando Sánchez Gómez con acuarelas que estarán expuestas en las paredes de este Novelty que escucha recitar al poeta que no quiso llenar sus versos de “tañer de rosaledas”, prefiriendo la austeridad de la pintura de Benjamín Palencia de quien recuerda Isabel Bernardo, espléndida conductora de un acto de conversación cercana y a la vez, preñada de ideas que se le hace corta al público, fue fundador de la llamada “Escuela de Vallecas” y autor del logo del grupo de teatro de Lorca “La Barraca” y que afirmaba “Yo no pinto con los ojos, pinto con los oídos”.

Y para terminar, música. Viajero de una Colombia que ha recibido y publicado dos de sus más queridas traducciones de la autora surafricana Ingrid Jonker, el amante del soul y del jazz se ha traído el gusto por la música latina, por el directo sonoro de su amigo Cote Campusano… y por ello, este libro de raíz, de berrocal, de filosofía estoica y hondura literaria de ecos profundos, tiene música que anima a mover los pies y bailar la compañía. Y es así porque Cote Campusano está a la batería, al trombón Manolo Véliz y al bajo eléctrico Diego Rojo… y todo entre los hermosos espejos, los cromados modernistas, las maderas curvadas de uno de los lugares más hermosos de Salamanca: El Café Novelty. Un regalo musical que suena maravillosamente en este corazón iluminado de una ciudad poética, acogedora y de muros plenos de ecos y nuevas voces. A la batería, Cote Campusano, a la poesía, rodeado de amigos poetas, Agustín B. Sequeros, pincelada de altura de Carmen Borrego.

Fotografía: Fernando Sánchez Gómez