Un amplio grupo de profesionales, encabezados por 18 neurólogos, trabajan en Salamanca para atender a las personas que sufren esta situación
La RAE define ictus como una enfermedad cerebral de origen vascular que se presenta de un modo súbito. Consiste en la pérdida de flujo de sangre a una parte del encéfalo, que daña el tejido encefálico. Como cada 29 de octubre, se celebra el Día Mundial del Ictus, una enfermedad que cada vez afecta a más personas.
En el Complejo Asistencial del Hospital Universitario de Salamanca el Servicio de Neurología es el encargado de atender a los pacientes con enfermedades neurológicas y, por lo tanto, pacientes que han sufrido un ictus. El Doctor Luis Mesonero es el responsable del equipo.
Es considerada la principal causa de discapacidad en España, y en Salamanca en los últimos años el número de afectados ha aumentado. Según datos facilitados por el Hospital de Salamanca, a finales de agosto había 129 ingresos. Pero la cifra aumenta a 1.500 pacientes atendidos al año en el Servicio de Neurología, siendo en torno a 1.300 los atendidos en la Unidad de Ictus. Actualmente la media de ingresos está en 20 personas.
“El número de afectados en Salamanca ha aumentado por diversos motivos, siendo el fundamental la mayor concienciación ciudadana”, destaca el doctor. Añade que “ahora al más mínimo síntoma sugerente de ictus es derivado para nuestra valoración, siendo cada vez más excepcional valorar pacientes que no han acudido a su debido tiempo”. Una vez más, el tiempo es crucial.
“En el servicio hay dos partes diferenciadas en cuanto a la actividad asistencial; una es la planta de Hospitalización para pacientes valorados en urgencias que necesiten ingreso, y la otra son las consultas externas para el seguimiento ambulatorio de pacientes derivados desde atención primaria, urgencias hospitalarias o de otros servicios del Hospital”, detalla.
La Unidad de Ictus, más concretamente, está ubicado en la planta de Hospitalización, con disponibilidad para 8 pacientes del área de referencia, que incluye las provincias de Zamora, Ávila y Salamanca.
En ella trabajan distintos profesionales, siendo 18 neurólogos, y “siendo fundamental el trabajo de enfermería, auxiliares, celadores y servicio de limpieza para su correcto funcionamiento, ya que tiene un alto recambio de pacientes por las necesidades que tenemos. Sin el trabajo coordinador de todo el equipo no sería posible”, explica.
Un trabajo duro y satisfactorio. “Para mí lo más duro cuando tenemos que transmitir una mala noticia, ver el sufrimiento de un paciente y sus familiares. Y lo más satisfactorio, el poder mejorar los problemas de salud de nuestros pacientes”, destaca.
El perfil de los pacientes que se atienden en Salamanca no es concreto, tal y como asegura el Doctor Mesonero. “No hay un perfil específico, está en gran parte vinculada a la presencia de factores de riesgo vascular (tabaco, alcohol, hipertensión arterial, diabetes, dislipemia, sedentarismo, obesidad), como yo en muchas ocasiones explico a los pacientes, si tienes muchas papeletas tienes más opciones de que te toque, para explicar la importancia de una vida sana, equilibrada, sin consumo de hábitos tóxicos y con control de los factores de riesgo. El ictus, como toda patología vascular, es edad dependiente, pero no en exclusividad, hay causas infrecuentes que también aparecen en pacientes jóvenes”.
En definitiva, aunque existen ciertos factores de riesgo, un ictus puede sufrirlo cualquier persona y en cualquier momento.
Sin embargo, es importante destacar que se puede prevenir. “Es imprescindible y nos debemos centrar en las medidas de prevención primaria con una dieta mediterránea, realizar ejercicio físico diario como caminar, evitar el consumo de tóxicos como el tabaco y el alcohol, y controlar los factores de riesgo que pueden influir en que nuestro riesgo crezca exponencialmente si no llevamos un adecuado control de la tensión arterial, del azúcar o del colesterol”.
El Doctor Mesonero explica que los primeros síntomas que suelen aparecer cuando se sufre un ictus es cualquiera que pueda aparecer de forma brusca. “Entre ellos pueden estar problemas a la hora de comunicarnos, pérdida de fuerza de un lado del cuerpo, dificultad de visión, dificultad para caminar, todos esos síntomas nos deben poner en alerta”.
Cuando una persona empiece a tener estos síntomas es fundamental avisar al 112.
Para diagnosticarlo, lo principal es “hacer una valoración neurológica lo antes posible, siendo imprescindible la realización de pruebas complementarias al valorarse en urgencias, siendo la medida prioritaria realizar un TC craneal entre otra”, explica.
Una vez diagnosticado, el paciente se somete al tratamiento más adecuado para su caso. Hay dos tratamientos que pueden conllevar una mejoría de los síntomas cuando el paciente acude a urgencias, “siendo imprescindible la atención inmediata”, detalla el experto. “En ocasiones esos tratamientos no se pueden administrar por el tiempo de evolución de los síntomas. Uno es la fibrinólisis, que es un tratamiento administrado de forma intravenosa, y otro es la trombectomia mecánica en aquellos pacientes que tienen ocluida una arteria principal del cerebro, que si no se abre puede provocar una alta discapacidad para los pacientes. Gracias al servicio de Radiología Intervencionista desde febrero de 2022 se realiza en Salamanca y eso ha supuesto una mejora increíble de los pacientes más graves, o que tienen un ictus que les puede provocar mayor grado de secuelas”.
¿Una persona puede fallecer a causa de un ictus? “No hay una probabilidad determinada, la parte fundamental es tiempo dependiente, si atendemos tarde a los pacientes, las probabilidades de no poderles ofrecer un tratamiento dirigido son mayores, y la probabilidad de complicaciones derivadas del ictus también, como son las infecciones respiratorias”, concluye el director del servicio de Neurología.
Un ictus no se puede prevenir al 100% y puede afectar a cualquier persona, pero existen una serie de recomendaciones para intentar evitarlo. Seguir una buena dieta mediterránea, realizar ejercicio físico y evitar el consumo de alcohol y tabaco ayudan a prevenir tanto el ictus, como otro tipo de enfermedades o patologías. Además, es recomendable seguir un control de la tensión, el azúcar o el colesterol, pues también pueden influir.
Además, los hombres tienen mayor riesgo de ictus que las mujeres, una relación que se invierte en las personas de 80 años de edad, debido a la mayor esperanza de vida de las mujeres. Además, la genética y los antecedentes familiares pueden elevar el riesgo de sufrir un ictus.