El periodista Noel Campo da su opinión sobre el Salamanca UDS tras el pinchazo sufrido en el campo del Bembibre
¿Está usted satisfecho con el empate en tierras leonesas del pasado domingo? Yo tengo clara la respuesta. No, no y no. No traten de convencerme de que un punto ante el Bembibre fuera de casa es válido. Con todos los respetos para los amigos del Bierzo, que incluso con un jugador menos, aguantaron las múltiples embestidas charras. Un punto no es suficiente.
Tampoco les compro la milonga de la media inglesa. Eso de ganar en casa y puntuar fuera. Eso no sirve para ser campeón. Ni mucho menos vale la excusa del campo o el calor. Es algo que afecta por igual a todos los equipos. Repito, este Salamanca, por proyecto, plantilla y presupuesto, debe ganar la gran mayoría de partidos si quiere terminar en primer lugar.
Este empate, podría haber sido válido ante el Ávila u en otro campo de los denominados grandes. Pero dejarse puntos en la Virgen del Camino o Bembibre, no. Es cierto que los salmantinos lo intentaron, tuvieron actitud y le pusieron ganas. También que todos los rivales del conjunto blanquinegro van a encerrarse atrás e intentar salvar los muebles, pero Jehú debe tener opciones y herramientas suficientes para perforar las porterías contrarias. Las alternativas pasan por jugadas a balón parado, disparos por fuera del área, situaciones de estrategia, centros desde las bandas, etc.
Una semana más sigo pensando que el talón de Aquiles de este equipo es la falta de uno o dos delanteros diferenciales o diferentes. No se debe esperar que cada jornada los extremos te hagan goles y te saquen las castañas del fuego. Tampoco puedes depositar todo el potencial ofensivo en que tu único delantero centro este acertado y tenga el día.
Dicho esto, también hay que resaltar lo bueno. Y es la solidez en defensa y el mantener la portería imbatida gracias a Jon Villanueva. Ojalá se siga trabajando así y el guardameta acabe siendo el menos goleado de la liga. Desde luego, el de Barakaldo es un jugador de categoría superior. El Salamanca es el único club del grupo VIII de 3ª RFEF que se mantiene sin encajar ni un solo gol en 5 partidos. Felicidades.
El domingo, festividad de Santa Teresa, visita el Helmántico el líder, el Real Ávila. Un punto separa a ambos equipos. Los abulenses vuelven a la carretera de Zamora tras su amarga y polémica visita en el playoff de la temporada pasada. Esperamos que el guion de aquel encuentro se repita y los charros marquen el devenir de partido. Es uno de los choques clave de la temporada. A día de hoy, son el principal rival a batir y una de las plantillas más fuertes del grupo. El Salamanca debe dar un golpe en la mesa y ganar en casa. Los encarnados, entrenados por el vallisoletano Miguel de la Fuente, con pasado efímero en el Ribert, nunca ha conseguido ganar a los charros como entrenador visitante.
Poco se habla del trabajo silencioso en la cantera. Hace unos días, el Real Betis llamó a una de las perlas de la base del Salamanca. Algo se debe estar haciendo bien. De forma silenciosa, pero constante. Felicidades a los responsables y entrenadores de la cantera. Creo que hay mucho trabajo detrás que muy pocas veces se reconoce y valora.
Hablando del futbol base, el fin de semana pasado comenzaron las competiciones provinciales de los más pequeños. La temporada anterior, Salamanca fue noticia por múltiples incidentes desagradables. Desde amenazas, a conatos de peleas o insultos graves con intervención policial incluida. Este año, los medios de comunicación estarán atentos para denunciar, con luz y taquígrafos, nombres y apellidos, cualquier falta de respeto o injerencia por pequeña que sea contra jugadores, técnicos o árbitros. Es una pena ver a familias intentando ser entrenadores o directivos, verlos protestar cada jugada o criticar porque su vástago no juega lo que ellos desean. Ya no les digo insultar o menospreciar delante de los pequeños. No puede haber impunidad posible para padres y clubs ante hechos tan graves. Dejen jugar a los niños, que disfruten, se formen, ganen, pierdan, se equivoquen, aprendan valores, superación, hagan amigos, pero, sobre todo, que disfruten del mejor deporte del mundo. Solo uno de cada 1.800 jugadores federados llegará a ser futbolista profesional. Piénselo. Por fortuna, los niños nos enseñan mucho a los mayores cada jornada. No se lo pierdan, dejen jugar y disfruten todo lo posible de ellos.