Homenaje a Julián Pérez Núñez, autor del Templete: "La pasión, esfuerzo y trabajo que puso en su construcción perdurara en futuras generaciones"
Una placa homenaje recordará a su hístorico creador
La Plaza de España de Peñaranda ha recordado este sábado el especial origen de su emblema, el gran Templete central, creado por Julián Pérez Núñez, autor que hoy, junto a parte de la Corporación municipal y familiares, ha recibido un emotivo reconocimiento.
El acto, enmarcado dentro de las actividades festivas patronales de San Miguel organizadas por el Ayuntamiento, ha contado con el acompañamiento de varias decenas de vecinos, quienes no han querido perder la oportunidad de recordar a ‘Julián el herrero’, creador de esta insignia peñarandina levantada por este querido forjador tras ganar el concurso municipal de autores en el año 1987.
Carmen Ávila, alcaldesa de la ciudad, destacaba durante el acto que “es un día especial y emotivo ya que es un reconocimiento que debía haberse realizado hace mucho tiempo” y añadía que “Julián puso dedicación, pasión, ilusión y trabajo en este Templete. Fue una labor que, como el acostumbraba, realizaba primero en lápiz como boceto” destacando su trabajo en otras creaciones como farolas o barandillas, entre otras.
Ávila destacaba que el Templete “es una obra maestra para todos los peñarandinos y muestra de ello es que reuniones o encuentros que se realizan en Peñaranda siempre cuentan con su foto aquí, es un lugar emblemático por lo cultural y lo sentimental”.
Un Templete, hecho de manera artesanal, con innumerables horas de trabajo y esfuerzo, que hoy, tal y como destacaba la regidora municipal, “debemos preservar con todo el cariño porque es uno de los lugares más emblemáticos de Peñaranda”.
“Nuestro agradecimiento es eterno a Julián porque su creación, generación tras generación, sigue siendo el emblema de nuestra ciudad” afirmaba la primera edil.
El momento de mayor emoción se ha vivido cuando los familiares de Julián Pérez Núñez descubrían la placa homenaje que desde hoy recuerda a su creador, momento en el que las lágrimas y los recuerdos se han fundido con los aplausos continuos de los asistentes.