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"Deseo ahora llegar, ver, oír y empezar a caminar, no me pongo metas ni sueños, quiero estar con la gente"
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FERNANDO GARCÍA, NUEVO PÁRROCO DE PIZARRALES

"Deseo ahora llegar, ver, oír y empezar a caminar, no me pongo metas ni sueños, quiero estar con la gente"

Actualizado 10/09/2023 16:42
Redacción

El sacerdote será nombrado oficialmente en unos días como responsable de la parroquia y ya comienza a trazar sus primeras ideas de trabajo en comunidad

Se llama Fernando García y hoy, a sus 43 años, comienza a hacer las maletas para mudarse a la que será su nueva parroquia, en el barrio salmantino de Pizarrales, dejando atrás una potente experiencia vital y sacerdotal que le ha marcado profundamente en lo personal, pero también en lo pastoral, ya que los pueblos de la comarca de Peñaranda en los que hasta ahora ha estado desarrollando su actividad se muestran verdaderamente emocionados ante la marcha de un ‘cura’ que ha sido definido por el cariño en la calle y entre las gentes de diferentes edades.

Arranca así una nueva realidad que tiene sus orígenes y que, tal y como recuerda Fernando, “yo vine hace doce años a la comarca, cuando Demetrio Franco era párroco en Peñaranda y caía enfermo. Yo llegue de Vicario, aunque ya era párroco de pueblos como Tordillos, Nava de Sotrobal y diferentes municipios del entorno. Después de retirarse Demetrio me quede solo al frente de estas parroquias, entre ellas también Peñaranda, Coca de Alba, Alconada, Ventosa, Palaciosrubios, Poveda de las Cintas o Campo de Peñaranda…todas ellas ya compartidas con Lauren Sevillano cuando llego…iba cubriendo huecos en definitiva, aunque en realidad viviendo ha sido en Tordillos, acompañando a Peñaranda y luego ya me vine a Macotera cuando se jubilaron Victoriano y Rafael, sus históricos párrocos”.

Tal y como apunta el sacerdote, su paso por estas parroquias, “ha sido una etapa bien bonita…cada año aprendes algo nuevo. La verdad que cuando pase de Tordillos a Macotera y el entorno llegue con un poco de miedo ya que eran 50 años de curas…pero la valoración es muy positiva. Nunca ha dejado de haber catequesis de niños, confirmaciones y adultos, eso te da mucha esperanza porque ves que hay algo de vida en los pueblos…es verdad que hacemos mas entierros que otra cosa, pero el culto es mucho porque hay mucha tradición. Todo eso da trabajo y requiere disponibilidad…puedo decir que me he hecho cura aquí en esta zona y en los pueblos de la comarca de Peñaranda” y asegura de su marcha que “me voy contento porque he trabajado muy bien y he podido hacer camino acompañado por la gente, sintiendo que la comunidad me ha acompañado, lo digo alto y claro…gracias a Dios he podido hacer y trabajar porque la gente ha estado conmigo…desde las obras físicas en las iglesias hasta el trabajo pastoral y el cuidado de niños, jóvenes, ancianos o enfermos. Me voy con mucha pena…ahora viene Antonio Carreras que los va a acompañar seguro, pero es muy difícil la vida en los pueblos ya que desde Los Santos y hasta después de la Semana Santa los pueblos pegan un bajón terrible en el día a día. Creo que, en este tiempo, o te echas buenas espaldas y te dejas querer y quieres a la gente o se hace muy duro…me voy con pena porque el tu a tu de los pueblos no se si se vive en la ciudad”.

Una nueva realidad que a nivel personal también ofrece un análisis, en el que Fernando expone como “yo un día ofrecí obediencia al Obispo y sus sucesores y hasta ahora lo he cumplido y lo seguiré haciendo. Además, lo he hecho con un lema de la Madre Maravillas de Mancera de Abajo: “Donde Dios quiera, como Dios quiera y cuando Dios quiera”. Espiritualmente ha sido así…pero humanamente, desde la persona de Fernando, siento que tengo el corazón resquebrajado, lo tengo en cachitos…Por una parte tengo a mi familia al lado con la que como y convivo todos los días…pero además esta una vida hecha junto a mucha gente que me quiera y amigos de verdad…Y a nivel pastoral parece que en estos últimos años había dado una pequeña estabilidad, como empezando a poner en marcha los cimientos de unidad que habíamos creado…pero lo humano y lo espiritual se compaginan y Dios es quien rige nuestros destinos”.

Fernando asegura rotundo que “Pido perdón en mayúsculas, porque quizás siempre voy corriendo y no se si he podido dedicar el tiempo suficiente a la gente…pero tengo claro que llegue para anunciar el evangelio y a poner en manos de toda la eucaristía…eso es mi vocación y por lo que he venido aquí, servir a la palabra y la eucaristía” y añade emocionado que “agradezco de corazón las movilizaciones vecinales pidiendo firmas para que me quede. Pero la labor de Dios ahora me lleva por otro camino…creo que todos nos quedamos con cierta nostalgia. No creo sinceramente que Fernando sea el que lo ha hecho bien o no, ni que ha hecho parroquia. creo que al final hemos hecho el día a día todos juntos…Siempre he sentido el calor y el cariño de la gente. En esta etapa ha sentido un revulsivo, ya que muchas veces te vienes abajo porque no llegas a todo lo que quieres…pero ha sido un chute de energía el cariño de los jóvenes que no vienen a la iglesia te van mostrando por la calle…me paran y me cuentan…eso es algo que llama la atención porque es algo mas que habitual…hace apenas unas semanas, en la presentación de Santa María Reina en Peñaranda, preguntaban qué porque se llevaban al cura, que todos estaban mas que contentos con el…para un sacerdote que entrega la vida por su comunidad oír cosas así es algo inolvidable”.

Ahora, con su nuevo rumbo con destino Pizarrales en Salamanca, cargo que recogerá de manera formal el próximo 17 de septiembre, Fernando tiene claro el rumbo y el camino que quiere trazar en su llegada y asentamiento. “En Pizarrales esta Dios y hay hermanos para caminar juntos hacia el evangelio y hacia la eucaristía. Deseo ahora llegar, ver, oír y empezar a caminar, no me pongo metas ni sueños…mira cuando me ordene cura llevaba ideas preconcebidas sobre lo que soñaba hacer…pero la realidad supera la ficción. Pero eso te da luz para que, sin apagar la ilusión, sigan adelante los sueños, pero asumiendo que la realidad tiene que ser la que sea y tengo que conocerla primero. Y lo que estoy deseando es conocer a la parroquia y el barrio…rehacer el corazón y después iremos viendo cómo vamos desarrollando la labor. En lo social tenemos pinitos y quiero seguir avanzando en esa tarea. No sé si seré capaz de afrontar esta nueva tarea como persona y sacerdote…llevo alguna noche sin dormir pensando en ello, pero estoy en manos de Dios y espero que este nuevo destino haga que este paso sea un avance y creemos comunidad…Es hora de salir de mi tierra, de la zona de confort y empezar de nuevo en manos de Dios. Pero es algo que va unido a mis sueños y mi ilusión, quiero soñar con un gran proyecto junto a los jóvenes y mayores, junto a todos sin distinción”