“Si el árbitro concede una falta directa al rival en una zona que exija poner barrera, asegúrate de elegir a los jugadores idóneos. Para los propósitos de este capítulo, asumamos que todas las faltas directas se sacarán a 25 metros de la línea de fondo”. (Dan Blank, “Fútbol IQ. Volumen 2.).
¿Y cuáles son los jugadores idóneos para constituir una barrera? De momento, y no lo dice ningún manual, no pongas a un delantero entre los 5 jugadores que habitualmente cubren la trayectoria del balón hacia su propio portero. Suelen ser jugadores “miedosos” para el caso de que el balón venga a golpearte y, seguramente, por instinto, se retirarán del lugar y dejarán pasar el balón impunemente. Por tanto, hombres fuertes, altos, aguerridos, acostumbrados a golpear con la cabeza muchos balones envenenados, etc. O sea, defensores de toda la vida.
En el último lustro ha aparecido un “complemento” a las barreras, aparece de pronto un jugador tumbado en el suelo, de espaldas y mirando para su portero, que espera estáticamente a que, si sus compañeros de la barrera saltan para neutralizar las trayectorias aéreas, pero el delantero aprovecha a tirar raso, el balón golpee al que está ahí tirado “haciendo el cocodrilo”… Extraña figura inventada por no sé quién y antiestética según mi opinión, pero que es cierto puede ser eficaz en alguna ocasión.
De hecho, para mí es un hito defensivo, en una ocasión vi ejercer de “cocodrilo” nada más y nada menos que a Messi. Sí, sí, a Messi… El sobrehumano, el Mesías del fútbol, el superhombre, el santo, el extraterrestre, el OVNI… Haciendo de “cocodrilo”. Estéticamente a mí me rechinaron todas las neuronas, pero una cosa fue de agradecer, su actitud de colaboración con el equipo.
Muchas veces he opinado que las barreras son el peor enemigo del portero, porque son 9,15 metros desde el balón a la barrera, una distancia suficiente para que el portero no vea salir el balón de los pies del que golpea, y no poder compensar su velocidad de reacción impidiendo que la pelota se aloje en las redes.
Hace muchos años, más de 70, Alejandro Scopelli proponía en su libro “¡Hola Míster, 12 años después!”, que desapareciera el fuera de juego en faltas con barrera; lo que supondría que los equipos defensivos cometerían menos faltas, habría menos barreras, y el juego sería más fluido sin duda. Pero nunca he visto que las altas esferas del fútbol se hayan planteado desarrollar dicha propuesta. De ahí que, me temo, seguiremos viendo barreras en el fútbol con “cocodrilos” incorporados.
Salamanca, 31. Agosto. 2023.
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