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Folklore: la rica y variada cultura del pueblo charro
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Día Mundial

Folklore: la rica y variada cultura del pueblo charro

Actualizado 21/08/2023 20:50
Rosa M. García

Música, bailes, canciones, costumbres, leyendas, artesanía... repasamos las expresiones de la identidad de la provincia de Salamanca

Rico y variado. Así es el folklore charro, la cultura del pueblo salmantino. No solo es música y baile, son tradiciones, costumbres, leyendas, artesanía… es la expresión cultural de la identidad de una zona. El 22 de agosto se celebra el Día Mundial del Folklore como homenaje a esas expresiones artísticas y autóctonas que reflejan esas tradiciones, costumbres y rasgos de un pueblo. Un día en el que también se homenajea a los estudiosos e investigadores, así como a los difusores del folklore de los pueblos.

El folklore de Salamanca es “muy diverso y variado, y a la vez muy rico. A diferencia de otras regiones de España, aquí se han conservado muchísimos aspectos, desde la indumentaria, la gastronomía, la arquitectura tradicional, la música, los bailes, la artesanía…, aunque también en unas comarcas más que en otras; por ejemplo, en la Sierra de Francia, la arquitectura tradicional se ha mantenido muy bien, en otras zonas se ha perdido más o bastante”. Así lo asegura José Ramón Cid Cebrián, investigador de la cultura popular y un gran conocedor de las tradiciones salmantinas, además de ser experto en la gaita y el tamboril.

Aparte de la conservación y la riqueza, otra característica es que Salamanca es “una provincia muy variada en folklore; tiene diferentes comarcas con diferentes ecosistemas y también influyen sus antecedentes históricos. La zona cerealista de La Armuña es muy diferente al Campo Charro, por ejemplo, y luego están la Sierra de Francia, El Rebollar, Las Arribes,... en cada zona tienen unas características muy definidas, una personalidad propia, que se nota hasta en el habla y en el carácter de los habitantes de cada comarca”, explica Cid Cebrián.

Y eso se nota también en los bailes y los ritmos. “Cada comarca tiene un baile concreto con unos ritmos y con unos trajes diferentes, incluso dentro de algunas comarcas, existen algunas diferencias entre pueblo y pueblo”. Por ejemplo, señala, “en El Rebollar es tal la variedad que es muy diferente lo que hay en Robleda, en Peñaparda y en El Payo, que son limítrofes”. En El Payo, por ejemplo, se baila de una manera y se toca la sartén, en Peñaparda se toca el pandero y en Robleda, la gaita y el tamboril; “tienen diferencias y es la misma comarca, hay cosas comunes en El Rebollar, pero a la vez en cada pueblo tienen diferentes aspectos en todo, la música, el baile y la indumentaria”.

Dentro de toda esta variedad del folklore salmantino, Cid Cebrián no destaca a ninguno. “Hay una riqueza muy grande, lo que pasa es que ha habido épocas que en algunos sitios se ha perdido más y en otros se ha conservado mejor, pero la verdad es que hay, por ejemplo, grabaciones antiguas de los tamborileros de La Armuña que son impresionantes, luego en El Rebollar, la riqueza que hay, con el ejemplo del pandero cuadrado de Peñaparda, que ahora se ha puesto de moda en todos los grupos, no solo de música folk, si no en otros tipos de música; se ha convertido en un instrumento tremendamente popular”.

La identidad del pueblo

Folklore, como explica, es “la identidad de un pueblo; representa la cultura del pueblo. Es lo que significa la palabra folklore, la cultura del pueblo, una palabra inglesa que se ha castellanizado. Cada pueblo tiene su personalidad, su cultura y todos queremos mantenerla, porque es nuestra identidad”. Proviene del inglés ‘folk’ que significa pueblo y ‘lore’ que significa acervo, saber o conocimiento.

Una cultura popular que parece que está actualmente en auge. “El interés que hay ahora hace años era impensable. Ahora en todos los sitios se habla de la música tradicional, hay mucho interés, los instrumentos ya se han asumido, incluso ya hay muchos grupos que tocan los instrumentos tradicionales con instrumentos académicos, cosas que antes no existían, pero ahora muchos grupos de música de todo tipo tipo utilizan la gaita y el tamboril, el pandero, las panderetas junto con violines, flautas, clarinetes, saxofones… con todos los instrumentos, por así decirlo, académicos, y eso antes no existía”. Además “es curioso que ahora en cualquier pueblo en las fiestas parece obligatorio un concierto de un grupo de folk o que en la misa y la procesión intervenga el tamborilero o el dulzainero, esto antes hubo una época que se perdió bastante. Antiguamente eran así las fiestas, pero hubo unos años que se perdió y ahora ha vuelto a resurgir, ya no hay una fiesta de un pueblo que no tenga folklore en su programa”.

Un panorama actual que, según Cid Cebrián, “por una parte, es muy bueno, pero el problema es que el folklore de cada sitio tiene la personalidad de ese sitio y ahora mismo lo que está pasando es que se está estandarizando, incluso fuera de la provincia. Ahora vemos que hay sitios donde no existían la gaita y el tamboril o el pandero cuadrado y que lo están asumiendo. Esa identidad que teníamos en cada comarca, pues un poco se ha perdido, pero también va con los tiempos, ahora nos estamos universalizando en todos los sentidos, con internet y los medios de comunicación; antes en los pueblos estaban totalmente aislados, ahora no, se conoce todo, sobre todo desde la época digital, ya llega a todos los lugares del mundo y te encuentras tocando los toques de aquí de Salamanca, de un pueblo concreto, en cualquier país del mundo”.

Y al revés también está pasando, con la introducción en nuestro folklore de otra música y otros instrumentos. “Ahora es frecuente ver en grupos de folklore salmantino meter gaitas gallegas o instrumentos que aquí no se usaban y vienen de otras regiones”. Una manera, quizás, de que con esta evolución y mezcla de folklores, el salmantino pueda perder un poco su esencia, “pero no se puede vivir como antes, aislados, además en algunos sitios llevan muy arraigada la música de su pueblo, los trajes, los bailes y luchan por mantenerlos y porque no se contaminen con los de otros lugares, pero se está estandarizando todo mucho”.

Instrumentos

La gaita y el tamboril son quizás los instrumentos más representativos del folklore salmantino. “En realidad es un instrumento característico de todo el occidente de la Península, desde el norte al sur, desde Asturias a Huelva, todas las zonas tanto de Portugal como de España tocan gaita y tamboril. En Salamanca se ha mantenido mucho y con mucha riqueza y variedad, pero también se toca en Cáceres, Huelva, Zamora y León. Es un instrumento característico del antiguo Reino de León y en la zona de la provincia de Salamanca colindante con Castilla, como son Peñaranda y Alba de Tormes, el instrumento característico es la dulzaina y el redoblante, ya que lo es en Castilla”. Por lo tanto, en Salamanca tenemos estos dos instrumentos.

Las castañuelas son un instrumento universal, “se tocan en toda la Península y en toda Europa, pero Salamanca tiene una variedad asombrosa de tipos de castañuelas y formas de tocarlas; se tocan de una forma propia a los ritmos característicos que tenemos aquí, la charrada, el charro, el picao, los fandangos, las jotas, los pasacalles…. son ritmos que se acompañan siempre con las castañuelas”. Y eran un instrumento típicamente masculino, “tanto si se bailaba o si se iba de pasacalles, los hombres solían acompañar con castañuelas, en algunos casos las mujeres, pero la castañuela más bien es un instrumento masculino en Salamanca, las mujeres no solían tocarlas nada más que cuando hacían danzas de mujeres, para lo demás, las tocaban los hombres”.

No solo son las distintas forma de tocar las castañuelas, también en Salamanca destaca su variedad física o morfológica, que “es impresionante; hay muchos modelos de castañuelas, que dan un sonido distinto” y en las que también destacan las decoraciones. Porque otra característica de nuestro folklore, como explica Cid Cebrián, “es el arte pastoril, lo que realizaban los pastores o gente que cuidaba el ganado en la soledad del campo, que como solían tener las manos libres y pasaban muchas horas, para’ matar el tiempo’ decoraban con la navaja los utensilios que ellos utilizaban, unas castañuelas o unos cuernos de toros y vacas, y hacían recipientes que luego decoraban a punta de navaja, así como las ruecas de las mujeres cuando hilaban… hacían unas labores impresionantes y en las castañuelas hay verdaderas joyas con decoración pastoril a punta de navaja”.

Folklore: la rica y variada cultura del pueblo charro | Imagen 1

Bailes y vestimenta

También en los bailes hay una diversidad muy grande, porque en cada comarca se tienen los suyos. Sin embargo, no se han conservado igual, “donde a lo mejor se ha conservado más vivo y, por así decirlo, es más popular, es en la Sierra de Francia, en La Alberca, Mogarraz, Miranda y el resto de pueblos de la zona, toca el tamborilero y suele bailar todo el mundo, además saben bailar, a diferencia de otras comarcas, donde no hay bailadores con la calidad y cantidad de los serranos; aquí se ha conservado mejor”.

Pero además hay bailes típicos en cada zona “por ejemplo, en la ribera, hay unos bailes preciosos, los charros, las roscas de la ribera, en El Rebollar también, en Peñaparda, el corrido, el brincao, las charradas, los charros… todas las zonas tienen sus bailes característicos” y en cada una de ellas “queda alguien que conoce bien los bailes auténticos del lugar y se mantienen en su pureza, pero, por ejemplo, en Peñaparda y la Sierra se han mantenido muy bien, puros, sin contaminarse con otras músicas y otros bailes”.

Y sobre el traje charro, nada mejor que las palabras de Mary Villanueva del Pozo, del Grupo de Coros y Danzas ‘Federico Lozano’ de Salamanca: “El traje charro puede considerarse como el más opulento, típico y bello de España por su rica indumentaria y filigrana charra. Esa gran opulencia de aderezos que lleva la charra sobre su busto hace que el andar de sus mujeres sea pausada, ceremoniosa, dando pie a la observación atribuida a Unamuno: ‘Salamanca tierra en que las vírgenes parecen mujeres y las mujeres vírgenes’”.