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Efecto Matilda 6: El Caso Alice Guy
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Efecto Matilda 6: El Caso Alice Guy

Actualizado 10/08/2023 19:11
Manuel Rodríguez Fraile

De todos es sabido que en marzo de 1895, los hermanos Lumière proyectaron la que sería la primera película de la historia: 'Los obreros saliendo de la fábrica, pero la mayoría ignora que Alice Guy Blanché, con sólo 23 años, fue la primera mujer en dirigir una película un año después.

Alice fue la primera en muchas cosas. Fue la primera en introducir en el séptimo arte el género la ciencia ficción con efectos especiales y en experimentar con la sincronización del sonido y de las imágenes en color. También fue la primera en intuir el prometedor futuro de aquella recién nacida técnica que no se limitaría a rodar documentales (obreros saliendo de una fábrica o gente saliendo de misa…), también serviría para contar historias al igual que las novelas o el teatro. Y a ello se puso la visionaria Alice llegando a dirigir de 700 a 1000 cintas entre películas y corto metrajes, de las que se conservan apenas 100.

También fue la primera, antes que ningún varón, en rodar una película contra la violencia de género y una protagonizada sólo por negros. También lo fue en efectuar cambios de plano con la cámara, incluso fue la primera en producir sus obras y en dirigir la primera superproducción de la historia del cine, La vida de Cristo, que contó con más de 300 figurantes, algo nunca visto antes.

Hija de editores, sus padres fueron dueños de una cadena de librerías en Santiago de Chile, pero regresaron a Francia tras una devastadora epidemia de viruela. Alice nació en julio de 1873 en el pequeño pueblo de Saint- Mandé, cerca de Paris. Su infancia y juventud trascurrió entre Francia, Suiza y Chile.

Entre las pocas opciones que entonces tenían las mujeres para estudiar se decidió por la mecanógrafa y la taquígrafa, lo que con 21 años le permitió entrar como secretaria en Comptoir Général de la Photographie, una fábrica de cámaras y suministros fotográfico, de la que era propietario León Gaumont.

Un año más tarde acudió a la proyección de los hermanos Lumière, y ese acontecimiento cambió su vida para siempre. Dos años después convenció a su jefe para complementar la venta de material con la producción cinematográfica de la que ellas misma se haría cargo sin desatender sus obligaciones de secretaria. Así lo cuenta ella en sus memorias

Mi juventud, mi inexperiencia, mi sexo, todo conspiraba contra mí. Pero sí que recibí el permiso, con la condición expresa de que esto no afectaría a mis tareas de secretaria

En 1907 se casó con Herbert Blaché, un camarógrafo inglés, y se instalaron en Nueva York donde pusieron en marcha la productora Solax Studios que, en 1913 pasaría a conocerse como Blaché Features, y en la que dirigió desde comedias a western, y desde películas románticas a guiones de terror.

El éxito de la productora parecía imparable, pero las constantes infidelidades de su esposo terminaron en un tormentoso divorcio, tras 15 años de matrimonio, y las cosas comenzaron a ir de mal en peor. Alice abandonó California en 1922 y regreso a Francia en compañía de sus hijas. Ya no dirigiría ninguna película más.

Treinta años después se le concedió la Legión de Honor, la mayor distinción que otorga el gobierno francés, y en 1957 el mundo del cine francés le reconoció ser la primera directora de cine de la historia. A mediados de los años 60 regreso a Estados Unidos para intentar recuperar sus películas, pero encontró muy pocas y algunas de ellas 'camufladas' bajos nombre de varones, algunos de ellos habían sido directores de fotografía a sus órdenes.

Alice Guy murió en 1967 en una residencia de ancianos y en el más completo anonimato. Ningún medio de comunicación se hizo eco de la noticia y mucho menos se ocupó de dar a conocer su historia.

El productor y director de cine Ivan Reguera le dedicó, en mayo del 2018, un artículo - 'Caso Alice Guy: sí, la historia la escriben los hombres' - en la revista Más de Cultura, en la que podemos leer:

Imagínenla con 94 años, marchita, sola, en una residencia de ancianos, antes de morir olvidada y sin cobrar casi ningún derecho de autor de su cine[1].

El Efecto Matilda ha sido de nuevo el responsable de que la historia del cine no haya saldado la deuda con esta genial mujer que supo ver más allá del experimento cinematográfico de los hermanos Lumière.

[1] https://masdecultura.com/audiovisual/caso-alice-guy-si-la-historia-la-escriben-los-hombres/

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