Ha hecho el posado del verano a los 68 años de edad
Ana Obregón vuelve a protagonizar el posado más esperado de verano. Pletórica tras la llegada a su vida de la pequeña Ana Sandra hace cuatro meses, la bióloga vuelve a ponerse ante los objetivos de las cámaras presumiendo de cuerpazo en bañador a sus 68 años, aunque lejos de sus multitudinarias apariciones en la playa en Palma de Mallorca de antaño, en esta ocasión ha preferido raparecer en exclusiva en porttada de la revista ¡Hola!, en la que además se sincera sobre el momento de gran felicidad que está viviendo gracias a su nieta.
"Si no fuera por Anita no estaría aquí. Me ha dado la vida, me la ha devuelto. Luchar cada día por tenerla conmigo ha dado sentido a mi vida en los tres ultimos años" confiesa, asegurando orgullosa que "es clavada" a su hijo Aless Lequio -fallecido en mayo de 2020 y padre biológico de la pequeña- "tanto físicamente como en manera de ser".
Y es que como afirma sin llegar a créerselo del todo por lo afortunada que se siente desde el nacimiento de su nieta, "tiene la misma risa alegre, se porta increíble y es glotona como era Aless" y, como desvela, "es igualita a él en algunos gestos", tiene su misma nariz y su boca, la mira "con el mismo amor que me miraba Aless" y, además, "huele exactamente igual" que su hijo.
Insistiendo en que a la pequeña no le va a faltar de nada por la gran familia que la rodea, Ana revela que ya tiene "escrito en su testamento" quién va a cuidar de la niña "cuando ella no esté". Será su sobrina Celia Vega- Penichet -de 30 años de edad- que además va a ser su madrina de bautismo. "Una decisión muy meditada y pensada desde el minuto 1" y en la que, sin duda, ha pesado mucho la estrecha relación -como de hermanos- que la hija de su hermana Celia tenía con Aless. "Celita está enloquecida con Anita y va a cuidar perfectamente de la niña cuando yo ya no esté" asegura.