El robledano Ángel Iglesias Ovejero recibió el Pandero de honor por su tradición oral del rebollar
En la localidad de Peñaparda se han podido escuchar durante el fin de semana sones de gaita y tamboril acompañados de la vistosidad del traje típico de la zona que han lucido con orgullo niños/as y mayores por las calles y plazas de la localidad rebollana.
Se trata de la XXIII edición de la fiesta del Pandero Cuadrado, un instrumento musical de percusión posiblemente más genuino de la comarca mirobrigense, con la característica de que es tocado sólo por mujeres y, que se quiere mantener en esta tradición.
La fiesta comenzó el pasado viernes con una conferencia a cargo del vecino con raíces en Robleda, Ángel Iglesias Ovejero, un estudioso del habla del rebollar y autor de libros, romances, coplas y tradiciones que tienen que ver con la vida de la subcomarca del Campo de Robledo.
Precisamente ha sido a él a quien la Asociación organizadora de la ha otorgado este año el Pandero Honorífico por su trayectoria investigadora.
La jornada sabatina la abrió una feria de artesanía, siendo en la tarde cuando comenzara el plato fuerte de la fiesta del Pandero Cuadrado con un pasacalle con los grupos de folklore por la travesía Fontanilla hasta la Plaza Mayor donde posteriormente actuarían.
En primer lugar, lo hizo un grupo de niños locales, que han estado durante estos últimos días ensayando en los talleres que se han costeado con fondos de ADECOCIR con el fin de mantener las tradiciones.
Los niños de Peñaparda bailaron al son del Pandero Cuadrado de Isabel Ramos, extasiando al numeroso público que se acercó desde varias localidades vecinas, haciéndose notar los veraneantes oriundos, muchos ya de segunda y tercera generación residentes en el País galo.
Seguidamente la actuación del Grupo albaceteño Abuela Santa Ana, animó a los oyentes con sus bailes airosos y festivos si los comparamos con los de esta zona salmantina.
EL grupo manchego con 34 años de historia y formado por más de medio centenar de personas, no pudo estar al completo por ser festividad en la pedanía albaceteña de Santa Ana de donde proceden; por lo que acudieron 19 miembros ataviados con sus trajes regionales haciendo una exposición de varios modelos sobre las diferentes vestiduras, desde las más humildes hasta las más cuantiosas, dependiendo de la economía de cada persona en épocas pasadas.
El grupo deleitó con sus canciones y bailes típicos como fandanguillos, cánticos de campo cuando se iba a las labores, seguidillas, jotas, rondeñas, malagueñas y paulabas. Todo un repertorio que dejó embelesado al público asistente.
Seguidamente el grupo de Mayores de Peñaparda también hizo una demostración fantástica del folklore del Rebollar.
La actuación de Charros y Gitanos ya por la noche tras un ágape para todos los colaboradores, puso la guinda final a la fiesta, que ha sido posible a la colaboración económica de la Diputación de Salamanca y Adecocir, arrimando el hombro el Ayuntamiento de Peñaparda con la logística y varios establecimientos comerciales y hosteleros que han aportado su grano de arena ayudando en todo lo posible a la Asociación del Pandero Cuadrado.