Amelia García, el arte en sus manos

En el Taller de Amelia García, la pared de adobe muestra su piel vegetal y comparte peso con la piedra recia con la que se hacen las casas de Valverdón. Aquí se amasa el pan que comemos, pero Amelia amasa el barro del que estamos hechos y lo convierte en piezas que se funden en el bronce que se yergue, maravilla de síntesis y delicada abstracción de sus piezas. Son las mujeres de Amelia García que ha expuesto en la plaza de su pueblo y que han sorprendido a propios y extraños con su lenguaje particular, su deslumbrante originalidad, su lenguaje tan cercano a la abstracción que estiliza la figura, deja volar la imaginación y muestra su sorprendente talento.

El regreso de Amalia García, profesora y directora de L´Escola Superior d´Art de Palma, no puede dejarnos indiferente. Su obra está en el Museo de Salamanca y en algunas instituciones, pero no la conocemos lo suficiente y de ahí la sorpresa cuando, en la plaza recoleta de su Valverdón natal, se alzan las figuras sorprendentes de una artista nacida en el pueblo junto al río, alumna de Álvarez del Manzano a quien tanto recuerda y que ganó su puesto de profesora en uno de los espacios que más reconocen el arte de la cerámica: Mallorca.

Cruce de caminos de fenicios, griegos, árabes artistas y artesanos, la Mallorca de Miró y de Barceló entre importantes nombres del arte dedicado a la cerámica es un lugar privilegiado donde durante años Amelia García dio clases y creó una obra siempre en evolución e innovación. Del torno a la escultura, las series sorprendentes de la artista salmantina se exponen y venden, participan de la evolución del arte de la cerámica y buscan ese lenguaje constante que conjuga la preocupación ética y el compromiso de esta mujer valiente y trabajadora con su aliento artístico original y pleno de dones. Su búsqueda es constante, y su reflexión honda y sentida sobre el tiempo en el que vive, también, de ahí su preocupación por el tema de la mujer, su defensa de la sororidad, sus piezas monumentales donde se estiliza la figura y los detalles significativos –ese vientre cuidadoso, ese ropaje tratado con mimo, esos pies anclados en la tierra y la tradición- marcan su delicado lenguaje artístico ahora inconfundible.

Amelia García no se conforma, se suceden sus series, y sin embargo, su trabajo, ahora en Salamanca, sigue desplegándose. Desde el año 2009, sus hallazgos se muestran desde la verticalidad, la horizontalidad del lienzo. Un lienzo con volúmenes propios de la escultora que mezcla los lenguajes artísticos y pinta con relieves y detalles cerámicos y modela el plano. Pliega en sus manos el mundo como lo curvó antes en el torno de la paciencia, siempre con entrega y compromiso… porque lo único que ha cambiado es la luz que ilumina su trabajo: el Mediterráneo sigue en sus ojos alegres, en su sonrisa plena, en su deseo de encuentro y charla compartida… y sin embargo, su Taller está ahora en un pueblo pequeño, el pueblo que la vio nacer, en la misma casa ahora reconvertida aunque mantenga la pared de adobe que es una pieza escultórica en sí misma. Ahí donde se amontona la memoria como una pieza de piedra en la que habitan los que nos precedieron. Tradición y vanguardia en las manos plenas de una artista que recuperamos, es el encuentro privilegiado que retrata Carmen Borrego con el absoluto talento de Amelia García.

Fotografías: Carmen Borrego