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Caras de emoción en los más pequeños tras sus primeros pasos en un encierro con reses de verdad
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Moraleja | Fiestas

Caras de emoción en los más pequeños tras sus primeros pasos en un encierro con reses de verdad

Actualizado 13/07/2023 21:33
Adrián Martín

La organización estuvo a cargo de la comisión de festejos y se utilizaron bueyes de corta edad

La ilusión mezclada con el miedo se podía apreciar perfectamente en las caras de los niños y niñas moralejanas minutos antes de que sonara el chupinazo anunciador de la salida de las reses para esas criaturas.

El rostro de padres y madres eran reflejo de la de sus retoños, pues el inculcar esta tradición tan española de correr los encierros a nuestros hijos siempre es de agrado, sobre todo si el padre o madre es un buen aficionado.

Así parecía ser cuando cerca de un centenar de niños y padres corrían delante de unos mansos de corta edad y de estura pequeña para los mayores, pero de un gran tamaño a vista de los pequeños corredores, que sentían la misma sensación que los mayores al correr reses adultas.

El recorrido fue desde la Plaza de Abastos hasta la Plaza de toros, recortando en la mitad el recorrido tradicional, donde los pequeños mostraron su valentía y afición taurina, demostrando a la vez que a Moraleja no le van a faltar corredores para futuros encierros de San Buenaventura.

Tras la emocionante carrera callejera, los mansos llegaron a la plaza, donde los aspirantes a corredores disfrutaron de nuevo de algunas carreras, llegando incluso alguno a osarse a hacer algún quiebro y llevarse unas buenas sensaciones.

Caras de emoción en los más pequeños tras sus primeros pasos en un encierro con reses de verdad | Imagen 1

Sensaciones que dentro de no mucho tiempo podrán revivir con reses magnas, acordándose de estos primeros momentos en los que la mano de su progenitor le salvaría de cualquier peligro.

Tras la clase práctica de correr encierros, los pequeños tuvieron que retomar fuerzas con un gran vaso de leche o zumo, para ver ya en un lugar más seguro el encierro para mayores con cuatro novillos de la ganadería de Antonio Román; soñando en que pronto estarán ellos delante de esos toros y protagonizando espectaculares carreras.