El Museo de los Cuentos y la Ciencia de la artista Rosana Largo celebra su primer aniversario en Paredes de Nava

Cuando en Times Square, este año, lució en una de las grandes fachadas el Rey David de Berruguete y el rostro de la pintora palentina el asombro fue total salvo para quienes conocen la trayectoria de esta artista inclasificable que ha paseado por el mundo el nombre de Castilla y León y más aún, el de uno de los pueblos más hermosos de Tierra de Campos, cuna no solo de los Berruguete sino de Jorge Manrique. Un lugar que bien merece una visita por sus impresionantes iglesias, el paso sosegado del Canal de Castilla, el retablo del artista, sus casas blasonadas y ahora, el Museo de los Cuentos y la Ciencia donde se respira el arte sorprendente de Rosana Largo, premiada en todos los certámenes internacionales e inexplicablemente, desconocida para el público español.

A la artista vallisoletana la conocimos en Urueña, la Villa del Libro donde sus padres tenían una librería y ella concibió el Museo del Cuento como un mundo propio donde devolvernos la infancia. Y fue precisamente en Urueña, y como ilustradora del proyecto “Contamos la Navidad” donde los escritores salmantinos participantes en esa gran red de relatos que tejió el autor y crítico José Ignacio García, donde conocimos personalmente a Rosana Largo.

¡Qué desconocidos nos somos entre nosotros, habitantes de la misma región! Sin embargo, para quienes no la conocían, Rosana era la autora de la insólita y bellísima portada del libro Contamos todas, 29 narradoras de Castilla y León, prologado por Celia Corral Cañas y publicado por Castilla Ediciones. Vamos conociéndonos a medida que se tejen esas telas del arte y el afecto y estamos en Paredes de Nava, celebrando el primer año de un Museo que no solo tiene mucho de fantasía, sino de proyecto certero. Porque érase una vez un proyecto que, en palabras del alcalde de paredes de Nava, Luis Alberto Calderón, ya llevado el nombre del pueblo al mismo corazón de Nueva York.

Quiso Rosana Largo un espacio para ordenar la obra con la que relaciona los cuentos y la ciencia, y el ayuntamiento le ofreció la iglesia desacralizada de San Martín convertida ahora no solo en un espacio de genera visitantes para el municipio, sino un ejemplo para aunar talento, generosidad e impulso para los pueblos. Para el alcalde, el planeta Rosana y el Planeta Paredes de Nava ahora son uno, un planeta donde la ciencia se trenza con el cuento y no puede por menos en su discurso la artista que reconocer la labor de las mujeres científicas, que ella representa en la persona de la salmantina Inés Rodríguez Hidalgo, astrofísica y actual directora del Museo de la Ciencia de Valladolid donde Rosana Largo ha expuesto su particular unión de la fantasía y la ciencia.

El museo, explicado por la propia artista, es un prodigio de su mundo pictórico que se extiende a las instalaciones que caracterizan su visión particularísima de cuento y ciencia. Hiperreal, surrealista, minucioso, el estilo de Rosana no solo se despliega en todo tipo de soportes y artilugios a la manera de su admirado Leonardo Da Vinci, también crea un lenguaje divulgativo que nos explica por qué volaba Peter Pan, o qué haría imposible que la Cenicienta caminara con un zapato de cristal. Rosana no solo explora la visión clásica de la ilustración del cuento popular, sino que va más allá y acude a los actos internacionales vistiendo la fantasía policromada que pinta en seda con el óleo y el pan de oro de sus cuentos, vestidos que ahora expone el museo y que ha lucido con infinita gracia, hada rubia salida de sus propias cajas pintadas, mundos troquelados donde el niño se maravilla y el adulto vuelve a serlo. Vestidos que, como no puede ser de otra manera, la artista relaciona con los nuevos biomateriales porque la seda no solo es gasa, sino malla que se implanta en la piel. La ciencia de nuevo, salta al planeta del cuento mientras el principito teje su paso por los asteroides delicadamente construidos por una artesana de todo material, por una artista que todo lo pinta, sueña, realiza… y todo para que nos maravillemos contemplando su obra, entrando en el increíble mundo que ha creado para nosotros.

Y no podemos salir de este espacio de fantasía que seguirá creciendo entre las paredes solariegas de ladrillo mudéjar, piedra y adobe de Paredes de Nava, sin mirar hacia arriba y descubrir el homenaje pictórico de la artista a las mujeres de la ciencia. A una Alicia fascinada con su microscopio viendo la maravilla, no de su fantasía, sino de la verdad, esa Alicia que fue portada de un libro tan especial que nos unió a todas; a una Inés Rodríguez Hidalgo que tanto impulsó a la artista y a una María Blasco que tiene que ser inspiración de todas aquellas niñas y niños que quieren dedicarse a la ciencia y que, una vez acabados sus estudios, deben salir a desarrollar su talento fuera. Salimos, sí, pero fascinados por la obra infinita de Rosana Largo, y agradecidos porque en medio de esta tierra plana, tierra de pan llevar, tierra nuestra, raíz fecunda y olvidada, haya responsables políticos que sepan conducir un proyecto novedoso, de érase una vez y final que seguirá escribiéndose… con permiso del Rey David de Berruguete ahí en la iglesia de Santa Eulalia y del autor de las Coplas a la Muerte de su padre, Jorge Manrique. Rosana Largo ya les hace magnífica compañía…

Fotografía: Fernando Sánchez Gómez