Lleva más de 30 años dedicándose a este oficio en su ciudad natal
El verano ha llegado y con él Salamanca vuelve a convertirse en ciudad referente para que la gente pase sus vacaciones. Aunque bien es cierto que es ciudad turística durante todo el año, con las buenas temperaturas las cifras de visitantes suelen aumentar, aunque este año “estamos despegando”, asegura la guía turística Chus Huertas, que atiende a este medio de comunicación nada más terminar una de sus visitas a un grupo.
Lleva más de 30 años dedicándose a este oficio en su ciudad natal, una ciudad que cuenta con un gran número de profesionales que se dedican a este oficio. “Nuestro trabajo depende cada uno de lo que hacemos, pero también todo un poco de última hora”, detalla.
Por eso, aunque estamos a principios de junio y las vacaciones ya han llegado para muchos, el turismo “está arrancando”. Explica que “las visitas de grupos organizados por agencias de viajes, por asociaciones… han estado bastante bien mayo, junio y ahora a principios de julio. Ha habido movimiento de varios días, de estancias, de quedarse varios días o incluso una semana entera y conocer toda la provincia”.
Pero no ocurre lo mismo con el turismo particular, de familia. “Noto que está remontando muy poquito a poco. Se supone que a estas alturas del año debería haber un movimiento mayor. Pero de momento está más parado”, aunque espera que en lo que queda de julio y agosto, aumente. En este sentido, destaca que “entre que somos muchos guías y que las visitas de pago la gente se las piensa más... Cuesta, pero Parece que está despertando poco a poco”, explica Chus.
En cuanto al perfil del turista, hay tanto nacional como internacional. “En mi caso yo trabajo el turismo nacional porque tengo más visitas particulares y de agencia. Pero si es verdad que los cruceros (los que van al Duero) no han tenido baja, ese es internacional organizado y lo hay todos los días. Incluso se ha incrementado”.
Pero, ¿qué lugares le llaman más la atención a los turistas? Eso depende de la estancia y de los días que se queden en la ciudad. “Si están de paso un día o día y medio nos limitamos a lo básico y céntrico, como la Plaza, Casa de las Conchas, Universidad, Catedral etc. Pero si están más días ampliamos a zonas como el Huerto de Calixto y Melibea, la Cueva de salamanca, etc. Y entrar dentro de los museos”, detalla.
Como guía que lleva tantos años en el sector, asegura que “Salamanca es un punto turístico inmortal, a Salamanca viene la gente sí o sí. Es una ciudad que va in crecendo porque cada vez se modernizan más los sistemas, hay más posibilidad de compaginar visitas con otras actividades, etc. Nunca se va a parar”, opina.
Sin embargo, también tiene una reivindicación. El ruido y la contaminación acústica. “Hay que seguir luchando por los ruidos que hay en la calle. En mi caso utilizo un aparato especial para no contaminar el aire, pero se hacen muchas actividades y actos que entiendo que no cumplen eso. Una cosa es un concierto en la Plaza, ante un determinado monumento, pero otras veces hay un abuso de esas actividades. Yo estoy a favor de esas actividades, pero cuando se ha celebrado el FACYL ha sido una cosa vergonzosa, porque la contaminación acústica que había ha dejado los monumentos vacíos, como la fachada de la Universidad. En Salamanca vivimos del turismo y un día tras otro, algunas actividades, hacen que el turista no pueda ver y disfrutar los monumentos. Hay que aprender a usar nuestros monumentos para que el turismo los pueda disfrutar”, explica.
¿Lo que más le gusta de su trabajo? Todo. “Se supone que la gente está de vacaciones y está relajada, aunque encuentras de todo. Yo estoy enseñando una ciudad que amo, que la he mamado porque soy charra pura, y que en cada día le pongo amor y entusiasmo a mi trabajo. Y que al final de la visita los turistas sientan que han conocido la ciudad, que se la he transmitido desde mi corazón. Y yo cada día pongo todo de mí porque no sé si volverá, y hay que trabajar con alma, con pasión y con cariño, y el día que no lo sienta así, lo dejaré de hacer”, concluye.