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Fallece Umberto Peña, gran pintor cubano que vivía en Salamanca
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obituario

Fallece Umberto Peña, gran pintor cubano que vivía en Salamanca

Actualizado 23/06/2023 10:11
Charo Alonso

Un artista multifacético reconocido en toda Latinoamérica, que residía en la ciudad charra, "sin ruido", donde expuso en el 2012

Conocí a Umberto Peña, no en su Cuba natal donde era un artista multifacético reconocido en toda Latinoamérica, sino en México donde daba clases antes de partir a un Miami donde no sé sintió nunca a gusto y que abandonó por esta Salamanca donde habitaba sin ruido y donde expuso en el 2012 sorprendiéndonos con su obra fuerte, violenta, colorida. A diferencia de sus cuadros, Umberto era un hombre fino, sosegado, tranquilo, envuelto en silencios preñados de sabiduría.

Nacido en Cuba en 1937, dibujante, grabador, pintor, diseñador gráfico –suyas son las icónicas portadas de “La Casa de las Américas” que hicieron historia, Umberto era, según la curadora y crítica de arte Maeva Peraza, quien escribió sobre él en Salamanca rtv al día, un artista cercano a la neofiguración en sus inicios, expresionista, valiente en sus propuestas. Formado en la Academia de Bellas Artes San Alejandro, trabajó como grabador en el Taller Experimental de La Habana, viajó a México, y Paris, llegando en los años sesenta a una producción muy personal e identificable, muy centrada en el Pop Art.

Umberto Peña era dueño de un discurso artístico estridente, fortísimo, valiente, pleno de sexo, de fuerza… y sin embargo, la suya era una personalidad de una serenidad sabia y tranquila. Un carácter que le ayudó a superar el ostracismo al que fue sometido por parte de las autoridades cubanas que comenzaron a verle como un artista disidente. Sus famosos “Trapices” enormes obras realizadas en telas y que eran admiradas por artistas como Tapies o Saura quienes le apreciaban como amigo y creador no consiguieron doblegar a los que veían en el trabajo de Peña un ataque al “hombre nuevo” lo que motivó su alejamiento de esa Habana que siempre llevó dentro. El exilio en Miami siempre fue muy duro para su sensibilidad y en el 2006 se radicó en Salamanca donde continuó pintando, viviendo en la serenidad de la ciudad letrada que nunca entendió del todo que vivía entre sus muros un artista de importancia mundial llegado de Cuba, caminante de su centro con paso sosegado.

Han sido Maeva Peraza en España y la distinguida poeta cubana Reina María Rodríguez quienes me han comunicado la muerte de Umberto Peña. Y evoco su hermosa casa habanera del Vedado plena de color, su Trapiz en el muro, su calma y su ironía divertida mostrándonos las obras del Museo de Arte Contemporáneo de la capital de México, su eco del Malecón siempre vivo. Su muerte, como él, callada, tranquila, sin ruido, me ha hecho evocar su infinito talento, las portadas históricas que le dio a una cultura cubana a la que engrandeció y sufrió a partes iguales. El suyo fue un exilio dolorosísimo de la ciudad que amaba, y sin embargo, su llegada a Salamanca me consta que fue una alegría cotidiana junto a su esposa, a quien hoy evoco con infinita tristeza. Se nos ha muerto un artista que habitaba entre nosotros, pero el color de su obra salmantina no enmudece, sigue vivo de una manera que nos recuerda el milagro de su creador, la capacidad inmensa de su talento.

Charo Alonso.