Un huerto del que nacen plantas y recuerdos, cuidado con mimo por Ignacio, mayores y vecinos en Salmoral

A veces la vida nos hace encontrarnos con historias que se esconden detrás de personas sencillas del medio rural y que ofrecen grandes beneficios personales e incluso de salud para quienes son participes de ello.

Este es el caso que se está desarrollando en Salmoral, una pequeña localidad de la comarca de Peñaranda, en cuya residencia de mayores se esta viviendo en los últimos días una verdadera revolución con la puesta en marcha de un huerto terapéutico, iniciativa impulsada por un vecino y que esta suponiendo una importante bocanada vital para uno de sus residentes.

Y es que Ignacio ha iniciado una nueva etapa en su vida con la llegada a la residencia de Salmoral, tras detectarle los primeros avances de una demencia. Durante toda su vida tuvo una gran pasión, que desarrollaba de manera activa en su localidad natal, Mancera de Abajo, y no era otra que mantener y cuidar con mimo un huerto familiar al que le dedicaba sus días.

Fernando, vecino que reside en Salmoral a temporadas y a escasos metros de la residencia, ha conocido la historia y la pasión de Ignacio en una de sus continuadas visitas a la residencia para ofrecer compañía o charla y, a partir de ahí, comenzaba a mover los primeros hilos para que un pequeño terreno municipal ubicado junto al lado de estas instalaciones pudiera convertirse en un huerto.

La idea encantaba a todos, por lo que no ha tardado en comenzar a ponerse en marcha e iniciar las primeras plantaciones de tomates, algo en que lo que han colaborado todos los residentes y que ha desarrollado de manera muy especial Ignacio, recordando el proceso que con tanto cariño y dedicación llevaba a cabo toda su vida en su terreno familiar.

“La iniciativa les ha hecho muchísima ilusión. Han comenzado a hacer cosas que antes eran habituales en su vida y han dejado al lado el simple hecho de estar en una residencia y ya” explican los impulsores municipales de la iniciativa y gestores de la misma, quienes además añaden que “hoy son siete las personas que están atendidos personalizadamente en la residencia y ahora pueden desarrollar actividades tan cotidianas para ellos como plantar, recoger o regar…es una motivación para ellos y en general para todos”.

Hoy, los mayores, junto a vecinos, continúan el proceso de cuidado de esos tomates, llevando el tratamiento de una manera muy cuidada y viviendo casi como una fiesta momentos tan sencillos como la hora de regar. Un cultivo que solo es el principio ya que en pocas fechas esperan comenzar a colocar pimientos, lechugas o calabacines, por lo que las labores se ampliaran y con ello mucho más el buen ambiente y la activación física y mental de todos, pero en especial de Ignacio.