El acto incluyó la lectura dramatizada de Carlos Vicente y Nuria Galache en el hermoso enclave de la Torre de los Anaya
Es un nuevo espacio para los actos culturales esta Torre de los Anaya que exhibe las esculturas de Fernando Mayoral y que se llena para la presentación del primer libro de relatos de Isabel Bernardo, magníficamente editado por Castilla Ediciones y que no solo tiene un presentador de lustre, Román Álvarez, sino un público privilegiado y unos maullidos muy reveladores.
Lo del público se explica con la presencia del alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo, a quien nos gusta ver en estas lides culturales, así como al director de la Fundación Salamanca Ciudad de Saberes, José Luis Barba, aunque todos los parabienes y saludos los concitó Pilar Fernández Labrador, a quien extrañábamos todos. Para ella ha sido el reconocimiento más sincero de un público que abarrotó la estancia y disfrutó de la lectura dramatizada de uno de los relatos, precisamente el que le sugirió el título del libro al coordinador de la colección Cuentenario, el escritor y crítico José Ignacio García. Un relato sorprendente, divertido y pleno de originalidad que los actores resolvieron con infinito talento, un relato que termina precisamente con la frase demoledora de la protagonista “Los gatos no hacen preguntas”.
Saben bien de las citas acerca de la naturaleza sabia y extraña de los gatos, tanto Isabel Bernardo como Román Álvarez, quien señaló de la autora que es capaz “de enseñar, deleitar y conmover con sus palabras”. Palabras que utiliza tanto para escribir teatro y ensayo, ser una puntual columnista todas las semanas, así como para ejercer de poeta. Poesía, que, en la voz de la autora, es una forma de desnudarse, de sufrir en cierta manera y de ejercer esa palabra cuyo trabajo total destaca Román Álvarez: Isabel Bernardo es una trabajadora de la palabra, y no solo en la literatura, sino para que la palabra no sea únicamente literatura, sino ejercicio de convivencia.
Un ejercicio, en el caso de Isabel Bernardo, que no sabe de etiquetas ni de barreras. Sus cuentos nos hablan de diferentes épocas “Somos un poco del ayer y otro poco del hoy”, señala, y de distintas sensibilidades. Recogen el mundo del campo, del toro y a la vez, son un dechado de costumbrismo citadino que se sirve de la crítica social y del retrato y relato mordaz de usos y costumbres de una clase media en la que destaca el personaje de Marta, niña, joven y adulta, enfrentada a la contemporaneidad que en otros relatos se convierte en pasado. En pasado salmantino, como señala Román Álvarez, de una autora que vive su ciudad, su gente, su paisaje y que afirma que debemos leer sorprendiéndonos, enfrentándonos a vidas diferentes. Para ella, en un nombre común pueden caber muchas historias y son esas historias, una auténtica mescolanza narrada con excelente tino, las que configuran este libro de relatos.
Lectura sorprendente, viva y cercana, que nos invita a disfrutar Román Álvarez y más tras el divertido acercamiento de las voces de Carlos Vicente y Nuria Galache. Una lectura con raíz de campo, con ecos del pasado y a la vez, fantásticamente contemporánea. Una lectura, en suma, que nos reconcilia con el relato de la vida donde todas las voces y todas las historias son dignas de ser magníficamente narradas y atentamente leídas.
Charo Alonso.
Fotografías: Carmen Borrego.