Jueves, 02 de mayo de 2024
Volver Salamanca RTV al Día
El mundo que viene
X

El mundo que viene

Actualizado 07/06/2023 10:23
Fermín González

"Hemos modificado tan radicalmente nuestro entorno que ahora debemos modificarnos a nosotros mismos para poder existir dentro de él" (Norbert Wiener)

"Y así va el mundo. Hay veces que deseo sinceramente que Noé y su comitiva hubiesen perdido el barco" (Mark Twain)

La palabra «economía» proviene del griego oikonomía, que significa «las reglas necesarias para llevar o administrar una casa, o una familia». En la acepción actual, economía es una ciencia que engloba las nociones sobre cómo las sociedades utilizan recursos escasos para producir bienes, y cómo han de ser distribuidos; algunos libros de texto de nuestros días la definen incluso como el estudio del comportamiento humano en tiempos de escasez; es decir, que el concepto vigente de la economía incorpora la escasez como punto de partida, y la escasez se define básicamente como un escenario de insuficiencia de recursos fundamentales para satisfacer las necesidades de un individuo o de una sociedad. Pero, ¿realmente vivimos en un mundo con escasez de recursos? ¿Realmente enfrentamos —como dice la definición etimológica de economía— una insuficiencia de medios y bienes para esta casa, esta familia, que somos todos los habitantes del planeta?

En el informe Desperdicio de alimentos en época de crisis, elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés), se determinó que anualmente se desechan en el mundo 1.3 millones de toneladas de comida; la mitad de esos alimentos van a dar a la basura aun antes de llegar a los consumidores, dando también a conocer, que si los países más desarrollados hubieran cedido apenas seis días de su partida diaria destinada al gasto militar podrían haberse cubierto los dieciséis mil millones de dólares necesarios para que los niños de todo el mundo recibieran educación básica. Entonces ¿está el mundo realmente en crisis y en condiciones de escasez de recursos, sean estos naturales o monetarios? ¿O será más bien que la crisis que enfrentamos es de otra índole, tal como afirma el citado informe?

Lo que genera escasez no son nuestros medios, sino nuestras percepciones. El sistema monetario actual es la manifestación de una mentalidad que ha dominado a la sociedad durante siglos enteros, se equipará al actual sistema con el juego infantil de las sillas: si hay más jugadores que sillas, todos competiremos e incluso pelearemos con otros con tal de encontrar un sitio, pero irremediablemente alguien quedará fuera - así es el juego, y nosotros, al participar, creamos y recreamos a un sistema que acaba volviéndose contra nosotros-. Y luego aparecen trampas como la avaricia o la usura, que no son, como solemos pensar, las causas de la crisis, sino meros síntomas del fallo sistémico. Pero las reglas del juego pueden cambiarse, y por eso, esta crisis es una gran oportunidad para hacernos otro tipo de preguntas. Tal vez tardaremos algún tiempo en encontrar respuestas, pero al menos emprenderemos caminos diferentes que nos lleven a nuevas conexiones, tanto con nosotros mismos como con el planeta que habitamos, puesto que estos son los verdaderos recursos con los que contamos.

Por qué, como dijo en su momento el también filósofo y fundador del idealismo alemán Immanuel Kant, «en un mundo redondo, todos nos acabamos encontrando»; al parecer, ya él había comprendido esta misma clave desde el siglo XVII. La afirmación, nunca como hoy, cobra tanto sentido, pues, poco a poco pero a pasos agigantados, los problemas del mundo nos están acercando y cercando más: destrucción del medio ambiente, desastres naturales por el cambio climático, riesgos alimentarios, pobreza extrema, migraciones masivas, derrumbes financieros, precariedad laboral, inseguridad y violencia, estas situaciones son comunes para todos hoy, y de alguna manera nos igualan, sin importar en qué latitud del planeta nos encontremos o a qué supuesta clase social pertenezcamos. A pesar de que la realidad nos une, aparentemente es nuestra idea de economía y dinero lo que nos separa. ¿Te imaginas una sociedad en la que el mayor prestigio y poder recayera en quienes mostraran una mayor propensión a dar? ¿Cómo sería el mundo si el nuevo dinero estuviera respaldado por riquezas como el agua limpia, el aire sin contaminar, los ecosistemas saludables y el acervo cultural?

El informe Desperdicio de alimentos en época de crisis daba a conocer que las personas suelen tirar a la basura un tercio de la comida que se sirven. Lo cierto es que esta tendencia se repite no solo en el consumo de alimentos, y no solo en los países más ricos; en general, la nuestra es mayoritariamente una sociedad donde impera el hiperconsumo, donde querer tener enmascara el verdadero deseo interno de querer ser. Comprar es, pues, nuestro personal tributo al dios–dinero, y es la forma en que nosotros incentivamos el sistema financiero, el mismo que está, con participación nuestra, acabando con los recursos humanos y naturales del planeta. Sin embargo, y motivados por esta nueva conciencia que nos heredan las varias crisis que estamos enfrentando, hay una tendencia creciente de diversos movimientos que están, cada uno a su manera, poniendo en práctica nuevas formas de economía y subsistencia, nuevas maneras de «administrar» la casa, buscando restablecer la conexión perdida con la naturaleza y con el propio ser humano. Por el momento rebuscamos entre las utopías… Pero algo se comienza a sentir… o eso creo…tú.

Fermín González, salamancartvaldia.es, blog taurinerias

La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.

Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.

La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.

En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.