Los andaluces se han proclamado campeones en esta edición desde el punto de penalti de una sensacional final en todos los sentidos
El Sevilla FC se proclamó campeón de la Liga Europa por séptima vez gracias a su victoria sobre la AS Roma en la tanda de penaltis (4-1), con el lanzamiento decisivo marcado por el argentino Gonzalo Montiel, tras una final disputada en Budapest (Hungría) y que había terminado con 1-1 después de una prórroga llena de nervios.
En dicha tanda, Mancini e Ibañez fallaron el segundo y tercer lanzamiento de los romanos, respectivamente. Sí que marcaron los sevillistas Ocampos, Lamela y Rakitic, antes de que emergiera Gonzalo Montiel para anotar el penalti decisivo después de que el árbitro lo mandase repetir, ya que Rui Patrício lo había parado ilegalmente.
El defensa argentino, que ya dio a su selección el título de campeón en el pasado Mundial transformando otra pena máxima en la tanda definitiva, vivió la gloria otra vez desde los 11 metros. Engañó a Rui Patrício, con su segundo disparo al lado opuesto, y abrochó el séptimo entorchado del Sevilla en su competición fetiche.