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Vivienda, un problema que no puede esperar
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Al cabo de la calle

Vivienda, un problema que no puede esperar

Actualizado 19/05/2023 09:15
Francisco Aguadero

La crisis de la vivienda es un problema que no puede esperar más. Cantidad de jóvenes, y no tan jóvenes, están atrapados por el problema de la vivienda. Con sus altos y bajos, el asunto viene de lejos. Según las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de 2007, la vivienda se convirtió, por primera vez, en la principal preocupación de los españoles con un 37,3 por ciento de los encuestados, pasando por delante del paro y del terrorismo que se habían ido alternando en los primeros puestos de preocupación e inquietud ciudadana, por aquel entonces.

Con el paso de los años la situación mejoró, significativamente, sin dejar de ser un problema que hoy se manifiesta cruelmente en la carestía de la vivienda, ya sea de compra o de alquiler. Es un asunto de hondo calado, de un realismo apabullante y tema de conversación, especialmente entre los jóvenes y los de edad madura.

La búsqueda de un lugar para vivir en las ciudades y especialmente en las denominadas “zonas tensionadas”, se ha convertido en un laberinto angustioso del que, con frecuencia, no se le encuentra salida. Tanto el precio de compra como el de los alquileres, se han distanciado de la economía real y, hasta en el mundo rural, los autóctonos del lugar no alcanzan con sus ingresos a poderse costear la vivienda.

Solo la intervención de las Administraciones Públicas puede parar y restablecer un cierto equilibrio que haga factible un derecho constitucional como es el de disponer de una vivienda digna. Al respecto, el artículo 47 de la Constitución Española dice que “Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación…”.

El estado del asunto es tan importante que no puede quedar al margen de ningún debate electoral. Tampoco del proceso de elecciones municipales y autonómicas en el que estamos inmersos estos días, porque tanto municipios como comunidades autónomas tienen mucho que decir y aportar para la resolución del problema. Pero no es el momento de hacer brindis al sol, proclamas demagógicas o sensacionalistas y promesas que no se cumplen o se sabe que no se pueden cumplir. No es ninguna broma, para andar jugando con populismos y frivolidades que confundan a los ciudadanos y que no resuelvan sus problemas. Es el momento de hacer propuestas sensatas, viables y resolutivas. El descalabro económico y social que produjo la burbuja inmobiliaria de la anterior crisis, que dejó más de un millón de viviendas vacías y, también, casi un millón de familias sin hogar, es algo que no debería volverse a repetir.

A pesar del evidente problema de acceso a la vivienda por la constante subida de precios, tanto en la compra como en el alquiler, a lo que ahora se está sumando el incremento de los intereses bancarios por las hipotecas, el nivel de preocupación de los españoles está lejos del ya citado del 2007. El último barómetro del CIS lo sitúa en el sexto lugar, siendo el 3,4% de los españoles quienes ven a la vivienda como el principal problema y el 9,7% lo sitúa entre los tres principales problemas. Inquietud que va creciendo, especialmente entre los jóvenes que son los más afectados y que es su principal problema para el 6,2% de aquellos que tienen entre 18 y 24 años.

El problema de la vivienda tiene graves consecuencias en la vida de las personas y de la economía. Condiciona la emancipación de los hijos incluso tras el matrimonio o el emparejamiento, asfixiados por los precios desorbitados. Atrapados por las sucesivas crisis, la inestabilidad económica, los bajos salarios y la insuficiente acción política de planificación y ayudas, obliga a muchos jóvenes a tener que elegir entre quedarse con sus padres o independizarse.

Pero aún resulta más llamativo, ver padres que realojan a sus hijos o les avalan préstamos para la vivienda. En realidad, la edad media a la que los jóvenes españoles se emanciparon en el pasado 2022 fue de 30,3 años. Casi cuatro años más que la media europea, que Eurostat la sitúa en 26,4 años. Hay que tener en cuenta que el coste de la vivienda nueva se incrementó en España el 2022 en un 7,1%, la mayor subida desde 2007. Por lo que a los alquileres se refiere, la alta demanda y la oferta limitada los han elevado el pasado año por encima del 11%, según datos de los portales inmobiliarios más significativos y, en algunas ciudades como Valencia, sufrieron un incremento del 37%.

El Consejo de Europa, encargado de que se apliquen en los Estados miembros los valores de la Unión Europea, alerta de que España sufre «una crisis de la vivienda larga y estructural de graves proporciones». En el informe constata la «necesidad urgente» de más vivienda social y accesible. La situación está agravada no solo por falta de inversión pública, también porque los gobiernos han permitido que fondos de inversión privados compraran viviendas, incluso las destinadas a vivienda pública, lo que ha empujado la subida de alquileres, el incremento de los precios en la compra de vivienda y la consecuente dificultad para disponer de un hogar.

Un toque de atención para los poderes públicos, incluida la oposición, que también es poder no exento de responsabilidad en los grandes asuntos de Estado como, constitucionalmente, lo es la vivienda. El Plan de Recuperación del Gobierno de 2021, el Plan Nacional de Acción de Acceso a la Vivienda 2022-2025 y la nueva Ley de Derecho a la Vivienda, aprobada por las Cortes justo cuando se escriben estas líneas, con sus luces y sus sombras y que entrará en vigor la próxima semana tras su publicación en el BOE, pueden ser medidas bien encaminadas hacia la creación de una oferta de vivienda social y accesible, aunque tal vez no sean medidas suficientes, aun en el caso de que se apliquen correctamente y en toda su extensión.

Escuchemos a Nino Bravo en Esa será mi casa:

https://www.youtube.com/watch?v=WJSkpvcBNrg

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© Francisco Aguadero Fernández, 17 de mayo de 2023

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