En el marco de las actividades de la Feria del Libro en la Plaza Mayor, los alumnos disfrutaron con una de las actividades más originales de la mano de Katia Martín Polo
Hacer conocer la Feria del Libro, no solo a los alumnos de los colegios que acuden puntualmente a las actividades propuestas para ellos en la Plaza de todos, sino abrirla a los alumnos de secundaria que, como los del IES Mateo Hernández, descubren las mañanas de cultura y libros, es una apuesta para la continuidad de una Feria necesaria. Una oportunidad para recorrer las variadas actividades la Feria, acudir a la presentación de un libro –con el incentivo de que participaba una de sus profesoras, lo que no deja de ser un aliciente-, pero, sobre todo, para aprender cosas nuevas tan sorprendentes como la actividad del Taller de Restauración y conservación del Servicio de Biblioteca y Archivo de la Universidad Pontificia de Salamanca.
Muy atentos e interesados, los alumnos escucharon a Katia Martín Polo, técnico responsable del servicio de la biblioteca que dirige Maribel Manzano García, quien hizo una encendida defensa de la cultura y la importancia de los libros y de cuidar este patrimonio tan importante. Un patrimonio que “sana” Katia Martín en un Taller que parece un laboratorio donde su tarea tiene mucho de alquimia, pero sobre todo de paciencia… y de magia. Ella es quien realiza los productos que utiliza, absolutamente libres de químicos, para cuidar y restaurar con mimo volúmenes antiquísimos que precisan tiempo y mucho conocimiento. Un proceso que explica con los suficientes tecnicismos para ser rigurosa y con una dosis muy cercana de divulgación. Imágenes de un proceso largo y laborioso que se sirve de elementos tan curiosos como útiles orientales de sonoros nombres o productos tan insólitos como la vejiga natatoria del esturión… elementos que permiten al restaurador devolver al libro su esplendor perdido y a la vez, seguir conservando estos volúmenes antiquísimos para que continúen entre nosotros. Un trabajo que, insiste la especialista, ha de confiarse a profesionales, porque la buena voluntad sin formación no conserva el patrimonio, sino que lo deteriora.
La suya ha sido una intervención fantástica en su claridad y exposición cuidada de los principales procesos de restauración que se ha cerrado con la posibilidad de contemplar de cerca dos magníficos volúmenes trabajados por ella, libros antiquísimos que los alumnos han podido ver para comprobar este trabajo tan desconocido. Una tarea callada y necesaria entre las paredes de una de las bibliotecas más hermosas de Salamanca que nos han mostrado en una presentación, con lo que la visita a la Feria del Libro no ha sido solo una forma de acercarse a uno de los acontecimientos culturales más importantes de Salamanca, sino una forma de conocer las instalaciones de las Bibliotecas universitarias de la ciudad y sobre todo, la de un trabajo necesario, callado y paciente, como el de los antiguos amanuenses medievales que, página a página, “sanan” las heridas del tiempo y del descuido en un laboratorio donde Katia Martín Polo logra la magia de restaurar lo herido, coser lo roto y conjurar el tiempo. No hay mejor enseñanza para seguir amando los libros en esta Feria plena de páginas.