Mi madre ya tiene ochenta y dos años ha sido maestra y muy trabajadora. Dio a luz a mi hermana y a mí y tiene cuatro nietas. Yo creo que ha tenido una buena vida y tiene una buena jubilación en el plano económico y material, buenas casas y sus hijos colocados. Pero se queja de soledad.
Está orgullosa de sus nietas y aunque dice que ya no pinta nada en este mundo va a la peluquería todas las semanas y mucho a las revisiones de los médicos.
Ha sido una madre responsable y una abuela orgullosa. En mis recuerdos está mi abuela Cloti que murió de leucemia cuando yo tenía dieciséis años. Mujer de campo que me cuidó cuando mi madre iba de interina por los pueblos.
Luego a lo largo de los años he admirado a muchas madres y desmitificado a otras. Veo relaciones difíciles de entender en niñas tuteladas que veneran a sus madres biológicas aunque las hayan maltratado o abandonado. Incluso las pueden poner primero que a sus propios hijos o a ellas mismas. Hay mucho misterio en la influencia de una madre en sus hijos e hijas.
Ni sacralizar a todas las madres, ni satanizar a todas las madrastras que también las he conocido absolutamente entregadas y magistrales.
Hay madres sobre protectoras que pueden perjudicar a sus hijos e hijas por crear excesiva dependencia. También los padres experimentamos los miedos ante los riesgos que viven nuestras hijas o el sentimiento de nido vacío cuando crecen. Pero el verdadero amor supongo que consiste en querer lo mejor para ellas sin retenerlas y sin pensar en nuestros propios sentimientos.
La modernidad quizá también cambia a algunas madres. En tiempos de coronación algunas son más reinas que madres, o más profesionales o dependientes de fiestas o drogas. No sabría decir si más o menos que los padres. Las prioridades han cambiado, yo he percibido en mi madre, mi abuela y por ejemplo en la cultura musulmana o gitana ser madre antes que mujer y renunciando a otras necesidades.
Pienso que ser madre no es incompatible con ser una mujer plena. En mi caso ser padre es lo más importante y mi mujer desde luego es una buena madre. Es bonito que de forma natural las madres y los padres saquen su mejor versión con las hijas.
Es admirable el proceso de la gestación y el parto. Los hombres nunca podremos ponernos en su lugar, ni entender el vínculo que crean con los hijos. Las madres que alquilan vientres de alquiler por no arriesgar su figura supongo que pierden un vínculo especial con sus hijos. Por mucho dinero o mucha inteligencia artificial una madre es insustituible. Enhorabuena a todas las buenas madres y a los hijos que las saben querer.
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