El novillero salmantino, Ismael Martín, ha logrado entrar en la semifinal del Circuito de Novilladas de Andalucía y se prepara para una temporada “muy ilusionante”
Ismael Martín llega a las oficinas de SALAMANCArtv AL DÍA minutos antes de la hora acordada. La entrevista fue el día después a la apoteosis que se vivió en La Maestranza cuando Morante hizo historia en Sevilla al cortar un rabo 52 años después. Esa mañana entre los aficionados taurinos solo se hablaba de eso, y él, como novillero, fue el primer tema a tocar. “Todavía no me lo creo, me encantó, me entusiasmó, aún estoy en shock, estoy deseando coger la muleta e ir a entrenar con todo eso en la cabeza”, explica.
Lucha por cumplir el sueño de convertirse en ser una figura del toreo, pero antes, va dando pasos firmes. Desde que empezó con nueve años en la Escuela Taurina de la Diputación de Salamanca, ha destacado su evolución. En 2020 se proclamó triunfador del primer Circuito de Novilladas sin picadores de Castilla y León. Debutó con picadores el 14 de mayo de 2022 en Arenas de San Pedro donde pudo cortarle 4 orejas a una novillada de la Guadamilla y de María Cascón, una tarde dentro del Circuito de Novilladas con picadores de Castilla y León en la que quedó en segundo lugar. Ahora, va escalando puesto en el Circuito de Novilladas de Andalucía y ha logrado entrar en la semifinal de este sábado 6 de mayo en Villacarrillo, tarde que toreará con otros cinco novilleros y solo tres llegarán a la gran final. Tiene otra cita importante en Valladolid el sábado 13, una novillada muy atractiva en la que compartirá cartel con Raquel Martín, Daniel Medina, Mario Navas, Jesús de la Calzada y Jarocho. Por delante, una temporada ilusionante en una carrera en pleno vuelo.
¿Cómo estás viviendo el certamen de Andalucía?
Tengo sensaciones muy fuertes. Este circuito me está dando algo que hace mucho que no sentía delante de la cara de los animales y eso es algo muy positivo para mí y para mi futuro. Ahora en mi cabeza tengo ese 6 de mayo porque es una oportunidad que tengo que aprovechar como sea. Me ha costado mucho llegar hasta aquí, y pensar que puedo torear en una plaza de toros de primera categoría como es Sevilla y más una final de certamen es algo único. Estoy muy contento e ilusionado, y hago un buen balance desde la primera tarde que toreé en Montoro. Me ha tocado apretar, soy el único novillero no andaluz anunciado en el circuito, y eso me motiva aún más, porque lograr llegar a la semifinal no ha sido fácil, no me han regalado nada. Dicen que cuando no regalan nada el triunfo sabe mejor, y es así. Lo que estoy consiguiendo es a base de trabajar y de mucho esfuerzo cada día.
¿De dónde viene tu afición?
Es algo que viene desde muy pequeño, gracias a la afición de mi padre y de mi abuelo pude ver toros desde niño y ya con nueve años, gracias a un primo que estaba en la Escuela Taurina, me despertó esa inquietud por el mundo del toro y ya decidí apuntarme. Esa etapa de la Escuela es maravillosa. Con catorce años maté mi primer becerro en Turleque (Toledo) y luego las demás oportunidades siempre quise aprovecharlas. Nos ayudan mucho, cuando sales de allí te das cuenta de la realidad y de la dureza de la profesión, pero la afición no la pierdo.
Nacido en Zúrich, pero crecido en Cantalpino…
Sí, mis padres son españoles, mi madre de Extremadura y mi padre de Cantalpino, pero por motivos laborales se fueron a vivir a Suiza y yo nací allí, aunque a los pocos meses ya nos vinimos a vivir aquí a Salamanca, por eso tanta afición a los toros. Cuando dije en mi casa que quería ser torero, mi padre se volvió a Suiza para poder ayudarme y sufragar mis gastos, porque el coste de la tauromaquia es alto. Aquí laboralmente las cosas no iban bien y no dudó en irse para que en mi casa no faltara de nada, y me tomé por eso tan en serio la etapa formación de la Escuela, porque sabía el esfuerzo que había detrás.
¿Cuáles son esas tardes que guardas con especial recuerdo?
Son muchísimas, pero una de ellas fue mi debut de novillero sin caballos en Barruecopardo el 13 de septiembre de 2019. Fue una tarde muy especial porque pude cortarle dos rabos a una novillada de mucha calidad de Valrrubio-Valdeflores. A esa se suma le añado una tarde en Salamanca en la final de Destino La Glorieta que fue una tarde muy bonita por la rivalidad que tengo con Mario Navas.
Además, nunca podré olvidarme del Certamen de Novilladas sin picadores de Castilla y León que puso en marcha la Fundación Toro de Lidia y la Junta y logré ganarlos. Para mí ha sido una marca en mi vida como persona y como torero, si no fuera por eso ahora mismo no sería lo que soy.
Y ese fue el paso para el esperado debut con picadores…
Sí, fue un impulso para mí. Mi debut con picadores el año pasado en Arenas de San Pedro fue muy bonito porque pude cortar 4 orejas a una novillada de la Guadamilla y de María Cascón que no fue una tarde fácil pero sí bonita porque a partir de eso me di cuenta de la madurez del utrero, tiene una embestida totalmente diferente al eral. Esa tarde fue dentro del Certamen de CyL con picadores que no gané, pero logré un segundo puesto y también me quedé con muchas sensaciones positivas.
¿Cómo es tu día a día?
Mi día a día está centrado en el toro, aunque no dejo los estudios, es importante. Estoy estudiando Ciclo Formativo de Electromecánica, por las mañanas me centro en eso y por la tarde, a partir de las 15.30, empiezo el entrenamiento. Me gusta entrenar con mis banderilleros de confianza y con otra persona que es importante para mí que es aficionado práctico, Primi Hernández. Son los que están en mi día a día y a los que le tengo que agradecer todo.
¿Qué concepto persigues?
Siempre intento acoplarme a los animales sea cual sea el encaste y poner a todo el público de acuerdo, que no es algo complejo. El concepto por el que trabajo es el toreo puro, el toreo de engancharlo muy adelante y llevarlo muy largo; es el toreo que de verdad siento, que a mí me haga sentir y que yo vea que aquello me pone los pelos de punta.
Banderillear es otra de tus señas, ¿por qué decidiste apostar por esa suerte?
Es algo que cada vez se ve menos, ya prácticamente nadie pone banderillas, y a mí es algo que siempre me ha gustado, desde más pequeño y gracias a los maestros Juan José, José Ignacio y José Ramón que fueron los que estaban cuando yo empecé en la Escuela fueron los que me enseñaron a poner banderillas y le fui cogiendo el gusto y ha sido una suerte que me gusta mucho realizarla y quiero ir perfeccionado. En principio quiero mantenerla, en un futuro no lo sé. Tampoco quiero que luego me lo exijan si en algún momento no lo veo claro. Quiero que sea algo que salga de mí.
¿Cuál sería tu alternativa soñada?
Con José Tomás, con Talavante o con Morante de la Puebla, sería un sueño, con cualquiera de las figuras actuales porque todas tienen algo y en todas me fijo para poder beber de esas fuentes. Alguna plaza soñada de alternativa por tradición de muchos toreros salmantinos sería Santander, también me gustaría mucho Madrid o Sevilla, o como no, Salamanca.
En Las Ventas aún no has hecho el paseíllo.
No, aún no ha llegado ese día, pero es algo que me quita el sueño. Tengo la opción de torear en Madrid una novillada con picadores gracias al certamen de novilladas de Castilla y León, por haberlo ganado. Sé que esa oportunidad está ahí esperando, ahora tengo que buscar la fecha y llegar a Las Ventas toreado, en un buen momento, para que pase algo importante. Tengo muy claro que a Madrid no se puede ir de cualquier manera.
¿El futuro de la Fiesta está asegurado?
Yo no tengo ninguna duda, hay futuro, hay muchos aficionados jóvenes, yo lo veo en los tendidos cada día. Ahora en las retrasmisiones que se han visto de la Feria de Abril de Sevilla se ha visto, y yo lo noto cuando toreo. Creo que el toreo está más vivo que nunca, aunque siempre va a haber gente que vaya en contra, eso no se puedo modificar, pero sí debemos reforzar, enseñar y acercar la tauromaquia a los aficionados del presente y del futuro para que esto nunca acabe.