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Picasso, arte y tauromaquia
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Picasso, arte y tauromaquia

Actualizado 11/04/2023 10:18
Fermín González

La pintura conjuga elementos de la representación plástica como las formas, los colores,las texturas, la armonia, el equilibrio, la perspectiva, la luz, el movimiento. De esta manera, busca transmitir al espectador una experiencia estética.

Picasso descubrio todas estas esencias en la tauromaquia:

"Hay pintores que transforman el sol en una mancha amarilla, pero hay otros que con la ayuda de su arte y su inteligencia, traansforman una mancha amarilla en sol".

(Pablo Picasso)

Inventó el cubismo, merodeó por el surrealismo, el expresionismo, el abstracto, se permitió un paréntesis neo-clásico... Pablo Ruiz Picasso (1881-1973) pintor, dibujante, escultor, ceramista... se atrevió con todas las facetas del arte moderno en más de 20.000 obras, firmó sus primeros trabajos a la temprana edad de ocho años.

Dentro de la magnitud de la obra del insigne artista andaluz sobresalen dos temas predilectos: la mujer y los toros. Esposa, amante, amiga o personaje imaginario la mujer fue una inagotable fuente de inspiración para el artista. En paralelo, Picasso vio en la Fiesta Nacional una emocionante supervivencia del culto a Mitra, una divinidad masculina que llegó a Occidente con los griegos y los romanos procedente de Oriente, y que siempre fascinó al pintor.

Pablo Ruiz asistió muy de niño a su primera tarde de toros y el hechizo de la afición no le abandonó nunca. Su primera obra conocida, «El Picador Amarillo», fue un óleo sobre tabla que recuerda su época malagueña o coruñesa, cuando de la mano de su padre iba a ver a Mazzantini y Lagartijo. Esta primera escena recoge en actitudes sarcásticas un varilarguero caricaturado.

Al año siguiente, 1890, un dibujo a lápiz lleno de realismo retrata un banderillero corneado, con un sorprendente sentido del detalle para un autor que contaba entonces con sólo nueve años. El maestro confesaría un día a su amigo Luis Miguel Dominguín que de no haber sido pintor le hubiera encantado ser picador.

Se abre ahí un paréntesis para el tema taurino que Picasso retoma en 1900 con la famosa agua fuerte «El Zurdo», otra vez con el motivo del picador. Este mismo varilarguero que le inspira en 1903 su primera escultura, «Cabeza de picador con nariz aplastada». Picasso tuvo un día una célebre frase que venía según él a reflejar el nexo entre lo ritual, lo sagrado, el toro y el sexo: «...En España, se va a misa por la mañana, a los toros por la tarde y al burdel por la noche...»

Para el genio, los toros mantenían estrechos lazos con la religión y, de hecho, Cristo aparece a veces en sus cuadros de temática taurina. Además, solía asociar el sacrificio del animal en la plaza a la crucifixión. Los toros se asimilaban para él a una metáfora de la vida donde intervienen la lucha por el poder y el éxito, la vida y la muerte, la seducción en un enfrentamiento casi erótico del triángulo Toro-Torero-Caballo.

Mientras Picasso recorre con asiduidad las plazas de toros de la península, los años 1933 y 1934 concentran la mayoría de los trabajos inspirados por la tauromaquia. «Toro corneando a un caballo», «Toro moribundo», «Corrida», «Toro destripando a un Barca de Náyades y fauna, 1937. caballo» son algunos de los más notables lienzos vinculados al tema tauromáquico de nuestra alta figura del arte universal.

De este ciclo destaca «La muerte del torero», con un detalle que no pasa desapercibido, los tendidos están repletos de banderas republicanas. Hasta en el exilio, sigue asistiendo a festejos taurinos en el sur de Francia, con especial predilección para la localidad de Ceret, y por esta pasión común por los toros surge su amistad con Eugenio Arias, su barbero.

El cuadro más famoso y de mayor controversia matador y mujer desnuda, 1970. Con del siglo XX es el «Guernica», plasmado en 1937 y única obra histórica del artista. La enorme cabeza del toro de hocico descomunal encarna el mal absoluto, mientras el caballo de picar destripado simboliza la eterna víctima inocente, en este emblema del rechazo de la violencia y la guerra que simboliza la obra.

Cabe recordar que siendo joven Picasso asistió a corridas de toros antes del uso generalizado del peto protector del equino. De esta época anterior a 1928 Pablo Ruiz reflexiona: «...Olor, pestilencia y horror de los destripes... un pueblo que busca con sus manos la verdad que escapa de las entrañas del caballo y del corazón del toro...»

La tauromaquia inspira también sus primeras obras de cerámica. Las piezas son redondas, al igual que una plaza de toros, y en su centro destaca la figura de la víctima, y establece lazos entre el mito griego y la fiesta de los toros española. La figura del minotauro también evolucionó para el artista, pasando a simbolizar la juventud, la inconsciencia y el ardor sexual en una primera época, a la cual tomó relevo un período dedicado a la violencia como telón de fondo.

El minotauro fue sin duda alguna el principal «alter ego» de Picasso. ¡Luis Miguel Dominguín lució trajes picassianos en su última época correspondiendo a la admiración mutua que compartían los dos artistas! A su manera Picasso le homenajeó brindándole sus trabajos para la obra «Toros y Toreros». El polifacético Pablo Ruiz Picasso gozó de prestigio y fama que le sitúan como uno de los mayores artistas del siglo XX, y su legado se debe considerar como la mayor influencia de la pintura moderna. Aunque no se pueda negar que utilizara ante todo el simbolismo de la Fiesta, nadie pone en duda su auténtica afición a los toros.

Falleció en la localidad francesa de Mougins en 1973. Como se puede ver, la cultura taurina, la tauromaquia, no descansa solamente en esa media docena de ferias, media docena de toreros, y media docena de toros. Hablar de cultura taurina es hablar de sus máximos exponentes, y uno de los más grandes fue sin duda este andaluz magnifico reconocido, en todos los países cultos del mundo. Su obra lo dice…

También hay tratados escritos, donde se indica que, la personalidad de Picasso tuvo su lado oscuro, tenebroso y controvertido, posiblemente excentricidades, que se dan en muchos genios del arte, y la cultura. Pero en esa historia, servidor no tiene elementos de juicio. Ahí lo dejo…

Fermín González, salamncartvaldia.es, blog taurinerias

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