La revisión del vehículo, así como la planificación de la ruta, días y horarios son vitales a la hora de preparar el desplazamiento
La Semana Santa es uno de los periodos más complicados del año en las carreteras, ya que aumenta el volumen de los desplazamientos que se realizan en un corto espacio de tiempo, además con orígenes y destinos similares. Este pasado viernes arrancó por la tarde la Operación Especial de Tráfico de Semana Santa; un dispositivo que la Dirección General de Tráfico desarrollará hasta el próximo lunes 10 de abri. La operación se desarrolla en dos fases; una coincidiendo con este pasado fin de semana. Y la segunda, la más importante por la gran cantidad de desplazamientos de vehículos comienza a partir de este miércoles, 5 de abrir.
Si se va a viajar en coche particular, la DGT recomienda planificar con antelación el viaje realizando una completa puesta a punto del vehículo, evitar en la medida de lo posible los días y horas más desfavorables y buscar siempre la mejor ruta para evitar imprevistos.
Antes de emprender el viaje, es fundamental revisar el estado del vehículo para la seguridad de todos los usuarios. Pero hay que hacerla con suficiente anticipàción para poder comprobar los posibles fallos. De esta manera, hay que revisar la batería, los frenos, las ruedas...
Si la batería precisa mantenimiento, comprobaremos el nivel del líquido de los vasos, rellenándolo, si es necesario, con agua destilada. Debe estar siempre limpia y seca. Los bornes y empalmes deben limpiarse y untarse con grasa antiácido.
Las ruedas y los neumáticos no deben tener deformaciones, cortes ni roturas, además hay que revisar periódicamente la presión de inflado de todas las ruedas, incluida la de repuesto. Esta comprobación se hará con los neumáticos fríos. Si notas vibraciones en el volante, debes llevar el vehículo a un taller para realizar el equilibrado y alineación de las ruedas.
Tener una buena visibilidad es fundamental para nuestra seguridad por lo tanto debemos mantener siempre limpios los cristales de nuestro vehículo. Aunque los limpiaparabrisas sean eficaces, no llegan a todo el cristal y debido a la contaminación y suciedad general, puede tener grasas u otros productos de difícil limpieza, por lo tanto hay que limpiar periódicamente todo el cristal con algún producto limpiador.
Se debe comprobar: el nivel de agua del depósito. Si está bajo podrá rellenarse, añadiendo unas gotas de detergente para mejorar la limpieza. Nunca debemos utilizar el limpiaparabrisas con el cristal seco ya que podría rayarse y un cristal rayado aumentaría el deslumbramiento durante la noche; si los surtidores de salida del agua están bien orientados o están obstruidos. El chorro de agua debe llegar hasta el punto más alto de barrido del limpia ya que de otra manera sería ineficaz; el estado de las gomas del limpiaparabrisas, comprobando la calidad del barrido.
Los frenos son muy importantes y es necesario mantener en buen estado de funcionamiento. Se comprobará el nivel del líquido de freno, que debe permanecer siempre igual; si ha perdido líquido deberemos llevarlo a un taller especializado ya que lo más probable es que tenga una fuga y el problema no se soluciona añadiendo más líquido.
Si vamos conduciendo y nos damos cuenta de que el pedal del freno se hunde más de lo normal, casi hasta el fondo, deberemos comprobar en ese momento el nivel del líquido ya que puede ser porque lo está perdiendo.
Si el nivel de líquido es correcto sin embargo, seguimos notando que no frena bien, puede ser debido a que las zapatas o pastillas están desgastadas. Debo llevar el coche al taller ya que si se sigue frenando así, no sólo estaremos poniendo en peligro nuestra seguridad sino que podemos ocasionar una grave avería. Los vehículos modernos suelen llevar un indicador que informa del estado de la zapata o las pastillas.
Y en el freno de mano, hay que comprobar la tensión de la palanca. Si al subirla no produce resistencia y sube mucho, habrá que tensarlo.
También hay que revisar el nivel de aceite mediante la varilla situada en el motor. Esta medición debe hacerse en frío y con el motor en posición horizontal. El nivel debe estar entre el máximo y el mínimo que marca la varilla. Nuestro vehículo dispone, en el tablero de instrumentos, de un indicador que nos informa del nivel de aceite.
Además, hay que comprobar el sistema de refrigeración. En el interior del motor se pueden alcanzar temperaturas de 2000 grados, temperatura que puede producir la fusión de las piezas del motor y, por consiguiente, el gripaje entre las piezas. Para evitarlo el motor cuenta con un sistema de refrigeración que puede ser de dos tipos: por aire y por líquido. Las operaciones de mantenimiento serán: Comprobar que el nivel del líquido refrigerante en el vaso de expansión esté entre el máximo y el mínimo. Periódicamente es necesario sustituir todo el líquido del circuito, ya que este puede perder sus propiedades. Esta última operación suele hacerse en un taller especializado. Revisar el estado general del circuito: correa, manguitos, abrazaderas, radiador, etc.
Pero no solo hay revisar y poner el coche a punto. Hay que elegir el itinerario y los días y horas de salida. Para no llevarnos ‘sorpresas’ en la carretera, es conveniente estudiar minuciosamente el itinerario que vamos a seguir y elegir el día y hora de salida que creamos más adecuado. Para ello, debemos consultar un mapa de carreteras y nos informaremos del estado del tráfico evitando las vías que se encuentren en obras, travesías conflictivas o peligrosas.
Otro aspecto a tener en cuenta es la duración del viaje. Si va a ser largo, realizaremos el viaje por tramos o etapas y elegiremos con antelación los lugares aproximados de descanso. Aunque el responsable último de la preparación del viaje y de la conducción en general es el conductor, sus ocupantes, en especial el “copiloto”, deben participar activamente en la preparación y desarrollo del viaje para auxiliarle en todo lo que solicite para hacer un viaje más cómodo y seguro.
Es preciso que el conductor esté en perfectas condiciones físicas y psíquicas antes de iniciar un viaje: Dormir lo suficiente y evitar preocupaciones para salir descansado y relajado. Evitar las comidas abundantes ya que producen digestiones pesadas, amodorramiento y sueño, sobre todo si se acompañan con alcohol. Evitar los medicamentos contraindicados en la conducción. Si tomamos un medicamento, es conveniente consultar al médico y leer el prospecto para saber si puede perjudicar la conducción. No ingerir bebidas excitantes o alcohólicas.
Y la carga o equipaje, debe colocarse preferentemente en el maletero. Si no cabe, se puede llevar en la baca o en un remolque. Sólo en caso extremo se colocará en el interior del habitáculo, pero sin impedir la visión del conductor, y bien sujeta. En cualquier caso, el equipaje debe ir bien colocado y repartido de forma que no comprometa la estabilidad del vehículo, no moleste a los viajeros y no reste libertad de movimientos y visibilidad del conductor.