Tanto el pasacalles previo como el evento en sí contaron con la participación de la Banda de Cornetas y Tambores Esperanza
Ciudad Rodrigo dio en la tarde del sábado un nuevo paso hacia su Semana Santa 2023 con el tradicional pregón en el Teatro Nuevo Fernando Arrabal, que corrió a cargo de Miguel Ángel González, prior de los Carmelitas Descalzos en la provincia de Salamanca. El pregón estuvo precedido por un pasacalles desde la Catedral de Santa María, en el que tomó parte, al igual que en el acto en sí, la Banda de Cornetas y Tambores Esperanza.
La Banda hizo acto de presencia a las puertas de la Catedral cuando ya estaban por allí el pregonero, el Obispo José Luis Retana, responsables de la Cofradía del Silencio (organizadora este año del pregón), representantes de algunas de las otras Cofradías mirobrigenses (los restantes acudieron directamente al Teatro), y varios miembros de la Corporación Municipal encabezados por el alcalde Marcos Iglesias. Por la calle Cardenal Pacheco, la Plaza Mayor y la Rúa del Sol llegaron hasta el Teatro Nuevo, sorprendiendo a todos los que se iban encontrando con ellos.
El acto en el Teatro lo abrió la Banda de Cornetas y Tambores Esperanza interpretando tres piezas. Antes de marcharse del escenario, a su presidente, Pablo González Montero, le fue impuesta una medalla por parte del presidente de la Cofradía del Silencio, Luis Alberto García, quién también les deseó muchos éxitos “porque se lo merecen”. El presidente de la Cofradía fue asimismo el encargado de introducir el vídeo sobre la propia entidad que se proyectó a continuación, con fotografías de su procesión del año pasado, y pequeños clips de vídeo de sus preparativos semanasanteros, todo ello con locución de Sergio Cardoso.
El pregón
A continuación, llegó el momento de presentar a Miguel Ángel González, quién, tras mencionar el Año Jubilar Teresiano que se está conmemorando (considera que ha sido designado para esta función por “la amistad en Teresa de Jesús y en Jesús de Teresa”), explicó que se iba a centrar en la Espiritualidad de un misterio, en referencia a la Semana Santa, y a que “la Pasión del Señor es un acontecimiento salvífico por el que hay que dejarse seducir”.
En concreto, Miguel Ángel González optó por desgranar tres formas/miradas en las que se puede vivir la Semana Santa. En primer lugar, la “superficial, cuando sólo se admiran las obras de arte de nuestros magníficos pasos”, apuntando que esta es “la manera turística” de ver las procesiones (“que en el hermoso casco histórico de la secular Miróbriga encierra un embrujo especial”). Sobre ello apuntó que las cofradías “se encargan de evitar la superficialidad con su seriedad y transmisión de fe, dando todo el sentido religioso que tienen las procesiones”.
En segundo lugar explicó, con más detalle, la mirada “desde el interior del hombre, con el corazón”. En este apartado fue relatando, imaginándose la procesión del Santo Encierro de Ciudad Rodrigo, que lo que contemplan sus ojos en la misma “no es solo algo lejano en el tiempo, sino que está ocurriendo en la historia de cada día”. Así, al igual que ocurrió en los hechos históricos, en la vida hay espectadores, cobardes, verdugos, la víctima dolorida, Simón de Cirene, Judas, La Madre dolorosa y el apóstol Juan, preguntándose “qué papel estamos viviendo cada uno en la Semana Santa”, para lo cual invitó a todos a mirar su conciencia y ver su comportamiento.
Recitando el poema del pastorcico de San Juan de la Cruz, el pregonero entró en la tercera mirada a la Semana Santa, “desde la fe”, resaltando que “la pasión no puede entenderse sin fe, no bastan los sentimientos humanos”. Así, fue relatando (con citas de otros autores como Teresa de Jesús, Tomás Moro o Karl Rhaner) el “misterio” del camino de Jesucristo, mencionando la Oración del Huerto, el Ecce Homo, el momento de ‘Salve, rey de los judíos’, el propio camino al Calvario (“si miramos con ojos de fe vemos que este camino hacia la muerte es un camino hacia la vida, la felicidad y la alegría”), y la cruz, que “nos descubre el verdadero Dios”.
En el tramo final, Miguel Ángel González habló del Sentido de la Semana Santa, considerando que se celebra porque “Jesucristo ha resucitado”, y “no solo para el Padre, también para nosotros, para dinamizar nuestra esperanza, para llenarnos de vida, para que podamos resucitar, para que rebosemos de alegría”, añadiendo que “resucita también en nosotros; está resucitando en cada uno, alentando su misma vida en nosotros”, concluyendo que “su muerte y resurrección nos enseña a amar y vivir”.
Las últimas intervenciones
Finalizado el pregón, tomó la palabra el Obispo de la Diócesis, José Luis Retana, quién apuntó en primer lugar que “lo más adecuado en el Año Teresiano era un carmelita”, quién “nos ha puesto en el inicio de la Semana Santa adecuadamente, ya que muchas veces se olvida” cuál es su verdadero significado. Retana pidió que “vivamos la Semana Santa con paz”, evocando que “el Señor nos enseñó a amar a los enemigos y a vivir como hermanos, y los cofrades son hermanos”, animando de este modo a que “vivamos la Semana Santa como hermanos”.
La ronda de intervenciones la cerró el alcalde Marcos Iglesias, quién también consideró a Miguel Ángel González el pregonero adecuado “por ser el Año Teresiano”. Desde su punto de vista, la Semana Santa “no es sólo una rutina, es un tiempo en el que tenemos que pensar más sobre nosotros y sobre la vida colectiva”, esperando que “Santa Teresa nos ayude a encaminar esta Semana Santa de la mejor manera”. Finalizado el acto, hubo varias fotos sobre el escenario del Teatro Nuevo, tras lo cual el pregonero y miembros de las cofradías se fueron de cena conjunta.