Médico internista en el Hospital Universitario de Salamanca, investigador del Ibsal y profesor titular de la USAL, transmitió tranquilidad, claridad e información sobre lo que iba aconteciendo con el Covid-19 en unos hilos de Twitter que se hicieron virales y que lo convirtieron en un referente
Hoy, 14 de marzo, se cumplen tres años de la declaración del primer Estado de Alarma para hacer frente a la expansión de la Covid-19. Se vivían momentos de confusión e incertidumbre entre la población, incluso de temor a un virus desconocido que estaba haciendo estragos. El confinamiento, las olas continuas, las vacunaciones masivas, las medidas restrictivas,… han sido la tónica de estos años de pandemia; hoy, afortunadamente, hemos vuelto a la normalidad, aunque el virus siga entre nosotros, pero ya se ha superado la emergencia sanitaria.
Desde los primeros días de la pandemia, ya antes del confinamiento, y en todo lo que vino después, el médico Miguel Marcos transmitía tranquilidad a la población desde las redes sociales, aconsejaba e informaba sobre el virus, las vacunas, la situación en el Hospital… poniendo algo de luz a la situación que se estaba viviendo y paliando la confusión que existía en cada uno de los momentos vividos con la pandemia. Miguel Marcos es médico internista en el Hospital Universitario de Salamanca, investigador del Ibsal y profesor titular de la Universidad de Salamanca; en primera línea en la lucha contra el Covid, sus hilos en Twitter eran comprensibles, clarificadores e interesantes, por lo que se hicieron virales y se convirtió en un referente.
Hoy, tres años después del inicio del Estado de Alarma, Miguel Marcos nos cuenta la situación que se vivió entonces y la actualidad del virus, sin olvidar sus tuits virales y los aspectos positivos y negativos de lo que hemos vivido en estos últimos años.
Se cumplen tres años desde el inicio de la pandemia de la Covid-19, más concretamente de la declaración del Estado de Alarma. ¿Cómo recuerda aquellos días? ¿Cómo se vivía la situación en el Hospital de Salamanca?
Recuerdo muy claramente la semana antes de la declaración del estado de alarma. Durante esa semana tuve dos guardias muy seguidas, precisamente porque un compañero estaba aislado por haber tenido contacto con un paciente Covid-19. No sé cómo no me contagié, como sí le ocurrió a otros compañeros, dado que atendíamos un paciente con infección respiratoria tras otro con apenas una mascarilla quirúrgica. Eran pacientes con PCR negativa de los cuales muchos luego tuvieron realmente infección por SARS-COV-2. Durante esa semana falleció el primer paciente con infección por SARS-CoV-2 en el Hospital y la situación fue empeorando progresivamente en cuanto a número de ingresos y gravedad de los mismos. Hasta que se declaró el Estado de Alarma, el 14 de marzo, y el siguiente lunes, el Hospital era completamente diferente a la semana previa. Toda la actividad habitual estaba suspendida y los pacientes Covid ingresaban uno tras otro, ocupando sucesivamente las diferentes plantas del Hospital. La primera ola había ‘estallado’ en Salamanca.
Ya a finales de febrero publicó un hilo en Twitter sobre lo qué iba a pasar con la Covid-19, parece que fue premonitorio…
Efectivamente, la situación tanto en China como en Italia nos permitía predecir lo que iba ocurrir en España. En ese hilo llamaba a la tranquilidad, pero a la vez anunciaba ya que los servicios sanitarios podían sufrir una gran sobrecarga (hasta que lo vivimos, era difícil imaginar la crudeza de la situación), y que el número de fallecidos podría ser alto, aunque la mortalidad y el riesgo individual no fuera muy alto -un 0,5% de mortalidad sobre un elevado número de infectados es una cifra enorme, aunque el riesgo de muerte de cada persona no sea muy alto-. También describía en ese hilo lo poco que sabíamos de la enfermedad: que afecta más y con más gravedad a los ancianos, la transmisión, etc. En ese momento, que apenas había información y que cualquier dato que se diera podía resultar interesante, el hilo generó efectivamente mucho interés y se volvió viral.
Desde entonces, fue muy activo en redes sociales, con más hilos que se hicieron virales ¿Se esperaba tanta repercusión?
No, no esperaba nunca tanta repercusión, pero pensándolo retrospectivamente sí que es fácil de entender que estábamos en un escenario donde la información era muy escasa y se mezclaba también mucha desinformación. En este momento estar en primera línea y estar informado de lo que ocurría con el SARS-CoV-2 te permitía hacer afirmaciones y responder a cuestiones que de otra forma no hubiera podido.
¿Considera que sus tuits han sido vitales para concienciar sobre la pandemia y aclarar a la población lo que estaba ocurriendo?
No diría que han sido vitales, pero sí creo que he podido aportar algo, junto con otras muchas personas que también han transmitido informaciones similares, para poder aportar un poco de luz en la pandemia, un poco de sentido común en ocasiones y dar informaciones relevantes en cada momento: por ejemplo, el valor de la ventilación, de evitar los espacios cerrados, de usar la mascarilla correctamente y, por supuesto, en cuanto estuvieron disponibles las vacunas, difundir la información correcta sobre la vacunación para contrarrestar todos los bulos y la desinformación que circulaba. De esta forma, si he contribuido en algún caso a facilitar que la población se vacunara, lo que afortunadamente ha hecho que España y los países de su entorno puedan salir de la situación de emergencia sanitaria, ya puedo darme por contento.
¿Qué le impulsó a hablar del virus de una forma tan activa en las redes sociales?
La motivación era que muchas personas me estaban preguntando lo mismo sobre distintos aspectos del virus y entonces me di cuenta que lo más eficaz y que más efecto podía tener era difundirlo para todos los que pudieran tener esas dudas. Muchos hilos o tuits los comenzaba con una pregunta: por ejemplo ¿por qué unas personas pasan la Covid-19 pero su pareja no?, ¿con qué me vacuno si ya me he vacunado con Astra?, etc.. Yo intentaba responderlo en un lenguaje lo más claro posible sin perder el rigor. Este deseo de divulgar y de difundir información creo que es esencial a mi labor como médico y como profesor, aspectos que también me han ayudado, porque estoy acostumbrado a intentar transmitir información en un nivel menos técnico y que pueda llegar a la población general.
¿Cómo ha llevado que desde entonces le pidan opinión para todo lo relacionado con la covid-19?
Agradezco mucho el interés de los medios, porque así podía difundir mejor los mensajes, pero aunque he participado en muchas entrevistas y programas en radio, prensa o televisión, también he tenido que decir que no en muchas ocasiones, fundamentalmente por la propia situación de pandemia y el escaso tiempo disponible, no solo por el trabajo, sino por la propia familia. Siempre he intentado atender a los medios de Salamanca, pero he tenido situaciones curiosas, como peticiones desde Argentina, a raíz de otro hilo que se hizo viral en las Navidades de 2021, que he tenido que declinar precisamente por encontrarme de vacaciones y no tener tiempo para atenderlos. Siempre he intentado también ceñirme al aspecto más científico y sanitario de la pandemia y siempre pensando en enviar mensajes que fueran útiles a la población y evitar otros aspectos más polémicos y en los que realmente no puedo opinar como en mi ámbito.
Tres años después del comienzo de la pandemia ¿Cuál es la situación actual? ¿Ya es endemia?
En este momento, la situación es que hemos superado la emergencia sanitaria de las primeras olas de la pandemia. Continúa habiendo infecciones por SARS-CoV-2, pero en este momento es una infección respiratoria que se comporta y que tratamos de forma similar -dentro de que cada virus es diferente- a otros virus respiratorios que pueden producir descompensación en pacientes crónicos o neumonía en pacientes inmunodeprimidos o frágiles. Pero estamos muy lejos de la situación de las tres primeras olas en las que el Hospital se llenó, literalmente, de pacientes con SARS-CoV-2 con una mortalidad muy elevada y cuando incluso pacientes jóvenes sin otras patologías desarrollaban con cierta frecuencia neumonía grave que les llevaba a la Unidad de Cuidados Intensivos o al fallecimiento. De hecho, los dos aspectos que más han marcado la pandemia han sido la enorme mortalidad en pacientes ancianos, con esa situación crítica que se vivió en muchas residencias durante la primera ola, y esa posibilidad de que pacientes jóvenes o de mediana edad (30-50 años) estuvieran en la UVI con una situación muy grave e incluso que pudieran fallecer; no habíamos vivido ninguna otra situación con tal número de neumonías virales en pacientes jóvenes. Todo esto ha cambiado radicalmente con las vacunas y en este momento la gravedad de la enfermedad es mucho menor, con lo que el número de pacientes ingresados por Covid es muchísimo más bajo del que hemos tenido en las primeras olas.
¿Considera que no se sabe exactamente cuál es la situación del virus porque ya se realizan pocos test, o ya no es necesario tener tanto control?
En este momento, de acuerdo a la desaparición que mencionaba de ese estado de emergencia sanitaria, por la menor gravedad de la enfermedad gracias a la vacunación de la población, ya no es preciso realizar tantos tests como se hacía anteriormente. Por lo que probablemente haya muchas más infecciones de las que se están detectando, pero son infecciones que no tienen relevancia en cuanto a motivar ingreso o complicaciones graves, en su gran mayoría, por lo que no es preciso detectar el virus que las está causando.
El virus ha venido para quedarse, ¿puede venir en el futuro alguna ola como las que hemos vivido estos años o eso ya es impensable?
Sin duda, ya se ha quedado con nosotros. Es una infección viral más, pero en este momento es muy difícil o prácticamente imposible que haya una ola como las que hemos vivido al principio de la pandemia, porque la inmunidad de la población, tanto por las vacunas como por las infecciones previas, es cada vez mayor.
¿Cree que las medidas que se han aplicado han sido las correctas?
Mucho se podría hablar sobre las medidas y sobre la gestión de la pandemia en una situación de incertidumbre y de escasa información. Nadie tiene la bola de cristal para saber lo que va a pasar, no ya en unos meses, sino en las siguientes semanas, y todo ello ha llevado a que se hayan tomado medidas que a lo mejor ahora no se repetirían. También ha habido problemas debido a la situación previa del sistema sanitario, incluyendo su fragmentación en diferentes sistemas de salud autonómicos, y al propio funcionamiento de la ciencia que no tiene respuesta a todo. El conocimiento se construye con el tiempo y con los datos que se van obteniendo, por lo que muchas veces hemos tenido respuesta a las preguntas cuando ya teníamos nuevos interrogantes. Creo que sí sería necesario llevar a cabo en España una auditoría independiente que revisara todo lo que se ha hecho siempre con el objetivo de mejorar. Pero, aunque esto sea muy lógico y se haya hecho en otros países, no parece probable que se termine haciendo en España.
¿Cuál es la situación actual en el Hospital en relación con la Covid-19?
En este momento sigue habiendo ingresos hospitalarios por Covid-19, pero en un número mucho más pequeño del que teníamos en las anteriores olas. En muchos casos son pacientes con descompensaciones de sus enfermedades de base en las que participa el Covid-19 de manera similar a como pueden participar otros virus o que tienen ingresos por otras causas y coincide que tiene infección por SARS-CoV-2. La neumonía Covid-19 que conocimos durante las primeras olas de la pandemia en este momento es relativamente infrecuente.
¿Que otros aspectos se pueden destacar de lo que se ha vivido estos últimos años?
Dentro de que la situación ha sido muy complicada y que creo que la gran mayoría de nosotros pulsaríamos el botón de borrar la pandemia si tuviéramos oportunidad, tenemos que intentar sacar lo mejor de esta situación y recordar, por ejemplo, el trabajo en equipo que fuimos capaces de hacer en el Hospital durante de los momentos más duros de la pandemia y que nos permitió proporcionar atención sanitaria a los pacientes infectados en ese momento y, muy importante, al resto de patologías que seguían ocurriendo. También querría destacar la respuesta científica a la pandemia, todo lo que se ha podido investigar y trabajar que ha permitido desarrollar desde protocolos de tratamiento a las vacunas de ARN mensajero, que son al final las que nos ha permitido salir de la pandemia y de la situación de emergencia sanitaria en la que estábamos.
En el lado negativo, también se han producido muchas situaciones de polarización de la sociedad o de intentar aprovechar la situación con réditos políticos, tanto en un sentido como en otro, y esto no creo que haya sido positivo. Otro aspecto muy negativo de esta pandemia ha sido la desinformación. Su volumen ha sido tal que se ha utilizado incluso el término ‘pandemia de desinformación’, dado que por motivos económicos, ideológicos o por intereses personales, se han negado aspectos evidentes de la pandemia o se han promovido actitudes antivacunas. Afortunadamente en España ha tenido muy poco impacto, pero en otros países sí que ha provocado unas tasas de vacunación más bajas y lamentablemente la muerte de personas que han ingresado en la UVI y, que sea por ellos mismos o por sus familiares, se ha reconocido que no estaban vacunados por haber recibido informaciones inexactas. Esperemos que en un futuro pueda hacerse una mejor gestión de la información y que estos grupos antivacunas o negacionistas nos afecten lo menor posible.