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María Victoria Mateos: "Muchas veces es la mujer la que se pone sus propias barreras; hay que eliminarlas, porque todo es compatible"
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será homenajeada por el Día de la Mujer

María Victoria Mateos: "Muchas veces es la mujer la que se pone sus propias barreras; hay que eliminarlas, porque todo es compatible"

Actualizado 03/03/2023 08:18
Redacción

Con una larga y reconocida trayectoria profesional, sobre todo en la investigación del mieloma, esta doctora en Medicina habla de su trabajo, la enfermedad y los avances, la financiación y sobre el hecho de ser mujer en el mundo de la ciencia

María Victoria Mateos recibirá este 8 de marzo, Día de la Mujer, el reconocimiento del Ayuntamiento de Salamanca a su trayectoria profesional. Es doctora en Medicina y Cirugía e investigadora clínica en hematología y hemoterapia en el Hospital Universitario de Salamanca, especialista en Mieloma múltiple. Ha sido reconocida como la mejor investigadora del mundo del mieloma y está incluida entre los 100 mejores médicos de España; además preside la Asociación Española de Hematología y Hemoterapia.

Un reconocimiento a su carrera por el que asegura estar “tremendamente agradecida a Salamanca en general, a todas sus instituciones y al Ayuntamiento en particular, y a su alcalde, que siempre tiene presente a todos los diferentes extractos de la sociedad, a toda la gente”.

María Victoria Mateos no es salmantina, pero casi. Lleva trabajando en Salamanca desde el año 1994, cuando empezó su residencia. Durante esos años de residencia vivía en Salamanca, pero actualmente vive en Zamora “y voy y vengo todos los días. Soy de Zamora, trabajo en Salamanca, y probablemente si sumas las horas de tiempo que he pasado en Salamanca son más que en Zamora”.

Sobre todos los reconocimientos a su trayectoria profesional, afirma que son “de agradecer, pero te marcan y te dan una responsabilidad bastante grande para decir 'tengo que seguir ahí'; y un aspecto muy importante, tengo que delegar y hacer que la gente que trabaja conmigo tenga cada vez también más visibilidad, igual que hicieron conmigo en el pasado, pues yo lo tengo que hacer con los que vienen”.

Sin embargo, dice que tener un reconocimiento "no debe ser el objetivo, sino simplemente, te da responsabilidad para seguir avanzando y seguir investigando, como es al final nuestro trabajo diario y realmente es lo que nos mueve y lo que es más importante, nos gusta, pues seguimos haciéndolo”.

Mateos comenta que es “una persona muy normal”, por lo que todo esto de los premios y reconocimientos “me impacta un poco, estoy un poco abrumada”, pero son reconocimientos de diferentes instituciones “y lo único que puedo decir es que estoy agradecida. Me abruma un poco, pero creo que la causa es buena, los pacientes lo agradecen”. Todo esto, añade, da visibilidad a la enfermedad que intenta curar, contribuye a que más gente la conozca; y si este es el objetivo, pues adelante”.

Sobre si se ha encontrado o le ha condicionado ser mujer en su trayectoria profesional, Mateos señala que “siempre te condiciona un poco, pero globalmente tengo que decir que no”. Considera que el punto de partida es siempre el mismo para los hombres y las mujeres, como fue su caso. “Cuando tienes una trayectoria sobre la que quieres seguir lo único que tienes que hacer es seguir, y en determinadas situaciones donde te puedas ver con algún tipo de esos problemas, mi recomendación y lo que siempre he hecho es ponerme de perfil, porque cuando tú investigas, trabajas y tienes datos, es muy difícil que te retiren de la visibilidad, aunque pueda haber potencialmente alguien que te quiera quitar visibilidad por ser mujer, pero creo que cuando tú no cedes en tu empeño de investigar y de conseguir objetivos, al final la evidencia es la evidencia y creo que es lo que tiene que marcar”.

Para María Victoria Mateos es compatible el mundo profesional con el familiar, aunque “obviamente hay que hacer un esfuerzo. Me encantaría decir que salgo muchísimo, que todos los fines de semana me voy de viaje o tengo todas las tardes libres, pero eso es incorrecto. Cuando uno se dedica a la investigación, cuando uno hace muchas cosas, hay mucho esfuerzo detrás y, por lo tanto, siempre tienes que hipotecar un poco tu vida personal, tu vida familiar, yo quiero pensar que en vez de cantidad les doy calidad y, en principio, nos marcha bien desde el punto de vista familiar, por lo que es posible compatibilizarlo”.

Además, añade, la mujer “no tiene porqué ponerse sus propias barreras, yo creo que muchas veces es la propia mujer la que se las pone, no hago esto porque mis hijos tal o porque tengo que hacer tal cosa… Todo puede ser normalizable y todo es compatible. Obviamente con esfuerzo, necesitas ayuda, pero si se quiere, es posible”.

Sus próximos objetivos y metas son “seguir investigando “en las líneas en las que nosotros hemos venido investigando siempre en colaboración con gente que trabaja en Salamanca en el Centro de Investigación del Cáncer y en el grupo español de mieloma”.

Tiene, explica, unas trayectorias y líneas “muy definidas por intentar curar una enfermedad que hace 20 años era incurable, los pacientes vivían dos años, pero ahora viven más de 10 años, por lo que el objetivo es uno y muy claro: cada vez acercarnos más a curar a los pacientes con mieloma, a ofrecerles la innovación, una calidad de vida estupenda”. Por lo tanto, “esos son los objetivos que me marco y tenemos diferentes proyectos para intentar conseguirlo”.

Unos pacientes a los que se les ha mejorado la calidad de vida, pero se sigue trabajando en una futura curación total. “Estamos en ello”, señala. Hace unos años “la respuesta a esta pregunta siempre era no y ahora cada vez empezamos a considerarlo, porque tenemos cada vez más los ingredientes necesarios para poder plantear la curación, conocemos mucho más la biología de la enfermedad, qué pacientes tienen características de mejor pronóstico, tenemos herramientas muy sensibles para evaluar la respuesta, para evaluar la ausencia de esa enfermedad y encima tenemos innovación terapéutica, con lo cual si juntamos todos estos ingredientes, tenemos que aplicarlos e intentar curar, probablemente no a todos los pacientes, hay algunos pacientes en los que la enfermedad tiene un pronóstico adverso y en esos tenemos que centrarnos también para mejorar, pero probablemente en pacientes jóvenes, que no presente características de mal pronóstico, podamos plantear una curación”.

Sobre la falta de medios o apoyo suficientes de las instituciones para la investigación, reconoce que “la financiación pública existe y creo que todas las instituciones a nivel local, regional y nacional hacen esfuerzos por aportar dinero para la investigación. Pero no es suficiente y se debería invertir mucho más en investigación”. Por eso, "hay que ir a todas las convocatorias que hay de investigación, nacionales e internacionales” y aboga por “buscar modelos nuevos para financiar la investigación y buscar colaboraciones público-privadas a las que les puedas dar un retorno con la investigación que tú haces”.

La colaboración para ella es otro aspecto también muy importante para tener más recursos. “Si una persona sola quiere investigar, conseguir fondos es muy difícil. Hay que colaborar y cuanto más amplíes tu red de colaboración, más posibilidades tienes de conseguir fondos”. En este sentido, explica que en su investigación “tenemos proyectos a nivel local, regional y nacional, pero trabajamos fundamentalmente en red, en un grupo español de mieloma donde están integrados más de 90 hospitales, con lo cual la fuerza y la calidad de los proyectos siempre es mejor y, por lo tanto, tenemos recursos para poder hacer investigación, como otro añadido”. Ellos cuentan también con la ayuda de las compañías farmacéuticas “que tienen innovación, tienen fármacos nuevos y lo que quieren es que los investigadores los prueben en pacientes”. Y cuando se trabaja en red en un grupo bien estructurado, “podemos conseguir ayudas para que nos den los fármacos para que nosotros podamos aplicarlos a los enfermos y generar resultados que a ellos les van a ser importantes, pero nuestro objetivo fundamental, que es mejora la vida y la calidad de vida de nuestros pacientes, lo cumplimos".

Respecto a lo que se puede hacer para que los jóvenes investigadores no tengan que ir a otros países a desarrollar su carrera, Mateos considera que “hay que generar estructuras para retener el talento, es decir, hay que esforzarse y cuando en tus grupos de investigación, en el grupo de residentes que nosotros tenemos en Salamanca o en el grupo de investigadores que hacen el máster del cáncer con nosotros, cuando ves gente que tiene interés y capacidad, que realmente que quiere, pues hay que hacer todos los esfuerzos para intentar mantenerlos. Ahí sí que a veces probablemente la Administración debería de hacer un esfuerzo. Es cierto que es difícil individualizar, pero es una pena que a veces se vea gente que es tremendamente brillante a la que no le pueda ofrecer nada, porque no está en tu mano, y se tengan que marchar”. Por eso es fundamental “generar estructuras y redes para retener la excelencia, nos tenemos que igualar no por el rasero de abajo sino por el de arriba, generar convocatorias específicas para la excelencia en cada promoción de estudiantes, de residentes y de investigadores; esa puede ser la vía para retener el talento y que la gente no se vaya”.

En relación a la conmemoración del Día de la Mujer en Salamanca, tiene un mensaje para las niñas y jóvenes. “Las niñas estudian, las facultades de medicina están llenas de mujeres, son el 70% son mujeres, y eso puede ser aplicable a otras carreras de ciencias. El punto de partida es el mismo y hay niñas que se dedican a la Ciencia, pero el problema es en el recorrido, ellas van abandonando en el recorrido, muchas veces porque la propia mujer se pone sus propias trabas, no puedo hacer esto porque tengo que cuidar a mis hijos, porque ahora embarazada, porque el colegio… Y hay que eliminar esas trabas. Esa sería mi recomendación, ponerse una meta e intentar conseguirla. Y, por supuesto, todo ese tipo de situaciones intermedias asumirlas, pero no ponerlas en contra de tu trayectoria; porque todo se puede hacer”, concluye María Victoria Mateos.