, 26 de mayo de 2024
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Iván Sadia, aura de blues, corazón de rock and roll
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un músico y una banda absolutamente clásicos

Iván Sadia, aura de blues, corazón de rock and roll

Actualizado 02/03/2023 18:28
Charo Alonso

Ganador del III concurso de bandas, Sadia publica su tercer disco

Tiene Iván Sadia el paso melancólico de los solistas de blues. Artesano de acordes, escenarios y carreteras inacabables, se cala la tradición como un sombrero con el gesto de los grandes antes de tocar. Elegancia de otro tiempo, surco de vinilo, púa imposible. Sosegada pasión la de un solitario artesano del rock de voz rota, letras exquisitas y esa cadencia oscura, melancólica, profunda hondura de un sonido macerado en whiskey, amor y blues.

Charo Alonso: ¿Estás listo para el rock and roll?

Iván Sadia: Por supuesto, eso siempre, y cada vez más. Me enamoré del rock and roll cuando era adolescente y desde entonces sigo bajo su hechizo. Me sigue fascinando su sonido y todo lo que lo rodea: su actitud, su estética, su historia…

Ch.A.: Este es tu tercer disco…

I.S.: Sí, se titula ‘Whiskey, amor y blues’ y ha sido producido por Santiago Campillo en sus estudios Niculina Records de Murcia. Todo un lujo. Santiago, sin duda, es el productor idóneo para un trabajo como este: un músico que viene de la vieja escuela y un guitarrista excepcional que ha grabado discos con M-Clan, Los Rebeldes, Revólver… y que toca con artistas de la talla de Oneida James, bajista de Joe Cocker, o Buddy Whittington. Tuve la oportunidad de colaborar en directo con él en un par de ocasiones, y a partir de ahí todo vino rodado. Lo comenzamos a grabar en julio de 2021, cuando Aure Martín (batería) y yo viajamos hasta Murcia para grabar El río y La herida. Un año más tarde completamos el trabajo junto a Quili Sánchez (bajo) y algunos músicos más del entorno de Santiago que han colaborado en el álbum. El resultado es un fantástico LP formado por 10 canciones de rock clásico en español y con un precioso trabajo de diseño gráfico de mi amigo Marc Bello. Un disco para no perdérselo y que está disponible en sadiaweb.com.

Ch.A.: Has sido el ganador del III Concurso de Bandas. ¿Qué supuso para ti? ¿Las instituciones apoyan la música salmantina?

I.S.: A todos nos gusta ganar, así que lo primero que supuso para mí, y también para Aure y Quili, fue satisfacción personal, el saber que estamos haciendo las cosas bien. Fue una noche fantástica, lo pasamos realmente bien y creo que el público disfrutó. Y el premio, además, me está suponiendo un balón de oxígeno en lo económico, porque me permite disponer de un local de ensayo, grabar un álbum, un clip... Todo esto es muy costoso. Así que no podemos decir que el Ayuntamiento de Salamanca no apoye a los grupos de la ciudad. Este concurso es un ejemplo.

Ch.A.: Profesor de literatura, músico tenaz… ¿Es complicado compaginarlo todo, vida familiar, laboral, musical?

I.S.: A veces tengo que hacer malabarismos para que todo funcione, pero son momentos puntuales. Hay que renunciar a algunas cosas.

Ch.A.: Cuando trabajaba contigo estaba fascinada por tus botas de rockero y tu aspecto: ¿Es importante esa forma de vestir, esa pose, esa presencia poderosa?

I.S.: Jaja, muchas gracias. Un artista además de serlo tiene que parecerlo, y recuerdo que de muy joven, lo primero que me llamó la atención de mis artistas favoritos fue su forma de vestir o de peinarse. En mi armario tengo cosas fantásticas.

Ch.A.: Me ha encantado una frase tuya sobre el rock and roll “No se trata de inventar la rueda, sino de seguir haciéndola girar”, eres un clásico, Iván.

I.S.: Inevitablemente. Si algo me define artísticamente es la palabra “clásico”. En mi música hay un gran respeto por la tradición y, al mismo tiempo, creo que mi sonido es fresco, actual. Mi pretensión es seguir la estela de los grandes artistas del género que me han inspirado y contribuir a mantener viva la llama del rock and roll con mi trabajo. ¡Y espero estar a la altura!

Ch.A.: ¿Escribir tus canciones, letra y música o adaptar grandes temas?

I.S.: Son dos cosas que me gustan por igual. Por supuesto, escribir mis propios temas es la labor más importante, pero adaptar letras al español puede llegar a ser igual de creativo, porque tienes que captar la intención de la canción, el mensaje último, y pelear con la gramática, la fonética y el vocabulario del castellano para hacer que la adaptación fluya y no sea una burda traducción. He adaptado grandes clásicos como ‘Midnight rider’ de The Allman Brothers Band, ‘The first cut is the deepest’ de Cat Stevens o ‘Drift away’ de Mentor Williams, y he obtenido los permisos de los creadores y editores para grabarlos y publicarlos. Me imagino que no lo hago mal del todo.

Iván Sadia, aura de blues, corazón de rock and roll | Imagen 1

Ch.A.: ¿Influye en tus letras que seas un profesor de literatura? Y cítame a Baudelaire, por favor…

I.S.: Conocer la tradición literaria y la lengua es, para cualquier escritor, una ventaja enorme a la hora de afrontar el proceso de creación. En una canción se trata de expresar mucho en muy poco texto, por lo que hay que hilar muy fino. Y luego está la literatura del rock and roll. Si quieres hacer un buen tema, tienes que conocer y respetar la temática y las convenciones de esta música. Hay que empaparse de ello y vivirlo en primera persona para que resulte creíble y genuino. Y sobre Baudelaire, claro. Los poetas malditos del XIX francés fueron los primeros rockeros. Jóvenes inconformistas, con un estilo de vida autodestructivo. ‘Las flores del mal’ está detrás de mi flor del opio, de los paraísos artificiales. La bohemia es un tema fascinante sobre el que acabo de escribir una canción.

Ch.A.: Ese vídeo de ‘La herida’… La letra, tan maravillosa… El paseo por Salamanca…

I.S.: Muchas gracias, Charo. ‘La herida’ es mi adaptación de ‘The first cut is the deepest’. Esta canción me atrapó desde el primer momento en que la escuché. Es un tema que han versionado artistas como Rod Stewart o Sheryl Crow, por lo que atreverse a hacer una versión en español y estar a la altura era muy arriesgado. El resultado es fantástico, desde mi punto de vista, y el video clip, como tú dices, un bonito paseo por la orilla del Tormes, con Salamanca al fondo. “Un buen lugar para ir a olvidar”, como diría Loquillo.

Ch.A.: Te comes el escenario. ¿Tocar, tocar, carretera, conciertos, noches como diría Fernando en tugurios de rockeros?

I.S.: ¡Suena tan romántico!, y en verdad es lo bonito de este trabajo: la idea del artista que siempre está de paso, que ofrece su espectáculo cada noche en un lugar diferente, sitios decadentes y llenos de personajes interesantes. Y en parte es así. La carretera tiene un poder de atracción inmenso para un músico como yo. Lo disfruto todo lo que puedo.

Ch.A.: Los años de Atlanta te llevaron a la cuna de la música. ¿Cómo recuerdas ahora la experiencia?

I.S.: Mi mujer Isabel y yo vivimos en Atlanta hace 20 años. Trabajamos como profesores de español en la Universidad de Emory y esa experiencia para mí fue fundamental. El dinero que gané lo gasté en viajes y en guitarras. Conocí ciudades tan musicales como Memphis o New Orleans. Atlanta es también una ciudad llena de música. Algunos de mis músicos favoritos son de allí. Años más tarde supe que Rich Robinson de The Black Crowes vivía en aquel momento cerca de nuestro apartamento. ¡Si lo hubiera sabido habría llamado a su puerta para pedirle un poco de sal!

Ch.A.: A veces se deja de tocar, se impone la vida… pero tú sigues.

I.S.: Mi amor por el rock and roll y por el blues es incondicional. Este oficio realmente me apasiona y seguiré haciéndolo mientras pueda. Uno tiene que perseguir aquello en lo cree, y yo creo en lo que hago. El próximo año cumpliré 50, y espero seguir en activo muchos más. Muy pocos de los aspirantes a rockeros de mi generación, que comenzaron a tocar en bandas en los 90, pueden decir lo mismo.

Ch.A.: ¿Te hacen coros en casa?

I.S.: Mi mujer me apoya muchísimo en todo lo que hago, y me siento afortunado por ello. Y mis hijos me escuchan, aunque esta música no sea la suya.

Ch.A.: ¿Y en clase?

I.S.: Nunca hablo de ello, pero los alumnos se enteran enseguida. Lo curioso es que les gusta lo que hago, y algunos me dicen: ¡Profe, hazte una colabo con Bizarrap y así lo petas en TikTok!

Ch.A.: Tienes banda nueva y colaboraciones de lujo.

I.S.: Tener una banda de buenos músicos es fundamental, y en estos momentos yo la tengo y la defiendo a capa y espada. Aure Martín es un gran tipo y un batería fino de verdad, y Quili Sánchez viene del jazz, un bajista que es como un reloj y que adoro. Me da mucha seguridad saber que puedo contar con ellos y eso en los conciertos se nota. Y también tengo a mi buen amigo Paco Muñoz como mánager. Hacemos un pequeño gran equipo. Y he tenido la suerte de contar en mis discos con colaboraciones de músicos que admiro, como Hendrik Röver, que coprodujo y tocó en ‘La flor del opio’, Iñigo Uribe, el mejor teclista de rhythm and blues que hay en nuestro país, o Santiago Campillo, que para mí es autoridad. He aprendido mucho en este proceso y eso, y disfrutarlo, es lo más importante.

Carmen Borrego: ¿Cómo empezaste en la música?

I.S.: Empecé acompañando a mi padre, Manuel Sadia, en conciertos, hacía, hace, música folclórica, copla. Ha publicado varios discos. Era el crío que se aburría con el solfeo y luego a mi profesor de guitarra, Kristoff Kosakowski, un buen tipo, le decía que se dejara de clásica y me enseñara algo de Eric Clapton.

Ch.A.: Iván, el merchandising, ¿crees que es importante?

I.S.: Por supuesto. Se trata de un vínculo entre el fan y el artista. Los seguidores, las personas a las que de verdad les gusta lo que haces, quieren llevarse algo tuyo: un álbum, una camiseta, una púa… Eso hay que cuidarlo y no deja de ser una forma de obtener pequeños ingresos por tu trabajo.

Ch.A.: ¿Tu bebida favorita?

I.S.: En estos momentos el whiskey, pero con un chorrito de amor y mucho blues. Es la mejor receta.

Ch.A.: Que sepas que nadie como tú para llevar un sombrero en el escenario, Iván.

I.S.: Muchas gracias Charo, tengo un montón de ellos, uno para cada ocasión. ¡Demasiados sombreros para una sola cabeza!

Ch.A.: Iván, hazte la pregunta que te gustaría responder… ¡Antes del bis!

I.S.: ¿Cualquier tiempo pasado fue mejor? En la música, me temo que sí.

FOTOS: CARMEN BORREGO

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