El periodista Chema Díez ha dado su opinión sobre el momento de forma del equipo en la sección de este medio con colaboradores
Lo bueno que tiene el fútbol cuando las cosas no van demasiado bien es que te ofrece una nueva oportunidad de reparar el daño sufrido tan solo unos días después.
Este deporte te da muchas más opciones que la propia vida para enderezar el rumbo cuando éste se va torciendo con el paso de los daños. Y de todo esto, Unionistas tiene mucha experiencia en esta temporada 2022-23 que no está siendo un camino de rosas, precisamente.
Raúl Casañ ya ha pasado a la historia del club después de ser ‘fulminado’ y ahora los esfuerzos deben centrarse en que Dani Ponz saque adelante el proyecto blanquinegro, que se encuentra en puestos de descenso a Segunda RFEF.
El estreno del técnico valenciano en el banquillo de Unionistas no fue nada positivo tras la derrota (2-0) ante el Alcorcón, aunque este hecho cabía dentro de las posibilidades al tratarse del líder de la competición. La primera parte no fue mala y mostró una cara diferente del equipo, pero será el paso de las semanas el que ajustará el sistema, dotará de mayor confianza a los jugadores e implantará un nuevo estilo o forma de jugar. Eso sí, en la segunda mitad, Unionistas volvió a mostrar su peor, yendo de más a menos.
Aquello de a “entrenador nuevo, victoria segura”, no ha tenido su efecto en el equipo del Reina Sofía, que vive su particular ‘Unionistas y 13’, porque debe hacer frente a trece finales, con 39 puntos en juego. ¿Suficientes? Sí… pero debe ganar sí o sí en su estadio a un Sanse que transita en la zona media de la tabla con 32 puntos, cinco más que los salmantinos.
Urge mucho sumar de tres en tres y cuanto más tiempo pase, será mucho más aguda la necesidad de lograr triunfos, con demasiados equipos metidos en la pomada de intentar salir del pozo de la clasificación.
Por ello, Unionistas no debe escudarse en los errores arbitrales como hizo en el choque contra el Alcorcón; ¿falló el colegiado? Sí, pero el equipo no está 16º en la tabla por ese motivo, ni mucho menos, y la autocrítica debe ir mucho más allá de esa parte del juego. Será el fútbol, y solo el fútbol, el que dirá si el equipo será capaz de jugar el año que viene en Primera RFEF.
Mi humilde opinión es que costará, pero Unionistas seguirá en la temporada 2023-24 en esta misma categoría… aunque espero y deseo que sin cometer los mismos errores del pasado, con caras nuevas en muchas parcelas del club y con una más que necesaria savia nueva que le dé una vuelta de tuerca al panorama actual de la estructura deportiva.
Sanse, San Fernando, Linares y Badajoz van a marcar, para bien o para mal, el devenir de Unionistas en una competición en la que más tarde esperan muchos de los ‘cocos’ de la categoría, además de rivales muy directos. Mucho más importantes son los seis partidos que le quedan a los de Ponz en el Reina Sofía, que le darían la salvación de sumar todos ellos por victorias.
No queda otra que ir todos a una en este nuevo plan de ‘Unionistas y 13’ o ‘12+1’ para los que creen en eso de las supersticiones… aunque el fútbol es otra historia.