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Manuel Díaz 'El Cordobés' cuenta con todo tipo de detalles cómo fue ver a su padre y cómo se fraguó todo
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reencuentro

Manuel Díaz 'El Cordobés' cuenta con todo tipo de detalles cómo fue ver a su padre y cómo se fraguó todo

Actualizado 21/02/2023 19:58

"Le dije, '¿cómo te llamo? ¿Te importa si te llamo papá?' y él me dijo, 'nada, adelante'" ha relatado

Una semana después de escenificar su acercamiento a su padre, Manuel Benítez 'El Cordobés', con un abrazo histórico en su primer acto público juntos - un homenaje al veterano torero en el 20º aniversario de su reconocimiento como V Califa del Toreo - Manuel Díaz ha ofrecido una rueda de prensa para revelar, por fin, cómo se fraguó su reconciliación y confesar como, después de 54 años deseando tener relación con su progenitor, está viviendo una de las etapas más especiales y emocionantes de su vida.

Tal y como ha confirmado fue en 2018, a raíz de operarse de la cadera tras sufrir una lesión en plena temporada taurina, cuando "se me apareció la oportunidad de mi vida, la del reencuentro". Y no se lo pensó; dio el primer paso y, aunque en un principio el contacto fue telefónico, no tardó en llegar el día en que decidieron verse cara a cara.

Un encuentro en el que, como ha reconocido Manuel, la mujer de su padre, Mari Ángeles, tuvo un papel muy importante - "es un ángel en la tierra, hizo posible esto y se lo agradeceré siempre" ha confesado - y que tuvo lugar en la finca que Manuel Benítez posee en Córdoba.

"Estaba súper nervioso. Creo que ese día podía haberme desmayado. Tuve que parar en la cuneta de camino porque no paraba de temblar y cuando llegué, me estaba esperando en la mitad del camino y salté del coche, le abracé y escuché por primera vez la palabra que llevaba toda una vida queriendo escuchar. Me dijo 'hijo, todo llega. Ya estamos aquí', y esas palabras saliendo de su boca se me clavaron dentro. Se me nubló el mundo" ha revelado muy emocionado.

"Es una sensación que no he sentido en mi vida con nadie. No me lo podía creer. Es un ser humano excepcional, muy especial, que te traspasa. Y nos sentamos y le dije 'perdona si he hecho algo que no debiera, pero las circunstancias me han obligado'. Y él me dijo: 'Perdóname tú a mí'. Y ya está. Es lo que necesitaba. En ese momento nacimos los dos y se paró el tiempo" ha continuado, confesando que "no hubo reproches" en un primer encuentro del que Manuel es incapaz de hablar sin emocionarse.

Y es que, como ha contado, ese día volvió a ser un niño que abrazaba a su padre por primera vez: "La piel no miente y lo único que yo buscaba era meterme debajo de él, que me acurrucara, notar su corazón. Fue mágico. Sobraban las palabras". "Estuvimos un montón de horas hablando de todo. Lo conocía tanto sin haber estado con él... Parecía que nos habíamos visto antes de ayer y se paró el tiempo. No hubo reproches. Lo disfruté tanto que esa noche caí malo" ha confesado, asegurando que si tuviese que elegir los momentos más emocionantes de su vida, este tendría un puesto de honor junto con el nacimiento de sus hijos.

"Le dije, '¿cómo te llamo? ¿Te importa si te llamo papá?' y él me dijo, 'nada, adelante'" ha relatado, reconociendo que es algo que le cuesta porque "no lo tengo interiorizado. A veces me sale de dentro pero llega arriba y la cabeza la frena porque me suena raro".

A pesar de este ansiado reencuentro con su padre, Manuel no tiene pensado cambiar su apellido porque "no me gusta nada ese tema de papeleos. Pero si mi padre me lo pide accedería, aunque ahora mismo no tengo ninguna intención" ha explicado, dejando claro - por si había alguna duda - que "no quiere nada" de su padre ni está pensando en ninguna herencia: "En la vida se me ocurriría reclamar nada del patrimonio de mi padre porque sé donde lo ha ganado y lo que cuesta ganarlo".

"Yo estoy ahí para dar, sumar y aportar" ha añadido feliz y repitiendo, una vez más, lo "especial" y "excepcional" que es su progenitor: "Es generoso y cariñoso. Imaginaba como podía ser pero ha superado todas mis expectativas".

"Lo importante es vivir a partir de ahora y disfrutar juntos, y esto no termina aquí. Seguiréis viéndonos juntos, mi padre ya me está proponiendo infinidad de planes y no me los voy a perder. No quiero hablar de tiempo perdido, sino de tiempo ganado. La máquina del tiempo perdido ya se ha parado. Y, como le dije, ojalá pudiese quitarme 10 años de mi vida para dárselos a él" ha asegurado sin poder contener una sonrisa al estar viviendo algo que nunca pensó que iba a vivir.

Una rueda de prensa muy emocionante en la que Manuel ha tenido palabras de agradecimiento para su mujer, Virginia Troconis - "la columna vertebral de mi vida" - para la pareja de su padre, Mari Ángeles - "un ángel caído del cielo" - y para los medios de comunicación por su apoyo en esta dura lucha que ha terminado de la manera soñada, recuperando a su padre.