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"Hay que tener cuidado, debemos tener a punto la ciudad y sus potencialidades. Ciudad Rodrigo es más que Carnaval y toros"
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Entrevista a Juan Tomás Muñoz concejal PSOE

"Hay que tener cuidado, debemos tener a punto la ciudad y sus potencialidades. Ciudad Rodrigo es más que Carnaval y toros"

Actualizado 15/02/2023 13:17
Adrián Martín

El edil socialista hace una crítica constructiva a la organización del antruejo mirobrigense, al libro de Carnaval y da ideas para paliar la multitudinaria afluencia de personas en su mayoría jóvenes que se acercan a la ciudad durante el fin de semana

Llega de nuevo el mes de febrero, con él, el pensamiento de cualquier mirobrigense, viva cerca de sus piedras, le separen cientos o miles de kilómetros, no hace falta decir cuál es.

Lo mismo le ocurre a la corporación mirobrigense, que seguro que desde el pasado miércoles de ceniza ya están pensando en la preparación del próximo Carnaval.

Juan Tomás Muñoz es el portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo y el líder de la oposición

P: Señor Muñoz: Tras salvar el pasado Carnaval con sus luces y sombras, este año parece que va todo sobre ruedas ¿o solo lo parece?

R: Es evidente que el Carnaval tiene una liturgia que intenta cumplirse en su integridad. Pero no siempre ocurre, aspecto también lógico por tratarse de algo vivífico, que depende de ciertas variables.

La meteorología influye, por ejemplo, en que haya más o menos masificación, con todo lo que ello también supone a la hora de absorber ese caudal humano subsumido en los servicios que se prestan o que pudieran prestarse. Contingencias habrá más o menos sobrevenidas, aunque esperemos que no sean del calado del pasado antruejo.

No se puede decir que “todo va sobre ruedas” cuando vemos como en los últimos días han surgido iniciativas que se ignoraban desde dentro de la organización por la habitual falta de información y toma de decisiones que genera, al menos, polémica.

Hay ruedas que no están bien engrasadas o que chirrían más de lo conveniente en ciertos aspectos organizativos, desde la elección de los astados –casi siempre con acuerdos previos fijados con indisimulados intereses; no quiero entrar en detalles, pero es de dominio público quién, cómo y con qué resultados se abastece la dinámica de cerrar la procedencia de los encierros-, hasta la decadencia que supone para la tradición de nuestra fiesta la progresiva costumbre de pasar estos días señeros, para la mayoría, por otros derroteros.

Y tendríamos también que preguntarnos por las circunstancias que determinan que decenas de hosteleros hayan decidido bajar las persianas estos días… Hay que reflexionar sobre estos particulares y ver qué está fallando, o qué no está saliendo bien; tal vez no se esté haciendo bien. Si hay causas que originan ciertos problemas también debería haber soluciones. Y, sobre todo, no incendiar el panorama con mensajes grandilocuentes, inapropiados y ciertamente inquietantes ante lo que se pueda generar y avecinar.

P: ¿El equipo de gobierno cuenta con ustedes para el consenso y tiene en cuenta alguna de sus ideas para la celebración del Carnaval?

R: No fluye la información como sería de desear. Se toman decisiones que se conocen a posteriori, como si fuéramos unos convidados de piedra. Una práctica que ya tuvo sus consecuencias en esta edición con el abandono de la comisión preceptiva por parte de uno de sus miembros ante la práctica de esa dinámica de comunicar lo que se ha hecho o se está haciendo, pero sin permitir una mínima intervención determinante. No obstante, nuestros representantes en las comisiones vinculadas a la organización del Carnaval hacen aportaciones que, a veces, tan solo a veces, son tenidas en cuenta.

Sí pediría un poquito de cordura –también de trabajo- al responsable o responsables de la edición del Libro de Carnaval de este año, para que no vuelva a repetirse semejante tropelía. No puede ser la carta de presentación de nuestras fiestas referenciales un bodrio como el que ha caído en nuestras manos hace unos días. Antes, jocosamente, nos referíamos al Libro de Carnaval como el tocho. Este año hemos pasado del tocho al mamotreto, en el sentido lato de ambos vocablos.

P: Su cometido y el de su equipo, así lo decidieron los mirobrigenses, es la del control del gobierno local, el Carnaval es algo muy rodado y quizás sea más difícil la crítica, pero a nivel de visión de futuro y trabajo que se está haciendo en términos generales ¿qué nos puede decir?

R: Lo he manifestado en las respuestas anteriores. Algo no funciona cuando se cierra una treintena de negocios directamente vinculados con el Carnaval o cuando muchos mirobrigenses aprovechan estos días para huir de Ciudad Rodrigo. O cuando, como está ocurriendo, no se abordan los problemas con la decisión que precisan y, por ende, no se alcanzan a ver, ni siquiera se atisban, los resultados esperados en la forma que consideraríamos más positiva para todos.

Respecto a la gestión municipal en otros ámbitos, parece evidente que haya discrepancias, y que aunque algunas decisiones puedan ser compartidas, otras, como no puede ser de otra forma, entran en un campo más crítico. Estamos ante una labor marcada por un equipo con actúa, más que con mayoría absoluta, con lo que podríamos denominar mayoría absolutista en virtud de la arrogancia y prepotencia que rezuman en muchas decisiones. La alcaldía se nutre de narcisismo, cualidad que también se va impregnando en otros miembros de su equipo de gobierno en virtud del comportamiento que evidencian, rayano a la supuesta aristocracia que buscan emular, tal vez sin saberlo. La humildad no es precisamente la virtud por la que trascenderá esta segunda entrega de los Iglesias, que tal vez, y ya es decir, esté haciendo bueno al primero de la serie.

P: Estos días de miles de visitantes a unos de los Pueblos más bonitos de España, son un buen escaparate para vender la Ciudad. ¿Está cuidada la muralla y sus calles, así como, es posible hacer visitas a museos y exposiciones o nos centramos al Carnaval?

R: Parece que el Carnaval lo absorbe todo, pero Ciudad Rodrigo es más que Carnaval. Aunque una amplia mayoría de visitantes vienen a disfrutar de la fiesta, a otros seguramente les gustaría complementar ese planteamiento inicial con otras actividades, con otras ofertas más allá de la meramente festiva. Ciudad Rodrigo debe ser un escaparate, debe aprovechar la masificación que genera el Carnaval para promocionarse cara el futuro, para dejar poso suficiente para que un porcentaje de esos visitantes queden con ganas de volver para disfrutar de otros aspectos menos lúdicos, de los valores culturales y patrimoniales que tenemos y atesoramos. Y por eso hay que tener cuidado, debemos tener a punto la ciudad y sus potencialidades. Ciudad Rodrigo es más que Carnaval y toros.

P: De vuelta a la organización del Carnaval: Toros y carteles taurinos, ¿Qué opinión le merece?

R: Desde hace unos años, gracias a la implicación directa de los propios interesados o de sus allegados, la cartelería taurina se nutre con toreros o novilleros de postín, que vienen también a disfrutar… pero sin obviar algunas contrapartidas más o menos conocidas por todos. Unas prácticas que nos pueden parecer normales, pero que no siempre responden a los intereses deseables.

P: En cuento al encierro a Caballo, ustedes cuando gobernaban apostaban por otro recorrido más corto y que garantiza el espectáculo. El año pasado por “los pelos”, al darse la vuelta los Bueyes…

R: Es un encierro problemático, muy largo por el recorrido elegido en esta candidatura por el actual equipo de gobierno. Los novillos sufren más de la cuenta al cubrir tanta distancia y las consecuencias pueden ser diversas, imaginadas por todos. Cada año hay decenas de miles de personas interesadas en que el festejo sea un espectáculo y quieren disfrutarlo. A veces, por diversas causas que la mayoría también puede conocer, el resultado no es el apetecido. Es complicado garantizar el espectáculo, sobre todo cuando las variables crecen por las decisiones adoptadas con mayor o menor criterio, también con dudas sobre su conveniencia.

P: La seguridad, les trae de cabeza, la Subdelegación del Gobierno está volcada en este asunto: Botellones, suciedad, algo de incivismo por parte de cada vez grupos más numerosos de jóvenes que lo menos que vienen es al Carnaval... bares que ya plantean no abrir al menos durante el fin de semana. ¿Cómo ve usted esta situación que cada año va a más?

R: Me reitero en alguna de las respuestas que he ido ofreciendo. Son problemas consustanciales a la fiesta que son difíciles de atajar. Parece que este año incluso habrá una mayor masificación que en años anteriores. Y tal vez no sea una buena noticia.

El tiempo parece que va a acompañar, aunque creo que ya no es una variable para quienes vienen a Ciudad Rodrigo ajenos a la esencia de la fiesta que renombra a nuestro Carnaval. Pulularán y ulularán miles de personas –jóvenes en su mayoría, algunos, tal vez demasiados, menores de edad- por las calles de Ciudad Rodrigo, por el centro y también muchos de ellos se quedarán por los arrabales o por donde sea. Es un problema para el que hay que ir buscando soluciones.

No se puede consentir lo que ocurrió el año pasado con la suciedad acumulada por momentos generada por botellones incontrolados, o con cientos o miles de personas colapsando algunas calles, poniendo incluso en trance la salida de ambulancias transportando heridos.

Son complicadas las soluciones, aunque se intenten mitigar los indeseables problemas que aparejan estas concentraciones multitudinarias. Si persiste esta dinámica habrá que determinar o habilitar espacios evitando en la medida de lo posible los riesgos añadidos. Este año vuelve la carpa y algo mitigará. Tal vez haya que avanzar en esa dirección y generar otros espacios para concentrar la diversión y evitar mayores molestias e imágenes lamentables. Y ojo con el progresivo incremento de locales en no demasiadas buenas condiciones para acoger a las peñas, muchas de ellas juveniles. Hay que tomar decisiones que abunden en la prevención, aunque todos sabemos que los accidentes existen, pero los incidentes a veces son fruto de una siembra de descontrol y permisividad.

P: La consideración de BIC inmaterial del efímero coso taurino mirobrigense es una gran noticia, pero no se quedarán ahí; falta el reconocimiento de Bien de Interés Internacional de esta fiesta grande. ¿Se están dan los pasos oportunos?

R: El BIC incoado es un primer paso que debería fructificar en la oportuna resolución en poco tiempo. Es de esperar que el próximo Carnaval ya cuente con ese marchamo, que no es único, como se viene diciendo. Existe ese grado de protección para otros cosos, incluso en un ámbito cercano, caso de Montemayor de Pililla (Valladolid) que cuenta con una plaza de toros que tiene declarada su construcción y su carácter efímero, BIC inmaterial desde 2017. Pero desde unos años antes, en 2013, existe otra declaración similar en México, en Villa de Álvarez, del coso de La Petatera, cuyos festejos taurinos coinciden también con las fechas del carnaval.

Sin duda, es un primer paso para el reconocimiento de una tradición que ya contaba con otro marchamo nacional desde mediados de los años sesenta del pasado siglo y que fue actualizado hace unos pocos años, en la pasada legislatura, pasando de ser las “Fiestas Tradicionales” de Interés Nacional, por la represión franquista del vocablo carnaval, a la denominación que ahora nos ampara como Carnaval del Toro.

Pero ese reconocimiento nacional tiene que ir a más, y para eso hay que cumplir unos requisitos que no son fáciles, sobre todo por la repercusión mediática internacional que deberían tener nuestras fiestas por su esencia y tradición, una asignatura que todavía está pendiente, aunque se hayan dado algunos pasos.

P: Usted como mirobrigense y como concejal; seguro que los lectores de Ciudad Rodrigo al día y, que estoy convencido de que han leído todas sus acertadas respuestas, les gustará que les dedicase unas palabras para ellos.

R: Es un mensaje claro. La fiesta es una diversión en sí misma, nutrida con ciertos alicientes que a veces exceden lo conveniente. Por eso, sin huir de la diversión y del espectáculo que rodea a nuestro ancestral Carnaval, en general invitaría a buscar una diversión responsable desde todos los ángulos posibles y evitando esas aristas que a veces marcan, enturbian o borran la propia esencia que caracteriza, que debe caracterizar y definir a nuestra fiesta.