Martes, 30 de abril de 2024
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Me ofende, Sr. Presidente
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Me ofende, Sr. Presidente

Actualizado 10/02/2023 07:52
Manuel Rodríguez Fraile

Hemos asumido un compromiso de respeto mutuo por el que en nuestro discurso y en nuestra práctica política vamos a evitar todo aquello que sabemos que ofende a la otra parte, especialmente, en lo que afecta a nuestras respectivas esferas de soberanía” Son palabras textuales del Presidente del Gobierno Pedro Sánchez en su reciente visita a Marruecos a las que por esa endiablada velocidad y la enorme cantidad de información que recibimos cada día, no se les ha prestado la debida atención y creo que son merecedoras de un ‘repasito’ más detenido.

Respeto mutuo’, ese parece ser el compromiso adquirido por ambas partes. Pero fue este fue violado desde el mismo instante en que el Sr. Sánchez, acompañado por 11 ministros españoles, puso el pie en Marruecos, ya que la máxima autoridad del país, el rey Mohamed VI, no les recibió personalmente, así que dicho compromiso resulta mentiroso por adolecer de muy graves defectos formales y prácticos desde su origen.

Y es que dicha conducta supone una falta de respeto tanto al Presidente como a todo el pueblo que él representa. Yo me siento ofendido por ello. Además no cumple tampoco con lo que figura a continuación ‘evitar todo aquello que sabemos que ofende a la otra parte’. Porque estoy seguro que el Gobierno marroquí sabía, y por tanto podía haber evitado, semejante ofensa que, estoy seguro, que sintió el Sr. Sánchez aunque no lo exteriorizara.

El respeto, también la honestidad, son valores esenciales para que puedan darse unas relaciones de convivencia productiva entre países y creo que ninguno de ellos estuvo presente en Rabat. Sin embargo, el Presidente sólo tuvo palabras de elogio frente a la grave descortesía de Mohamed VI que, por estar de vacaciones en Gabón, apenas le dedicó 30 minutos de conversación telefónica.

Ese, más que dudoso compromiso mutuo de no ofender parece referirse en especial a cuestiones de soberanía nacional, según palabras de Sánchez, lo que implicar que no se pueden hacer referencias al tema del Sáhara, abandonado por primera vez a su suerte en 1975 tras la vergonzosa Marcha Verde en la que el entonces rey marroquí Hassan II, colocó como parapetos humanos ante la defensa española a 300.000 de sus ciudadanos, y por segunda vez hace unos meses con la aceptación por parte de España del plan de Marruecos para la autonomía del Sahara que fue elogiada por dicho país como valiente y cargada de realismo histórico.

Mientras, el ministro de Marruecos sí hizo mención a Ceuta, a Melilla y al conflicto del Sahara, sumando estas nuevas descortesías a la colocación del escudo nacional español a revés en la reunión del abril de 2022 o al error tipográfico del cartel en que aparecía el nombre de nuestro Presidente en la mesa de reuniones, sólo le faltó al Jefe del Gobierno marroquí hablar de cómo nos ganaron por penaltis en el último mundial. Acertadas me parecen las palabras de José Ingenieros, psicólogo, sociólogo y filósofo argentino: Admitamos que la primera vez se ofende por ignorancia; pero creamos que la segunda suele ser por villanía.

Y yo me pregunto, tras esta última cumbre bilateral de respeto mutuo ¿de qué temas se puede hablar con Marruecos sin ofender? ¿Resultará ofensivo hablar de la utilización chantajista que hace ese país de los inmigrantes ilegales utilizados como moneda de cambio para lograr favores económicos de España en aras de la seguridad? ¿Resultará ofensivo mencionar el frecuente acoso al que el ejército marroquí somete a la población del Sahara, un día sí y otro también? ¿Ofenderá al rey marroquí afirmar la pertenencia a España de Ceuta y Melilla? ¿Será ofensivo mencionar la falta de libertades del pueblo marroquí o denunciar la falta de cortesía que supone su conducta para todo un país y para el propio Presidente?

Tal vez, señor Sánchez, usted no se considere ofendido y esté dispuesto a tolerar las múltiples faltas de respeto a las que ha sido sometido junto a todos los españoles, pero a mí me ofende que usted elogie ese compromiso de mutuo respeto que fue incumplido desde minuto cero en Rabat. Me ofende que usted aceptara ese compromiso de evitar ofender y el silencio al que le obliga sobre cuestiones muy graves e importantes. Me ofende profundamente la postura de Marruecos y también la suya, porque el que perdona con facilidad invita a la ofensa, y seguro que vendrán más.

Repito, sí, yo me siento ofendido. Está claro que Marruecos se ha venido arriba con todos estos reiterados ‘perdones’ a sus descortesías. Y es que una cosa son las relaciones de buena y por otro lado obligada vecindad, pero otra muy distinta es aceptar una sumisión interesada. Veremos.

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