Lección matancera en Fuenteliante durante la Fiesta de la Matanza Tradicional

Los jóvenes de Fuenteliante recibieron el pasado domingo una auténtica lección impartida por expertos profesionales del proceso matancero, costumbre que poco a poco va despareciendo de nuestros pueblos como consecuencia de la despoblación, los cambios alimenticios, los avances en la conservación de los alimentos y las prisas de una sociedad orientada hacia otras ‘necesidades’.

Pero además de ser un elemento necesario para la alimentación de las familias en el mundo rural, la matanza también fue siempre fue sinónimo de fiesta, como así vivieron los vecinos de Fuenteliante la Fiesta de la Matanza Tradicional, programa impulsado por la diputación de Salamanca para, precisamente, difundir entre los jóvenes una costumbre que desaparece con la última generación de los que superan los 50 años.

Bajo los sones de la gaita y el tamboril, a lo largo de la mañana los asistentes fueron testigos de cada uno de los pasos que completa el proceso de la matanza. Tras el sacrificio llegaba el chamuscado y la limpieza del cerdo, para proseguir con el despiece, el picado de la carne y su aliñado para la realización de chorizos, momento este último de los más esperados, aunque como señalaban sus organizadores, “lo mejor de la fiesta, la comida”.

Sin duda, la matanza es una manifestación gastronómica sin comparación. En el caso de Fuenteliante, los participantes en esta Fiesta de la Matanza Tradicional daban cuenta a primera hora de aguardiente con perrunillas y rosquillas, para seguir más adelante con tostas de morcilla y farinato, vino caldo e hígado encebollado. Y el remate llegaba con un potente almuerzo con sopas de ajo, la probadura de las chichas y panceta, además de mus de limón de postre y café de puchero. Que aproveche.