Daniel Justo Sánchez, presidente de Innova Salamanca, narra los obstáculos que se encuentran los jóvenes en el camino de la carrera investigadora, como su marcha a otros países, el abandono temprano o las promesas políticas incumplidas
¿Cuáles son las principales batallas con las que estáis lidiando en la actualidad?
"Una de las grandes luchas es que se cree un estatuto del personal investigador porque no hay una normativa que rija todas las situaciones posdoctorales. Cuando se acaba una tesis doctoral, en España se abre una jungla en la que se puede participar de una manera muy diferente con contratos asociados a proyectos, con convocatorias nacionales, europeas o autonómicas que tienen unas normativas muy diversas, y esa uniformidad es uno de los caballos de batalla.
Otra sería la de establecer una carrera investigadora con garantías porque, no nos olvidemos, el mayor problema de los jóvenes que se dedican a la investigación es lo tarde que consiguen una posición estable. En cualquier organismo que se dedique a la investigación, tenemos personas que no se han estabilizado hasta 15 años después de iniciar su doctorado, que siguen siendo considerados ‘junior’ cuando tienen 45 años y 20 trabajando en la universidad. Unas situaciones que dificultan la conciliación de la carrera investigadora con la formación de una familia. La movilidad es un factor que también se ha tenido en cuenta de manera muy dispar en las evaluaciones y hace que sea una carrera laboral inestable, porque no es lo mismo que te valoren que vayas a hacer estancias al extranjero a que de repente una nueva normativa te exija que hayas tenido un contrato en el extranjero de dos años en los últimos cinco, lo que hace que una persona no tenga las garantías de qué reglas tiene que seguir para estabilizarse en la carrera investigadora".
Otros de los principales temas que tenemos sobre la mesa es el éxodo de jóvenes investigadores. ¿A qué se debe?
"Si hay algo a lo que es debido, es a la diferencia de financiación entre distintos países a nivel de investigación. Cuando un país como España lleva prometiendo muchos años una subida de la inversión en investigación y la parte del PIB que se destina, y sigue sin subir hasta niveles similares a los de otros países europeos, que son más competitivos, pues tienen se van porque tienen más oportunidades.
Es cierto que la situación ha variado respecto a los primeros años de este siglo, cuando todo el mundo sabe que nos ocupó una crisis muy importante. La gente que en ese momento tuvo la desgracia de terminar sus investigaciones predoctorales y doctorales se quedó muy desamparada y tuvo que irse en masa al extranjero. Ahora se está produciendo cierto efecto retorno de ese personal porque en España se han convocado un mayor número de plazas en las universidades, pero al final responde a un tema natural porque al igual que sucede en otros trabajos, las jubilaciones en la universidad se han disparado porque tenían unas plantillas muy envejecidas y parte de las personas que se están presentando a esas plazas son personas que han estado fuera.
Y hay un problema aquí. Esa tendencia no responde a una mayor preocupación e inversión por la investigación, responde a que hay muchas necesidades docentes por el hecho de que se jubilan los profesores que están trabajando. Por lo tanto, una vez se pase esa coyuntura, no se sabe qué es lo que va a suceder. Si seguimos con la dinámica anterior, España seguirá desangrándose en cuanto a capital invertido en personas que luego generan su investigación en otros países".
¿Cómo pueden los jóvenes acceder a contratos de investigación? ¿Es una tarea fácil o difícil? ¿Se mira mucho el DNI?
"Se miran varias cosas. El mayor problema que hay es que tienes que medir ese primer paso, el de los contratos predoctorales, con unos criterios que son notas de carrera de acceso, cuestiones de currículum como idiomas, becas del Ministerio, haber conseguido publicar alguna cosa o participar en ciertos congresos, y es cierto que hay mucha gente a la que le afecta negativamente cuando en los primeros años de carrera no tenía la cabeza tan amueblada para saber que se quería dedicar a la investigación y que este mundo es muy exigente desde el primer momento. Si es fácil o difícil... Normalmente quien insiste rellenando los diferentes ítems que requieren suele conseguirlo. Pero es prácticamente imposible que una persona que en una carrera de las más competitivas para conseguir un contrato predoctoral haya tenido un 5 pueda conseguirlo.
Y luego hay que tener en cuenta también la dificultad de los contratos a los que uno se presenta. En España, todavía tenemos la costumbre de permitir hacer tesis doctorales sin tener contrato, algo que no sucede en otros países, que sí es requisito estar trabajando dentro de la universidad o, como mínimo, tener una ayuda en algunos países en los que todavía no están reconocidos como contratos para poder hacerla. Lo que sucede es que hay mucha gente que esperando la siguiente convocatoria, esperando la siguiente oportunidad para pedir un contrato predoctoral, está trabajando sin cobrar, esperando y manteniéndose como buenamente puede hasta que llega su contrato, si es que llega".
Muchas personas tienen que echar el pie a tierra en su carrera investigadora para poder mantenerse. ¿Por qué?
"Eso lo provocan todos los puntos de la carrera investigadora, en todos hay momentos de abandono, pero incluso antes de empezar la tesis. La primera decisión en la mayor parte de carreras académicas cuando se plantea la posibilidad de investigar es si hacer un máster destinado a la investigación o no. Desde esa primera decisión, hay gente que se baja del barco, gente que quería hacer la tesis cuando estaba en la carrera y que cuando le explican las reglas del juego en la carrera investigadora ni siquiera hacen el máster o terminan el máster de investigación y después deciden no hacer la tesis doctoral, o mientras están haciendo la tesis abandonan porque psicológicamente es muy duro porque ven que no deja de ser una carrera que les lleva al abismo después… Hay muchos aspectos positivos, por supuesto, pero a lo largo de todas las etapas hay gente que se baja del barco, algunos por deseo propio y otros porque la rueda les expulsa.
Al final, cuando estás teniendo que concurrir a convocatorias competitivas una tras otra cada dos o tres años y no hay ninguna posición estable, puede que se dé la situación de que la propia dinámica acabe eliminándote porque no puedes presentarte a más o no puedes mantenerte en lo que salen las convocatorias. La comparativa es gravante porque cuando comparamos la carrera investigadora con otras muchas carreras profesionales, te das cuenta de lo tarde que una persona se estabiliza. Reclamamos que lo más importante es establecer un camino, con las reglas más o menos exigente, pero tiene que haber un camino para que la gente que se dedica a la investigación sepa cuál es el recorrido que hay que llevar para llegar a tener un trabajo estable como investigador".
En 2019, los principales partidos políticos de España firmaron vuestro manifiesto en la 'Marcha por la Ciencia' mediante el que se comprometían a aumentar la financiación para la investigación. ¿Se quedó en papel mojado o se convirtió en realidad?
"Nunca se convierte en realidad del todo. Siempre hay buenos deseos, pero nos para siempre la práctica de quién pagará estas cosas. Se ha hablado muchas veces del famoso 3% al que no se llega nunca por unos motivos externos o internos, pero ese manifiesto se planteó para llegar al 2%, ni siquiera al 3%. Es cierto, y esto sucedió después del 2019, que la sociedad en general está más concienciada con la importancia de la investigación después de la pandemia. Y al final la sociedad es la que puede presionar a los diferentes partidos políticos.
Lo que está claro es que un país que invierte en ciencia es un país que invierte en futuro y, sobre todo, un país que invierte en que, llegado un determinado momento, haya ciertas cosas que se hayan producido en el propio país y no haya que pagar por ello. Hoy en día no estamos en las cifras que se comprometieron en ese manifiesto, como no se ha llegado nunca cuando hemos hablado de estos temas. Llevamos muchos años metiendo caña a las diferentes instituciones para que España se parezca a otros países que tienen unas inversiones mayores. Al final, la realidad de la economía suele echar para atrás muchos de los buenos deseos que hay detrás de estas cosas, pero nosotros tenemos que seguir insistiendo porque consideramos que es necesario para el país y para la juventud que está formándose con el deseo de ser investigador, para que pueda llegar a serlo con una carrera fiable y que no se corte el presupuesto en un determinado momento y te quedes fuera de la rueda".
Tú eres doctor en Historia Medieval, así que no hay nadie mejor para responder a la última pregunta. ¿Por qué la gente cuando piensa en investigación se va hacia carreras de ciencias y no piensa tanto en las letras? ¿Son las humanidades las grandes olvidadas?
"Para empezar, porque las letras producen menos dinero y el mundo se mueve por el motor que se mueve. El que está investigando en cuestiones relacionadas con ingeniería puede estar produciendo rápidamente una patente y puede aplicarse en empresas, así que es una manera de producir dinero. Pero no solamente es que se dejen de lado las carreras de humanidades, en realidad también se dejan de lado muchas carreras de ciencias sociales y se deja de lado lo que se llama la investigación básica porque no es la que produce directamente. Y estamos hablando también de investigación básica en física o en química, que también son carreras de ciencias y que todo el mundo piensa que es una investigación de la más tradicional que existe, pero se deja de lado esa investigación básica, ese físico que estudia cosas muy teóricas que no tienen una aplicación tan directa en el mundo actual para poder producir beneficios directos.
Lo que mueve a muchas mentes es lo que se pueda producir de inmediato, pero lo que hay que tener en cuenta por otro lado es qué produce la investigación básica. La aportación que puede hacer la investigación en humanidades nos permite ver de dónde venimos, que haya una forma mucho más crítica de la sociedad de acceder a los discursos... Cuando se tiene mayor formación, se tiene mayor capacidad crítica, y si olvidamos la investigación en cualquier rama de humanidades el conocimiento se frena. Hace falta un interés más holístico por parte de la sociedad, de considerar que está muy bien la investigación que produce, pero que también la investigación básica tiene aportaciones que el día de mañana pueden ayudarte a producir directamente. Al final se trata de la importancia de la educación y no solo de la investigación, nosotros no somos únicamente inventos prácticos, la humanidad está compuesta por el pensamiento y si olvidamos todo lo que tiene que ver con las ciencias sociales y con las humanidades no seguiremos avanzando en esa vía".