El periodista Chema Díez ha dado su opinión sobre Unionistas en la sección de este medio con colaboradores
Mi odio voraz y eterno hacia Unionistas me ha llevado, sin embargo, a alegrarme por la positiva racha de resultados del equipo; el equipo blanquinegro ha sumado seis puntos en solo cinco días para poder respirar en este momento de la temporada, cuando se cumple el final de la primera vuelta. Sí, amigos, aún quedan 57 puntos en juego…
Al mismo tiempo, mi exagerado y esperpéntico odio hacia el equipo del Reina Sofía me lleva a alegrarme por una figura que ha sido machacada desde el día uno por parte del entorno del club y una parte de la afición: Raúl Casañ, siempre el eslabón más débil.
Puede gustar más o menos su estilo de juego (a mí no me atrae nada); puede gustar más o menos su visión de los partidos, las alineaciones que presenta en cada partido o su forma de entender este deporte. Pero, lo que está claro, es que quizá no hay plantilla para luchar por estar más arriba, al menos por el momento. Y su trabajo no está siendo malo.
Después de las dos victorias ante Pontevedra y La Balona, el técnico valenciano vuelve a ser un gran entrenador, a entender de fútbol y a ser el ideal para dirigir a Unionistas; es exactamente el mismo que hace 3, 4 y 12 semanas, y seguro que siempre intenta buscar las mejores soluciones para el equipo; algunas veces sale bien y otras, sale mal o muy mal. Como la vida misma.
¿Qué hubiese pasado si contra Pontevedra y La Balona Unionistas hubiese perdido con Nespral, Salva y De la Nava en el banquillo? Ya se lo digo yo: que en el centro de la diana estaría la cara de Raúl Casañ y, muy probablemente, ya no sería entrenador de Unionistas.
Pero, cosas del fútbol, el equipo ha logrado dos triunfos de oro sin Salva, Nespral y Carlos de la Nava en el equipo titular; y estoy plenamente convencido de que ambos planteamientos de partido de Casañ eran solo para ganar el partido de la manera más ‘sencilla’ posible y no por castigar a nadie.
Asimismo, eso le ha dado la opción de usar a su ‘8’ y su ‘10’ (para mí los jugadores con más calidad y que mejor ven el fútbol de la plantilla) para otros momentos de partido, para tener más la pelota y manejar con mayor criterio el centro del campo en el caso de Nespral, y para aguantar balones, darle pausa al partido y conducir más el balón en el caso de ‘Charly’.
En cuanto a la portería, el cambio me parece acertado, aunque Salva no estaba haciendo mala temporada; no es un portero que me atraiga especialmente, pero no había cometido errores de bulto esta campaña. Pero Alberto está demostrando que Casañ puede confiar en él y de momento acumula dos puertas a cero consecutivas.
He visto fútbol de Primera y Segunda División, de Champions y Europa League, de selecciones… y llevo once años de mi vida observando y analizando partidos de Segunda B y Tercera (ahora de Primera, Segunda y Tercera RFEF); no soy entrenador ni juego a serlo, pero sí intento ver el fútbol de otra manera para entender por qué se juega de una u otra manera y qué puede hacer un equipo para mejorar.
Por eso, la ‘escasa’ experiencia en este mundo, que es mi pasión, me lleva a afirmar que en el fútbol no hay nada escrito; que a veces un entrenador hace las cosas con sentido y lógica y salen mal, mientras que otras veces utiliza la psicología inversa y le salen como nunca hubiera soñado. Al final, todo se reduce (por desgracia) a que la pelota entre en la portería rival y no en la tuya.
En el fútbol de hoy solo importa el resultado, que los tres puntos caigan de tu lado y, encima, lo más rápido posible porque existen demasiadas prisas porque esto sea así; no lo sé, pero estoy convencido de que si Unionistas tuviese una situación económica más boyante, Raúl Casañ ya hubiese sido destituido sin merecerlo. Hay muchos más culpables, quizá sea ése otro de los motivos.
Lo que nunca debe perder Unionistas es su esencia, la que le ha llevado hasta donde está ahora mismo; ¿recuerdan ese lema que rezaba: ‘somos camino, no resultado’? Pues que no se le olvide a nadie…