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José Ignacio García presenta su libro 'La memoria de los crisantemos' y defiende con pasión la literatura
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autor vallisoletano

José Ignacio García presenta su libro 'La memoria de los crisantemos' y defiende con pasión la literatura

Actualizado 11/01/2023 11:10
Charo Alonso

Se trata de un trabajo centrado en el relato navideño, un género que domina, el de la narrativa breve

La Sala Azul de la Palabra tuvo para empezar el año literario un deje de cuento y sobre todo, un vitalista y entregado alegato en defensa de la literatura sea cual fuere el género en el que se escriba. Para José Ignacio García, quien llegó con su ramo de crisantemos y su memoria prodigiosa para presentar un libro de relatos magistral, el escribir crítica literaria –la suya, muy reconocida, aparece en las páginas del ABC y de La Nueva Crónica de León-, hacer antologías –suya es la definitiva “Cuentos Pendientes, 43 voces del relato castellano y leonés” publicada en el 2021-, proyectos conjuntos y sobre todo, escribir su propia obra, ya muy fecunda, no es más que un solo ejercicio de escritura, porque qué es un crítico sino un muñidor de la palabra que ejerce distintas facetas.

A José Ignacio García, quien cumple, como bien advirtió en su presentación inicial la poeta, docente y narradora Celia Corral Cañas, sus bodas de plata en la literatura con este libro de 25 relatos como 25 es el día de navidad, le debemos los artistas salmantinos, narradores e ilustradores, el incluirnos en el proyecto “Contamos la Navidad” que lleva catorce ediciones ofreciéndonos un muestrario de este subgénero también denominado “cuenteño” que recrea un tiempo feliz… o especial. Un tiempo que ha querido relatar José Ignacio sin que sea este un libro centrado en el relato navideño… un género que domina, el de la narrativa breve y que, según el espléndido prólogo que le dedica Santiago Redondo Vega y que cita también Celia Cañas, responde a su persona “imaginativa, lúcida, obstinada, mordaz, ácida, sensible, meticuloso en las formas, profundo en los argumentos, sorpresivo en los finales”. Características propias de un observador de la vida que la relata como nadie y que la recrea en una charla que mantiene al público entregado y atento.

Afirma José Ignacio que siente temblor y enorme respeto cuando se enfrenta a la palabra, sea en el género que utilice, y que estos cuentos, que han sido un empeño personal del editor de Castilla Ediciones, José Antonio Rodríguez Lozano, que tiene al autor como coordinador de la serie “Cuentenario” que publica el relato breve de autores castellano y leoneses con una entrega particularmente loable, han sido un ejercicio de búsqueda y de restauración. Porque la vida literaria de José Ignacio ha estado marcada por la escritura constante, por esa cosecha que ahora se revela promisoria y que ha sido recogida con un inmenso respeto al género breve. Un género que, para él, se lee pero no tiene la defensa que se le supone –y habla ante un público de espléndidos cuentistas como Ajo Diz, Miguel Ángel Malo e Isabel Bernardo-. Un cuento que, si tiene temática navideña, puede caer en lo sensible de la peor de las maneras, un cuento que relata la vida sin el prestigio de la novela, un cuento que relata con pocas o muchas palabras esa realidad, esa fantasía que practica el autor con la alegría por el trabajo bien hecho que caracteriza toda su labor.

La charla con José Ignacio García, esplendido orador que lee sus cuentos sabedor del valor de la lectura, del final suspendido y de la dramatización prodigiosa del relato que crea atmósferas para dejarnos verdaderamente… suspensos… tiene una cualidad cercana, sabia y generosa. No deja de aludir a autores cercanos, ejemplos y anécdotas como la que da lugar al título y a la portada de su libro, buena prueba del trabajo constante de ensayo y error del autor comprometido con su tarea, perfeccionista y enamorado de la misma y sobre todo, no deja José Ignacio de admirarse de la buena literatura, aquella que reseña generosamente porque según él “La mejor crítica a un libro malo es el silencio” en su empeño de “Animar a leer a los otros”, lo que le confirma en su trabajo de crítico, analista acercado del panorama literario, antólogo de fuste y sobre todo y ante todo… muñidor de la palabra, escritor con mayúsculas.

El encuentro, que además de una charla entre amigos tuvo la calidez del descubrimiento para quien no supiera de la literatura de José Ignacio ¡Qué poco nos conocemos los escritores de esta tierra fecunda en narradores, poetas, horizontes abiertos a todos los géneros! estuvo lleno, en el azul de la Sala de la Palabra la alegría del encuentro. Un encuentro en torno a la celebración de un libro, de una obra, de un autor asentado y reconocido. Y nada mejor para felicitarle que leerle con reconocimiento, descubrirle con alegría.

Charo Alonso.

Fotografías: Fernando Sánchez Gómez.