En estos días de buenos propósitos, que tienden a focalizar una serie de buenos compromisos, no está de más que tengamos en cuenta que el futuro deseado depende mucho del pasado y del presente.
Con el pasado conviene reconciliarse y ser capaz de cambiar lo que nos parezca conveniente. Culparse, salvo que uno tenga agravios cometidos que debiera reparar, no es muy eficaz. Encontrar la paz y serenidad con uno mismo depende del conocimiento del pasado, su interpretación y la capacidad de autoaceptación, empatía y benevolencia con uno mismo.
El futuro es tiempo para desear, soñar y planificar de forma realista nuestra forma de vida. Supone objetivos, disciplina, evaluación de resultados parciales y finales, etc.
El presente está muy condicionado por el pasado y las posibilidades futuras. No podemos ser sabios, como dejaron dicho los griegos; por tanto, lo más inteligente es ser prudentes. Analizar posibilidades, ventajas, inconvenientes, consecuencias, preferencias y alternativas realistas; eso es la prudencia.
Para todo ello un buen comienzo es la capacidad de MINDFULNESS, estrategia practicada por Buda hace unos 4523 años. Consiste en saber centrar la atención (la dedicación de la mente en sentir y experimentar) el presente. Encontrar la serenidad frente al pasado, reconciliados con él (este soy yo, aquí y ahora, y valgo la pena) y abiertos a la vida AQUÍ Y AHORA que es YA el comienzo del futuro. En paz conmigo y el universo.
Dicen que es una meditación y hasta una autoterapia (de la cuarta generación) en la cual “paramos nuestra mente”, siempre activa, sin juzgarnos, evaluarnos, experimentando, atendiendo a mi mente.
Para ello hay que aprender de a regular, ser dueño, de mi atención (frente a la dispersión mental, las preocupaciones, valoraciones, recuerdos o planes). Un acto de concentración en el presente.
Y, en segundo lugar, aprender a centrarse en la propia experiencia. Abiertos a reconocer la realidad, que pude ser cruda, aprendiendo a aceptarnos, para inicia el camino de la serenidad.
Requiere, por tanto, estar (a) atendiendo a la experiencia (b) centrado y activo mentalmente en el presente (no es momento de analizar el pasado, ni planificar el futuro), (c) haciendo, especialmente hasta aprender, un acto de disciplina de la atención que pude huir cada poco hacia otros contenidos y (d) aceptando el contenido de la experiencia sea cual sea, porque puede ser placentera, agradable o dolorosa.
Solo la aceptación, sin análisis y juicios, pude acabar colocándonos en el mejor punto de llegada (esto es, esto experimento) y en el mejor punto de salida.
Personalmente me perece una estrategia útil que puede forma parte de otras formas más complejas como la reflexión, análisis racional, meditación y educación emocional y terapias que globalizan el pasado, el presente y el futuro, para tomar decisiones en favor de la buena vida socrática.
No es una meditación, ni una terapia; solo una estrategia concreta.
Y creo que no debe ser solo una estrategia para aguantar la vida que no nos gusta, el presente que no soportamos y el futuro que no queremos; ni tampoco para soportar la dispersión y falta de concentración en un sociedad en la que nos perturban con miles de estímulos. El mercado y el consumo nos tiene muy distraídos.
Buda fue mucho más lejos; y eso es lo admirable, con independencia de que deseemos seguir su camino o no.
Naturalmente cada uno de nosotros es libre de tomar lo que quiera de Buda, Jesús o Gandhi, entre otros, todo lo que ayude a pensar, ¡Atrévete a Pensar! Decían los ilustrados, ¡Conócete a ti mismo! o ten una ¡Buena Vida, Ética decía el maestro, está en el buen camino.
Eso es mucho más rico y complejo que el MIndfulness.
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