Sufrió un accidente con su moto. Cinco operaciones, transfusiones de sangre y una larga recuperación
Un día de primavera disfrutar del paisaje de la Sierra de Salamanca es sinónimo de desconexión, paz y de felicidad. Esa era la idea de Roberto García, pero su día se truncó de la peor manera posible. Un domingo de junio de 2021 se encontraba de ruta de moto con sus compañeros por este idílico paisaje. En ese momento trabajaba como TCAE en el Hospital de Salamanca y estas rutas eran habituales en su día a día.
De vuelta a Salamanca, se salió de la carretera. Eso es todo lo que recuerda. “El resto del día y de los días posteriores los tengo totalmente borrados”, explica mientras intenta acordarse del más mínimo detalle. Cuando ocurrió el accidente, rápidamente sus compañeros llamaron a los servicios de emergencia y fue trasladado al Hospital de Salamanca. Llegó a un lugar familiar al que entraba a diario como trabajador, pero de forma totalmente distinta: en camilla, como paciente y con la incertidumbre de lo que vendría después. Tenía 48 años.
Él mismo explica que se rompió la meseta tibial, el cúbito, el radio, la pelvis, también algunas costillas y las que no se rompieron, presentaban fuertes contusiones. Le fijaron dos vértebras en la espalda y estuvo 25 días en la Unidad de Vigilancia Intensiva (UVI). Pero ahí no terminó todo. Después, continuó más de 20 días ingresado y cuando recibió el alta no se pudo ir a casa. “No me podía mover porque tenían que levantarme con una grúa especial, por lo que estuve un mes en una residencia”.
Durante todo este tiempo, y en especial en el momento del accidente, necesitó entre 4 y 5 bolsas de sangre, no lo recuerda concretamente. Unas transfusiones que marcaron el rumbo de su recuperación y eso es algo que él tiene muy presente. “Si no hubiera habido sangre en el banco, no se qué habría pasado”.
La recuperación fue dura tanto para él como para su familia y amigos. Sin embargo, no es el primer accidente que ha sufrido, hace años sufrió otro de coche que le tuvo en coma 45 días, pero en aquel momento no necesitó ninguna transfusión.
Casualidades de la vida, o no, unos meses antes del accidente él se convirtió en donante de sangre. “Llevaba un tiempo con la idea en la cabeza, en ese momento estaba trabajando en urgencias Covid y unos compañeros dijeron que iban a ir a donar. Es algo que siempre había querido hacer, que tenía en mente, pero por unas cosas u otras lo iba dejando y no daba el paso”. En ese momento empezó y, tras su primera donación, él mismo necesitó esa sangre que tantas personas dan desinteresadamente.
A raíz del accidente continuó donando todavía con más ganas y ahora es habitual entre los pasillos del punto de donación de Salamanca.Para él es importante donar, como donante y como persona que ha recibido. “Te sientes con mucha gratitud cuando ayudas a los demás de esta forma y eres solidario. No cuesta nada y te sientes realizado. No sabes si lo vas a necesitar tú o un ser querido, y es algo que puede hacer falta en cualquier momento. Yo la necesité. En el momento menos pensado cualquiera puede reclamarlo”.
A las personas que cómo él, que son donantes y solidarias, les está muy agradecido. “Son cosas que no cuestan nada, solo es sacar un ratito de tu tiempo y además ayudas a los demás. Puedes salvar vidas y eso no hay forma de explicarlo”. Él tiene claro que seguirá haciéndolo y también tiene en mente comenzar a donar plasma.
Anima a la gente que no es donante a que empiece a serlo. “Si una persona quiere donar pero no está muy convencido, solamente por egoísmo propio tiene que hacerlo. Te puede hacer falta a ti y, además, para poder donar tienes que estar sano, entonces te analizan completamente todo. Si tienes algo y no lo sabes, te lo pueden descubrir al donar. Aunque solo sea por egoísmo propio, es importante donar”.
Roberto sabe que la importancia de la donación de sangre, que haya reservas suficientes en el banco y que ninguna persona se quede sin ella. Porque muchísima gente necesita esa sangre para poder seguir, para continuar y, en ocasiones, para vivir una nueva vida. Y esto es algo en lo que todos podemos poner nuestro granito de arena.