"Esa noche nos vestíamos elegantes, nos juntábamos con la familia y hacíamos el amigo secreto", cuenta Mónica Sánchez

Las navidades mexicanas, recuerda una mexicana radicada en la capital salmantina, Mónica Sánchez Fernández, eran muy espléndidas mientras que, en España, nuestras celebraciones son más informales y familiares.

En Latinoamérica las tradiciones navideñas están muy arraigadas, en cada hogar hay costumbres distintas, llenas de colorido y contraste. Cada familia es un mundo, que aprovecha la temporada decembrina para reunirse y celebrar las fiestas, unas veces estas son más pijas, otras más relajadas, como le cuenta a Salamanca al Día, Mónica Sánchez Fernández, una mexicana que ya se aclimató a la tierra charra.

Cuenta de las festividades en México y recuerda con mucho cariño, a toda la familia en pleno, “las navidades en mi familia consistían en juntarnos todos en la casa de mi mamá, con mis abuelitos, que eran como los pilares, más tíos y primos. Era una noche muy elegante, todos teníamos que estar super elegantes, de lentejuelas y demás. Se solía contratar meseros para traer los canapés y las bebidas, era una cena muy espléndida, burbujitas por aquí y burbujitas por allá”.

“El menú de la cena era siempre el mismo, un pavo con su relleno, mi abuelita tenía un puré de manzana que se hacía por navidad, luego se comían romeritos, bacalao, muchos turrones y el culebrón de mazapán, relleno de yemita. Los niños, tomaban sidra. Ensaladas. También teníamos una mesa de postres, la abuela hacia un pastel delicioso, que era de almendra, también ponían un dulce mexicano hecho de cajeta (dulce de leche), nueces y dátiles, el culebrón de mazapán, borrachitos, además de las frutas caramelizadas, el camote o boniato como se conoce aquí, además, brindábamos y nos quedábamos hasta tarde. Para los regalos, hacíamos el amigo secreto”.

Ahora que vivo lejos de la familia, dice Mónica, las cosas en casa son diferentes, menos formales, “en España mis navidades cambiaron, se fueron ‘relajando’ en cuanto a vestimenta, aquí me visto con algo rojo para la buena suerte, como si fuera Año Nuevo, puede ser un lazo, el pintalabios, el gorrito, cualquier detalle en rojo. Los menús todos los años los variamos, a diferencia de México, que era el mismo año tras año. En diciembre me siento con mis hijos, entre todos planificamos el menú, cada año cocinamos un capricho, con lo que nos apetezca y con tiempo”.

Cada diciembre la familia de Mónica en Salamanca se aventura en el campo gastronómico, y cuenta que hacen “unas mezclas muy eclécticas, este año vamos a tener de primero, un pan de quesitos, mantequilla y ajos; luego una crema de espárragos verdes o tomate, de tercero, un plato mexicano: sopes, esto es una tortilla gruesa de maíz que rellenamos con muchas cositas, o sea que tendremos de todo un poco. De postre, turrones, preferimos de chocolate, hago también galleticas, después de cenar nos damos los regalos y brindamos”.

Mónica ya conoce las costumbres de Salamanca y recuerda, con cierta nostalgia las de su país de origen, pero afirma que aquí, ella y su familia, “escogimos vivir la navidad de una forma laxa, relajada, cada quien se viste como quiere, cenamos, tomamos sidra, brindamos y así la pasamos, juntos, en casita. En el transcurso del día, hablamos con México, compartimos de “a pedacitos” el momento con nuestros familiares en México, si no se puede el 24 pues hablamos mucho el 25, mejor al día siguiente para contarnos que tal fue todo”.

Carmen Sanchis