El único encanto del pasado consiste en que es el pasado, dijo Oscar Wilde, y así debiera ser.
Mañana es un día señalado en los calendarios de gran parte del mundo, aunque por diferentes motivos según lugares y creencias.
El año 2022 ya toca a su fin y no será, en mi opinión, un año para recordar, bueno quizás para los argentinos, pero para pocos más, así que mañana habrá que hacer un esfuerzo por aparcar, no olvidar, ciertas cosas de las como Humanidad no deberíamos sentirnos satisfechos.
Casi a principios del 2022, Rusia comenzó una ‘operación especial’ invadiendo Ucrania y sumiendo a todo el Mundo en una gravísima crisis cuyo fin aún nos podemos adivinar. De nuevo una cruel guerra tiene lugar en territorio europeo a pocos kilómetros de los Estados de Bienestar en que creíamos estar seguros y a salvo. Las incesantes noticias que recibimos nos indignan, y nos preguntamos cómo es posible que hayamos llegado esto. Tal vez habría que mirar atrás para encontrar respuestas, pero en una sociedad que sufre el síndrome de la inmediatez, no queda tiempo para eso.
También habría que hacerlo para comprender las razones de que en Andalucía el Partido Popular lograra la mayoría absoluta o Vox está gobernando en Castilla-León.
Las catástrofes naturales son ya casi el pan nuestro de cada día, han dejado de impresionarnos, mientras el cambio climático sigue sin ser un tema suficientemente preocupante para los gobiernos del mundo.
En Irán mueren mujeres por no llevar bien puesto el velo y se ejecuta a jugadores de fútbol por apoyar sus justas reivindicaciones sin que ninguna federación internacional o nacional, ningún equipo de fútbol y, lo que es aún más grave, ningún futbolista, ni siquiera el nuevo dios de este deporte, diga una sola palabra.
En Afganistán, un país abandonado vergonzosamente a su suerte en manos de los talibanes, las niñas ya no pueden ir a los colegios de primaria o secundaria y a las mujeres se les prohíbe el acceso a la universidad.
Hace apenas una semana finalizó el Mundial de Qatar con la celebración del mejor partido de la historia en el peor sitio de la historia, y ahora nos estamos enterando de que resultó ser fruto de la corrupción desde el principio.
Y en estos días, por primera vez en los años que llevamos de democracia, un tribunal impide que el poder legislativo, donde debiera residir la soberanía del pueblo, vote una ley aplicando medidas cautelares absurdas. Nuestros políticos siguen en su mundo, un mundo cada vez más alejado del de los ciudadanos de a pie. Siguen habitando en un patio de colegio sin Director a la vista, donde se insultan y se atropellan, llamando en último caso, cada uno a su propio profesor para que les dé la razón. El Espectáculo continúa y me temo que no terminará este próximo año.
Poco bueno que recordar del año que nos deja así que habrá tener presentes las palabras de García Márquez: La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado.
Tal vez lo único importante, y espero que posible, sea que en estos días cuando nos pregunten por la familia al menos podamos decir ¿La Familia? Bien, gracias. Buenas Fiestas.
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