Parece que los sanitarios de Castilla y León son los que más agresiones reciben de los pacientes. Se entiende, aunque no se aclare, que por ser de las comunidades donde peor trato reciben por su parte, no es normal que alguien que es bien tratado responda con violencia. Por supuesto que no seré yo quien invite o celebre que nuestros médicos y enfermeras sean agredidos por los pacientes o familiares tanto física como verbalmente, pero si nos ponemos en el lugar de algunas personas, se comprende, aunque no se apruebe, que a veces se pierdan los nervios.
De esto no hay que responsabilizar solo a la administración, también tienen su parte los sanitarios. La administración porque parece más empeñada en acabar con la paciencia de enfermos y acompañantes que en facilitarles las cosas. Un ejemplo es el nuevo hospital de Salamanca, ese hospital en el que muchos vimos la solución a problemas de espacio, de limpieza y otras carencias. Y no ha sido así. Parece que acceder al edificio ya es un laberinto de dificultades, que en urgencias no hay sitio ni para toser sin molestar al vecino, que para ir de un pasillo a otro se necesitaría un autobús para llegar a tiempo y que el sistema de avisos y citaciones solo son actos para personas jóvenes, sanas y muy despabiladas. Y los médicos porque no todos acaban de asumir que su labor no es un favor que hagan a la sociedad, es un servicio que pagamos todos religiosamente, y ellos, por realizarlo, cobran, nada mal aunque se quejen de lo contrario. ¿Alguien sabe de algún médico que haya vivido o viva mal?
A finales del siglo pasado, por razones familiares, tuve que frecuentar nuestros hospitales, y descubrí que nuestra sanidad contaba con dos razones para mejorar. Por un lado el número de mujeres médicas había aumentado exponencialmente, y por otro los médicos jóvenes ya no eran solo hijos de médicos, de aquellos arrogantes médicos del pasado, eran también hijos de trabajadores normales y corrientes. Pero ahora que el virus ha destapado lo que se ignoraba y lo que se intuía, ya no sé quién ha aprendido de quién, si los jóvenes de los mayores, o si los mayores de los jóvenes. Y habrá que esperar a que lo diga el tiempo, porque mucho se habla de humanizar la sanidad pero ¿qué se entiende por humanizar…?
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