Se empeñó en el reto de traer a Salamanca y provincia el mundo deslumbrante de la Exposición Universal de París de 1878 y por ende la modernidad.
Tal día como hoy, 15 de diciembre, pero de 1922 falleció, a los 65 años, en su casa el salmantino Luis González de la Huebra. Así que hoy se cumplen 100 años. Este pequeño artículo tiene como objetivo recordar a un personaje de nuestra tierra absolutamente único e irrepetible.
Luis destacó por su labor de comerciante y hombre de negocios, así como de viajero incansable por Europa. Convirtió la tienda heredada de su padre, ubicada en la calle San Pablo, en los "Grandes Almacenes de Novedades" entablando contacto y relación con los fabricantes y representantes más distinguidos de España y del continente. A su tienda llegaban muebles y objetos llegados desde Asia y América combinando productos de lujo con otros de uso cotidiano al alcance de todos, pero destacando por su belleza y elegancia. Se empeñó en el reto de traer a Salamanca y provincia el mundo deslumbrante de la Exposición Universal de París de 1878 y por ende la modernidad.
Fue importador de los más novedosos aparatos fotográficos y musicales del momento siendo él mismo un gran fotógrafo, con un estilo personalísimo, hasta el punto de que su obra se ha convertido en una fuente esencial para el conocimiento de la vida cotidiana de la Salamanca en la que vivió. Este legado junto con sus cámaras, negativos y placas se encuentra depositado en la Filmoteca de Castilla y León.
En su inagotable actividad empeñada en llevar a Salamanca al nivel de las grandes ciudades como París y Viena fue agente literario, promotor teatral y de espectáculos musicales. Además, organizó homenajes y recepciones para los personajes ilustres que visitaban la ciudad, la mayoría de las veces por encargo del Ayuntamiento y la Universidad. En mi labor investigadora no he podido corroborar documentalmente si saludó y conoció de cerca a doña Emilia Pardo Bazán en su visita a la ciudad en 1905. Una lástima porque en muchos aspectos fueron espíritus semejantes.
Convencido defensor de las posibilidades de Salamanca promovió la construcción de la plaza de toros de la Glorieta de la que fue mecenas, recaudando los fondos necesarios en un tiempo record. Desde su condición de presidente de la Cámara de Comercio y segundo tesorero del Casino aportó a Salamanca la necesidad de cambio y adaptación a los nuevos tiempos.
Me parece un personaje incomparable al que me he acercado por los ojos de Conrad Kent (profesor norteamericano) en su magnífico libro "Luis González de la Huebra y los orígenes de la modernidad en Salamanca". Publicado en 2001 por la Junta de Castilla y León y prologado por Juan Vicente Herrera.
Luis aunó la vida comercial con la artística. Su interés excedía el estrictamente privado. Sin duda estoy convencida de que es necesario que todos conozcamos a este personaje que vivió a caballo entre los siglos XIX y XX. Los 100 años de su fallecimiento son la oportunidad perfecta para dar a conocer y rescatar del olvido al personaje, su época y lo que aportó a nuestra ciudad. Un siglo después de su desaparición cuenta con toda mi admiración y me consta que la de otros muchos.
Julita Corral Achúcarro, profesora de Geografía e Historia en el IES Venancio Blanco.