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“Yo quiero vivir y no sobrevivir”, afirma uno de los usuarios de la Casa de Cáritas para personas sin hogar
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“Yo quiero vivir y no sobrevivir”, afirma uno de los usuarios de la Casa de Cáritas para personas sin hogar

Actualizado 11/12/2022 11:32
Redacción

Muy pronto en Salamanca se podrá ver la exposición ‘Museo sin Hogar. Esperanza sin cobertura’, sobre el drama de las personas sin techo

La calle se lleva por delante la dignidad y las esperanzas de las personas que quedan sin hogar. El hecho de vivir bajo un puente, en una chabola o bajo condiciones de hacinamiento tiene consecuencias. En la calle los derechos quedan en suspenso, no hay empadronamiento, tampoco acceso a la salud ni a la ciudadanía. La mirada estereotipada estigmatiza a quien ya de por sí atraviesa una etapa de gran sufrimiento, en la que resiente el ser tratado como a un 'invisible' y dejado fuera de toda cobertura social.

Gabriela Cabrero, educadora de la Casa de Acogida Padre Damián, habla con SALAMANCArtvALDÍA sobre el recurso de Cáritas Diocesana de Salamanca destinado a dar acogida a personas que están en la calle, y además acompaña, en esta ocasión, a un grupo de residentes, Soledad González, Pedro Luis Lorite y L.G.D. (quien prefiere mantener el anonimato) para hablar de la experiencia de vivir en la Casa y cómo fueron acogidos por Cáritas Diocesana de Salamanca.

Pedro Luis y L.G.D son residentes, Soledad ya salió de la institución, sin embargo, sigue unida a la causa. Los tres son miembros de una iniciativa desarrollada a nivel nacional para estimular a las personas a tomar parte en actividades conjuntas, en grupos de participación. Es la iniciativa conocida dentro de Cáritas como Participando.con, con la que se quiere dar a conocer no sólo lo que Cáritas ha hecho por ellos, sino también sensibilizar, concienciar y visibilizar aspectos del drama humano de vivir en situación de exclusión, vulnerabilidad y en esta ocasión, lo que padece una persona sin techo, a través de una propuesta museística.

Museo sin Hogar. Esperanza sin cobertura

Esta exposición inaugurada en Burgos, el pasado 22 de noviembre, está realizada por 50 residentes de Cáritas Salamanca, Cáritas Burgos y Cáritas Valladolid. Arrancó en la sala Valentín Palencia de la Catedral de Burgos, tratando de mostrar un poco de la cruda realidad que rodea la vida y el día a día de las personas que viven en situación de exclusión. Sobre ello, dice Soledad González, que la muestra ha tenido impacto: “Ahora mismo está en Burgos y me dicen que el proyecto está triunfando. Está yendo un montón de personas y las vas oyendo, murmurando, madre mía, madre mía. Yo creí que los pobres de la calle no necesitaban teléfono; hombre sí, estamos completamente fuera de cobertura. No tenemos para cargar el móvil, la batería, no tenemos nada, perdemos médicos, no tenemos nada. En cambio, hay personas que te dicen, anda bonita, vende el móvil y comes; qué poco te entienden”.

Apunta Gabriela Cabrero que los grupos de participación, “son grupos que se vienen reuniendo desde hace tiempo, años. Se plantean en distintos centros de personas sin hogar de Cáritas, se trata de trabajar, quien quiera, son grupos pequeñitos. Aquí en Casa Padre Damián "han llegado a 6-8". No es exclusivo de Salamanca, es "un proyecto estatal. Donde han ido saliendo grupos, se ha hecho un trabajo. Lo que sí es que están en conexión con otros y el proyecto es PARTICIPANDO.CON”.

Aclara la educadora de Cáritas, que la idea de la exposición surgió de un “gran encuentro estatal (de personas sin hogar) que plantearon la exposición como un proyecto del recurso PARTICIPANDO.CON, además está abierto a otros grupos. La idea es que cada grupo tome protagonismo y participe en la sociedad, desde lo que puede. Los usuarios son las personas acogidas. El grupo de Padre Damián ha sido fuerte desde el principio, a pesar de que hay personas que ya han marchado”.

Un proyecto museístico para comunicar un drama

La exposición itinerante está siendo presentada en Burgos y próximamente lo será en Salamanca y Valladolid. Se ha basado en las vivencias de personas en situación de vulnerabilidad y exclusión, y en el proceso de dar difusión a esas experiencias también se pone en valor el trabajo social de la institución con fines sociales. En ese sentido, Soledad agrega que es para “que la gente vea, para que la gente nos vea, queremos promover la asistencia al evento y que no somos invisibles. Ya estoy fuera, pero llegué con miedo a esta casa (Padre Damián). Ahora me he independizado. Yo vine con trastornos psíquicos horribles, de todas clases. Y me han ido ayudando, uno no cambia de la noche a la mañana, pero tengo las herramientas. La conclusión es al final, por favor, que todos se enteren de lo que hemos hecho aquí, que se enteren de quienes somos, cómo empezamos y cómo terminamos. Qué hace Cáritas con nosotros”.

Pedro Luis acota que no es solo “que te ayudan con un techo y una comida, sino que te ayudan psíquicamente, nosotros cuando entramos en un centro no solo venimos porque estamos fuera de techo, sino que también venimos porque estamos mal psicológicamente. Entonces allí tenemos el apoyo en todo, y eso es lo que queremos que vean. No es sólo una palabra, Cáritas significa mucho. Lo que queremos es que no se olvide este tema, porque cuando se habla, se habla un día. Lo que queremos es proyectarlo para que no se olvide. Nosotros hemos hecho una participación para que se vea como es la vida de las personas de la calle, lo qué nos pasa, a lo qué no podemos acceder. La participación la hemos hecho para divulgar, demostrar que todos tienen derechos, y que con ayuda se puede hacer”.

Agrega L.G.D que “Cáritas hace varias campañas con distintos lemas, lo que se intenta hacer es que la gente quiera, se implique, participe, y este año hicimos una reunión a nivel de toda España, no sólo de situación de calle, sino también con grupos de distintas temáticas (maltrato a la mujer, violencia de género). Nos reunimos todos, para los de fuera de cobertura, que no tenemos acceso a medicina, ni a farmacéutica, ni alimento".

"Soy un poquito radical, creo que hay que agitar algo, empezando por nosotros, nosotros tenemos que hacerlo visible, que se sepa; molestemos a los políticos de turno”, afirma, y concluye con unas palabras muy descarnadas: “Es que en la calle lo peor es que te haces invisible, no es el desprecio, es que no te ven. Es muy triste, llega un momento en que dices soy transparente”.

¿Cómo se siente el ir todos en el mismo barco?

Las personas que llegan a Casa de Acogida Padre Damián, dice Gabriela Cabrero, no tienen “un único perfil, pero sí una característica común, se encuentran sin vivienda o en situación de vivienda insegura. Desde Cáritas se intenta acompañar en esas etapas, favorecer que las personas tengan cubiertas las necesidades básicas y lo más importante, trabajar la motivación para que esa situación por la cual han llegado hasta aquí, pueda cambiar, mejorar, y que se puedan plantear su vida independientemente”.

Como en todas las casas, hay reglas y hay roces, como señala LGD, “no todo es perfecto. Pero no se puede decir que hay conflictos, se lleva bien. Yo no he visto ninguna cosa. Nos tratamos los unos a los otros, hay gente que se implica más, otros menos, pero aquí no obligan a nadie. La convivencia es buena, aunque lo que hay son los roces típicos de la convivencia, como sucede en cualquier familia. He tenido más roces con mi familia que aquí”.

Hay muchas facetas de la problemática que no se llegan a conocer. Destaca Pedro Luis que “la gente que no conoce esto llega a decir que hay gente vagabunda, gente drogadicta, gente alcohólica,... vivimos y convivimos todos igual como que si fuera una casa, estamos conviviendo todos por igual; a mí Cáritas me ha ayudado. Esto no es para estancarte, es para hacer una parada en la vida, la suerte que se tiene es caer en Casa Damián; y la valentía, también, porque hay mucha gente afuera que te mira, salimos por la puerta y estamos más que señalados”.

L.G.D., de forma contundente, concluye: “Hay que empezar a resetearte, yo quiero vivir y no sobrevivir, cómo lo haré, en eso estoy”.

CARMEN SANCHIS