Sábado, 11 de mayo de 2024
Volver Salamanca RTV al Día
Maltrato intelectual
X

Maltrato intelectual

Actualizado 01/12/2022 08:27
Luis Miguel Sánchez Gil

La crisis de lo intelectual resulta evidente, pero la cuestión más preocupante –que transita de la mano para traspasar lo anterior– es el auge de una ineptitud impuesta.

“Siempre ha habido analfabetos, pero la incultura y la ignorancia –siempre– se habían vivido como una vergüenza, nunca –como ahora– la gente había presumido de no haberse leído un puto libro en su jodida vida. De no importarle nada que pueda oler levemente a cultura, o que exija una inteligencia mínimamente superior a la del primate. Los analfabetos de hoy son los peores porque –en la mayoría de los casos– han tenido acceso a la educación, saben leer y escribir, pero no ejercen. Cada día son más y –cada día– el mercado los cuida más y piensa más en ellos. La televisión cada vez se hace más a su medida. Las parrillas de los distintos canales compiten en ofrecer programas pensados para una gente que no lee, que no entiende, que pasa de la cultura, que quieren que la diviertan o la distraigan, aunque sea con los crímenes más brutales o con los más sucios trapos de portera. El mundo entero se está creando a la medida de esta nueva mayoría amigos. Todo es superficial, frívolo, elemental, primario, para que ellos puedan entenderlo y digerirlo. Esos son socialmente la nueva clase dominante, aunque siempre será la clase dominada, precisamente por su analfabetismo y su incultura.”

Las anteriores líneas son la transcripción de un breve discurso de Jesús Rodríguez Quintero, más conocido popularmente como El Loco de la Colina, en el programa Ratones Colorados. Con su característico estilo directo y tono abrupto, emitía esta sentencia hace más de quince años. Las palabras volvieron a adquirir un cierto protagonismo falaz por la muerte de Quintero. Atención ingenua, por estar centrada en la forma, y desatender el fondo. No he escuchado, ni leído, análisis sobre su valor profético. Desconozco cuál sería el mensaje de El Loco –como se hizo llamar por algunos de forma afectuosa– en el escenario actual, pero sospecho que no caminaría por la senda del optimismo. La crisis de lo intelectual resulta evidente, pero la cuestión más preocupante –que transita de la mano para traspasar lo anterior– es el auge de una ineptitud impuesta.

No pretendo parecer nostálgico, ni articular un discurso cultureta, tan solo describir la realidad de un panorama socialmente asfixiante. Reconozco la evolución de los valores compartidos –enfrentada a la falsa idea de crisis en los principios–, el progreso de los Derechos Humanos –sin duda, muy lejos de las peores épocas de la historia– o los avances científico-técnicos que nos permiten –entre otras cuestiones– vivir más y –en términos generales– “mejor”. Sin embargo, estos ascensos –sin paliativos, de gran importancia– no inhiben mis tentaciones de caminar “a cuatro patas” ante el trato ingenuo que recibimos por parte de ciertos poderes y de sus expresiones fácticas. En ocasiones, tengo la torpeza de pensar que –si cambian las aceras por árboles entrelazados– más pronto que tarde iremos de un lugar a otro colgándonos de rama en rama y sin rechistar.

Como para muestra, un botón, entre el Black Friday, el Cyber Monday, el Mundial de Catar y otras mamarrachadas, emerge un nuevo capítulo de la reforma penal promovida por la Ley Orgánica 10/2022, de 6 de septiembre, de garantía integral de la libertad sexual. Esa ley que hemos llamado “Ley del solo sí es sí”, como si “Ley de garantía integral de la libertad sexual” fuera un nombre demasiado complejo para nosotros. No obstante, con suerte, quizás así se evite la consulta del articulado. En el agitado avispero de un legislativo experto diezmado por la desmaña de los jueces –que no entienden sobre cómo aplicar la ley–, entiéndase la ironía, algunos medios destacan que el Ministerio Fiscal solicita que se eleven las penas impuestas por la anterior regulación en la aplicación de la reforma y –en aquellos supuestos en que el nuevo texto pueda ser favorable– se mantenga la condena anterior. Desde mi humilde y más que limitado conocimiento del Estado de Derecho y del ordenamiento jurídico, esta afirmación –objeto de noticias en diversos diarios y agencias de reconocido prestigio– fulmina el principio de irretroactividad de las disposiciones sancionadoras no favorables o restrictivas de derechos individuales, recogido en el artículo 9.3 de nuestra Carta Magna. Ese que, en la cuestión relacionada, tiene su extensión en el artículo 2 del Código Penal, el cual evito reproducir.

Este tipo de difusiones convierten la realidad tangible en un espacio de opinión, sesgado por información confusa e –incluso– errónea y perversa, al que se traslada la asimetría del modelo de comunicación de las redes sociales cibernéticas, basado en el tamaño del altavoz –número de seguidores, impacto del mensaje…– y no en la certeza o valor intelectual del mismo. Así, en alguna de las cenas que se avecinan por la Navidad, el primo de Pamplona –lego en Derecho– recriminará a la prima de Sevilla –magistrada– la aplicación retroactiva de la ley en favor de un castigo más severo. Pero no se preocupen demasiado, porque después, al final del banquete –que no se parecerá mucho al de Platón– todos terminaremos viendo al bufón de turno sentando doctrina en la televisión, en su canal de Instagram o en el metaverso –donde, quizás, volvamos a los árboles–, quién sabe.

La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.

Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.

La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.

En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.